La familia Garza Fishburn inauguró la Universidad Carolina un lunes 13 de enero de 2014, sin embargo, la historia de seis generaciones de educadores corre por las venas de Rita, Emmanuel y Esteban, quiénes mantienen vivo el espíritu de la empatía y amor por la docencia de sus abuelos, Rosemary Carolin Olson y Edwin Robert Fishburn, quiénes en un viaje a Saltillo se enamoraron de la ciudad.
La pareja, proveniente de Missouri, se instaló en la tierra del sarape con la intención de formar su familia y en 1950 abrieron las puertas de su hogar para establecer el Centro Estudiantil Restaumex, instituto que ofreció, por 32 años, educación profesional a jóvenes de bajos recursos.
Fue en base a esta herencia que Emmanuel y Esteban, decidieron retomar el sueño de sus abuelos al abrir la universidad en el lugar donde había comenzado todo.
Maestra, madre y líder
Es especialista en el manejo del duelo, cuenta con diplomados y estudios de la IBERO y Harvard que la certifican para tratar temas de pérdidas desde el enfoque del desarrollo humano y es precisamente esa su labor dentro de la Universidad Carolina. Rita se desenvuelve como maestra de la Maestría en Desarrollo Humano, además, da acompañamiento a los más de 200 docentes que imparten materias en el recinto.
“Me he dado cuenta que muchos de los problemas vienen porque hubo una pérdida, es importante para nosotros dar esta compañía a los colaboradores y a los padres de familia que necesiten estas herramientas”, comenta.
“Mis hijos han superado todas mis expectativas y lo han hecho con los valores que realmente importan en la vida, buscando cumplir con su misión”
La familia tiene claro que el entorno de la universidad comprende una comunidad con la cual interactúan todos los días, es por eso, que desde hace ya un tiempo, se han enfocado en apoyar al Distrito Carolina -área que rodea la institución- con programas variados, desde reforestaciones urbanas hasta proyectos y planes comunitarios. Dentro de estas dinámicas, Rita imparte talleres de liderazgo para directores y subdirectores de las escuelas primarias que se encuentran en el vecindario.
Acerca de los principios a los que se apegan los pilares de la universidad, Rita menciona que están basados en el respeto a los otros, en verse a los ojos y verse como humanos.
“Sobre la labor de mis hijos, yo estoy segura de que mis padres y abuelos lo ven y están felices; la universidad abarca cada vez más alumnos, que con energía y optimismo, se están desarrollando como ciudadanos del mundo”, menciona.
Sobre las raíces de la misión que tienen sus hijos Emmanuel y Esteban, Rita explica que convivieron mucho con su madre, Rose Mary, la cual les enseñó con el ejemplo el amor por la docencia y la empatía.
Rita comparte que se despierta y se duerme viendo las fotos de su familia que cuelgan al píe de su cama, hace oración y agradece por el día, que ella considera, es un regalo.
Además, comparte que una de sus metas para comenzar el 2024 es terminar de pulir los detalles para darle marcha a la asociación que le cedió Jorge Fuentes Aguirre, Contigo Estoy, la cual tiene como misión dar acompañamiento compasivo; “Es dar apoyo emocional con educación”, dice, para apoyar a cuidadores de enfermos en fase terminal.
Conexión con la comunidad
Emmanuel comparte que él siente que es la suma de todas las personas con las que ha interactuado, en particular, sus padres y sus abuelos con quiénes considera fue un privilegio crecer.
“Desde muy niño me di cuenta que, en el frente que fuera, me llama el bien común y la mejora de la comunidad”. El rector y cofundador de la Universidad Carolina asegura que lo suyo es, desee siempre, estar involucrado con el crecimiento de una sociedad organizada, por eso, menciona que estudió derecho en el Tecnológico de Monterrey y una maestría en política educativa en Harvard.
Comenta que encontró un gran ejemplo en su abuela paterna, quién le enseñó que la motivación está en pensar que todas las personas y sociedades pueden ser arquitectos de sus propios destinos. Cómo un camino natural, Emmanuel describe sus andares en la construcción de una comunidad que partiera de la educación, así, nacieron las iniciativas formativas enfocadas en fortalecer y construir ciudadanía.
Espíritu Carolina
Fue en momentos de mucha inseguridad que los hermanos Garza Fishburn detectaron la urgencia de crear mejores caminos para el florecimiento del individuo en la ciudad.
El rector, que se considera optimista, solidario y apasionado de la colaboración, considera que son estas mismas cualidades las que lo han llevado a exponer sus inquietudes con los personajes claves para trabajar en planes que procuren la mejora en el entorno social.
Sobre la innovación en planes de estudio que ha fomentado la institución, destaca que se han enfocado en las tendencias educativas mundiales para adaptarlas a las necesidades regionales: las economías, digitales, creativas, culturales y ambientales, son los ejes de los más de 30 programas que capacitan a los casi 5 mil dragones de la universidad.
Optimismo y pasión
Emmanuel considera que trabajar con su familia es “un tremendo privilegio”, que hace mucho más fácil detectar el propósito en común para trabajar por ello con mucho gozo.
“Valoro mucho el poder iniciar mis jornadas abrazando a mis cuatro hijos: Emma, Ángela, Emmanuel y Ana María; tomar el café con mi esposa, a quién adoro y con quien llevo 30 años caminando de la mano”, comenta.
El optimista menciona que se nutre con la comunidad y que no se reconocería a sí mismo si no está en contacto consigo y con el planeta, además, menciona que valora mucho la conexión que tiene consigo mismo y asegura que se encuentra en un momento de mucha paz personal, de alineación con su misión y de claridad con sus propósitos.
Ciudadano del mundo
Desde niño, el director de la Universidad Carolina es un apasionado de la historia, de los legos y de las aventuras. Estudió la licenciatura en Relaciones Internacionales en el ITESM porque dice que le encanta la sociología del conocimiento.
“Me interesa mucho ver cómo la humanidad ha ido cambiando,la evolución de la conciencia, la apreciación estética, el cambio de paradigmas en cuestión de justicia y el crecimiento del ser humano”, explica.
Luego de graduarse y de administrar por seis meses un rancho ganadero familiar, Esteban Garza Fishburn emprendió un viaje de mochilazo en el que conoció China, Malasia, India y Nepal. El viaje, en solitario y sin celular, dice lo ayudó a conectar con sus propósitos de vida.
“Me llamó la atención el echarme un clavado a mi interior para conocerme, aclarar mis miedos y conectar conmigo”, asegura y comenta que el tema del idioma fue todo un reto. “Cuando regresé me di cuenta que había conocido el lenguaje universal; una sonrisa puede ser la puerta para una nueva amistad”, comenta.
A su regreso a México, Esteban emprendió en temas de bienes raíces, sin embargo, percibió que no era su vocación y comenta que fue mediante una charla con su hermano Emmanuel que sus caminos se alinearon y decidieron animarse a abrir la universidad.
Movimiento Carolina
El viajero entusiasta recuerda que aún se ve a sí mismo a los 16 años cuándo, platicando con sus amigos sobre maneras de salvar el mundo, él mencionó que quería abrir una escuela.
Esteban recuerda la apertura de la institución como un reto, sin embargo, dice que la relación con su hermano y el equipo le dio confianza. “Hacemos mucha planeación, es increíble la comunidad que se ha formado, ya somos un equipo con vocación a la educación”, agrega.
Comenta que es la interacción la que lo hace ver, de primera mano, el cambio positivo que se genera en los alumnos.
Esteban platica con emoción como se ha creado un movimiento de cambio en torno a la universidad y menciona que tienen alumnos que quieren ser agentes de cambio en temas de sustentabilidad.
Planes y proyección
Sobre las nuevas rutas de desarrollo económico que se están generando en la región, Esteban comenta algunos puntos que considera importante mencionar dado que, precisamente, realizó su maestría en Planeación Urbana en Harvard.
“Justo organicé un congreso en Harvard llamado Mexican Conference, en el que me traje alcaldes de Monterrey y San Pedro, cuando anunciaron la inversión de Tesla”, dice.
“Estamos nerviosos, es un arma de doble filo pero seremos la punta de lanza de la industria nacional. Esto abre la polémica sobre los planes que se generan en relación a esto, estamos viendo el boom en temas de bienes raíces y necesitamos reglamentar y planear ese crecimiento porque sino se previene podríamos llegar a crisis en temas urbanos”, concluye.
Esteban es un alpinista, amante del yoga que disfruta de meditar y hacer caminatas en el Cañón de San Lorenzo. El próximo año, Esteban y Gabriela Jiménez van a contraer matrimonio y la pareja, que ama el centro de la ciudad, se encuentra renovando un edificio en la zona.