José Alberto Dávila, un ingeniero saltillense que actualmente trabaja para el equipo Mercedes Benz de Fórmula 1, ha recorrido un camino lleno de esfuerzo, aprendizaje y pasión.
Su historia es un ejemplo de cómo el talento mexicano puede trascender fronteras y alcanzar el escenario más competitivo del automovilismo mundial.
A continuación, exploramos su trayectoria, desafíos y aprendizajes, a través de sus propias experiencias.
De Saltillo a Inglaterra con una visión muy clara
Dávila comenzó su viaje en 2011, al iniciar sus estudios en Ingeniería Mecatrónica en el Tecnológico de Monterrey, campus Saltillo.
“Durante mi carrera, realicé prácticas en empresas como Chrysler y General Electric, lo que me ayudó a ganar experiencia en la industria y a descubrir mi interés por el diseño mecánico”, recuerda José Alberto.
Tras graduarse en 2015, comenzó a trabajar como Ingeniero de Producto en GE, donde se enfocó en implementar nuevos diseños en las líneas de producción.
Sin embargo, su deseo de involucrarse más en el diseño de productos lo llevó a tomar una decisión trascendental: realizar una maestría en Advanced Motorsport Engineering en la Universidad de Cranfield, Inglaterra.
“Quería trabajar en Fórmula 1 y sabía que la mejor manera de lograrlo era a través de una maestría en Reino Unido, donde están ubicados la mayoría de los equipos de F1”, explica.
El salto a Mercedes Benz: Del diseño al automovilismo
Durante su maestría, José Alberto tuvo la oportunidad de conocer a profesionales de la industria del automovilismo, quienes compartieron sus conocimientos y experiencias.
Estas conexiones le permitieron obtener su primer trabajo en Fórmula 1 como Ingeniero en Métodos y Herramientas Digitales en Mercedes Benz.
“Mi experiencia en McDonald’s durante la maestría me ayudó a destacar en la entrevista, al demostrar la importancia de los procesos y métodos en cualquier empresa”, comenta.
Actualmente, Dávila forma parte del equipo encargado del diseño del motor de Fórmula 1 para los equipos de Mercedes, Aston Martin, Williams y McLaren.
Su día a día es dinámico y desafiante: “Soy el experto en CAD del equipo y desarrollo herramientas digitales para facilitar el proceso de diseño.
Me encanta interactuar con personas de distintas culturas y aprender de cada uno de ellos”, afirma.
Desafíos de alta competencia y la remembranza del hogar
Trabajar en la Fórmula 1 conlleva una serie de retos únicos. Para Dávila, el tiempo es el mayor desafío:
“En la industria automotriz, diseñar un producto puede tomar hasta dos años. En Fórmula 1, tenemos solo seis semanas para diseñar un nuevo bloque de motor, lo cual es una locura”, explica.
Además, destaca la importancia de la confiabilidad: “No sirve de nada tener un motor potente si falla en cada carrera. La constancia es clave para el éxito, como vimos el año pasado con Ferrari”.
A pesar de su éxito, Dávila extraña su ciudad natal. “Lo que más extraño es a mi familia y, por supuesto, los tacos de El Pariente en Valle de las Flores”, comenta con nostalgia.
Sin embargo, su pasión por la ingeniería y el automovilismo lo mantienen enfocado. En cuanto a sus planes futuros, menciona su interés en seguir desarrollándose dentro de la Fórmula 1 y considera un posible cambio al área de patrocinios en el futuro.
Inspiración y consejo para nuevos ingenieros
Dávila tiene un mensaje claro para los jóvenes ingenieros interesados en el diseño de motores de competición:
“Estudien mucho sobre ingeniería mecánica y combustión. Además, desarrollen habilidades interpersonales, ya que la interacción y actitud positiva son fundamentales en este campo”, aconseja.
Su experiencia demuestra que la combinación de conocimientos técnicos y habilidades blandas puede abrir puertas en cualquier industria, incluso en la competitiva Fórmula 1.
José Alberto Dávila es un claro ejemplo de cómo los sueños y la determinación pueden llevar a un ingeniero de Saltillo al escenario mundial del automovilismo.