Gloría García de González es una Unstoppable Women que ha sabido criar con gracia a sus cinco hijos a lo largo de 50 años de matrimonio, en un viaje de belleza y éxito, transformando vidas a través de Jafra Cosmetics.
Fotos de Mariangela González para PLAYERS of Life
Su historia es la de una pionera que ha alcanzado mucho más que el éxito económico: ha cambiado destinos. A través de su trabajo como líder de marca, ha demostrado que la belleza no solo hace brillar a los rostros, sino también la vida.
¿Su labor? Empoderar a las mujeres a través de la venta de productos de belleza de calidad. ¿Cómo? Con su ejemplo.
Belleza que empodera
En el vasto mundo de la belleza, pocas historias resuenan tanto como la de una mujer que, desde la calidez del hogar, supo transformar su pasión en un legado empresarial.
Desde su comedor blanco, diseñado para 20 personas pero ya insuficiente para los 26 miembros de su familia, me recibe para compartir su trayectoria, su visión empresarial y los retos que ha enfrentado como líder regional de Jafra Cosmetics.
Nacida en Torreón y con más de cinco décadas viviendo en Saltillo, esta empresaria ha demostrado que la combinación de dirección y determinación puede conquistar cualquier meta.
Apostolado en belleza
Gloria comienza hablando de su infancia. Asegura que desde muy joven mostró un carácter inquieto y emprendedor, heredado de Jaime, su padre, a quien recuerda como un hombre trabajador y viajero. Odila, su madre, una mujer entregada a la labor social, sembró en ella el compromiso con el servicio a la comunidad.
“Gracias a ese ejemplo, me involucré en temas de apostolados. Sin embargo, al entrar en el mundo de los productos de belleza, comprendí que mi misión debía evolucionar: demostrarles a las mujeres que la independencia económica también es una forma de salir adelante”, expresa.
Un bello comienzo
A lo largo de casi cincuenta años, esta líder ha expandido Jafra Cosmetics, primero en la región, luego en toda la República, convirtiéndose en un ejemplo de perseverancia y visión.
“Empecé con clases de belleza en casa, tocando puertas, compartiendo más que productos, brindando oportunidades”, recuerda.
Cuenta también sobre los orígenes de la marca, patentada en 1956 por Jan y Frank Day, una pareja de Malibú, California, que desarrolló la esencia y modelo que continúan distinguiéndola. “Jafra pasó de Gillette a una empresa familiar en Alemania, hasta convertirse en una compañía mexicana”, comenta.
Actualmente, Jafra cuenta con nueve hectáreas en Querétaro dedicadas a su planta de producción, de las cuales cuatro están destinadas a su centro de distribución global más importante.
Un modelo de negocio visionario
La verdadera aventura empresarial de Gloria comenzó cuando descubrió que el modelo de negocio de Jafra les permitía a las mujeres trabajar por su cuenta, a su ritmo y con sus propias metas, contribuyendo a la economía familiar, algo poco común en las décadas de los años 70 y 80.
“Mi pasión por la marca nació cuando tenía 19 o 20 años. Cuando empecé a usar Jafra, sentí un cambio positivo y muy radical en mi piel“, confiesa.
A los 23 años, ya casada y esperando a su tercer hijo, descubrió en los cosméticos no solo un remedio para su piel, sino una oportunidad para transformar su vida y la de otras mujeres.
“Hacíamos clases de cuidado de la piel en casas de anfitrionas, a quienes les dábamos el regalo más preciado: la jalea real, la crema más icónica de la marca”, recuerda.
Explica que la empresa opera bajo un modelo de redes de mercadeo y que, en sus inicios, se basaba en un catálogo impreso. Hoy, Jafra ofrece más de 600 productos y ha sabido adaptarse a la era digital, combinando ventas en línea con su tradicional modelo de distribución.
“Tienes que practicar y tener tu inteligencia eficiente. Puedes llenarle muchos libros a tu mente, pero la inteligencia emocional es lo que va a mover tu vida”
Secretos de belleza
Gloria toma un sorbo de agua y me dice: “la hidratación es clave. Ese es el primer consejo”. Y es que su trayectoria le ha enseñado valiosas lecciones no solo sobre el cuidado de la piel, sino también sobre el bienestar integral.
“El cuidado es una disciplina. Así como uno limpia los zapatos, también debe limpiar la piel. Es el órgano más grande del cuerpo y está expuesto constantemente a radicales libres, viento y polvo, lo que acelera el envejecimiento. Por eso, las zonas cubiertas no envejecen igual”, comparte.
“La piel habla de quién eres y de cómo te cuidas”, enfatiza con la convicción de quien ha dedicado su vida a entender el balance. Para ella, el cuidado personal no es un lujo, sino un hábito esencial. “No se trata solo de verse bien, sino de sentirse bien. La constancia es clave”.
Detalla con precisión casi quirúrgica el proceso: limpieza, exfoliación, hidratación, protección solar. “Si no limpias bien la piel, los productos no penetran. El exfoliante quita la célula muerta y permite que la hidratación realmente haga su trabajo”.
Su consejo es claro: no basta con tener los productos; hay que usarlos con disciplina. “Así como te lavas los dientes todos los días, así debes cuidar tu piel”.
El éxito como elección
Para Gloria, el liderazgo no es solo alcanzar metas, sino inspirar a otros a hacerlo. “No se trata de convencer, sino de mostrar con hechos que hay caminos distintos”, menciona con firmeza.
Como una de las líderes regionales más influyentes en su industria, ha demostrado que el éxito en los negocios no es exclusivo de quienes tienen títulos académicos tradicionales. “Yo no tuve la oportunidad de estudiar una carrera universitaria, me casé muy jóven, pero la vida me ha dado maestrías en experiencia y trabajo”.
“Muchos jóvenes piensan que, si no consiguen el empleo ideal, no tienen más opciones. Yo quiero que vean que hay otros caminos, que se atrevan a intentar, a emprender, a tomar control de su destino”.
En su rol, ha construido una red de apoyo de miles de personas. Aclara que no solo genera oportunidades económicas, sino que también fortalece la confianza y el crecimiento personal de quienes se suman. “No es solo vender un producto, es cambiar una mentalidad. Es enseñarles que pueden más de lo que creen”.
Más allá de lo profesional
El éxito, asegura, nunca es solo individual. “Siempre hay sacrificios”, admite con sinceridad. Y en su caso, la familia ha sido parte fundamental de su camino.
Su esposo, Macario González, ha sido su compañero de vida y comparte con ella la pasión por la charrería.
“Hemos construido juntos, apoyándonos siempre, encontrando un equilibrio entre nuestras pasiones y nuestra vida familiar”.
Sus hijos, ya adultos, han seguido su propio camino, pero mantienen una tradición inquebrantable: cada semana, sin falta, se reúnen en su casa para comer juntos. “Es nuestro momento sagrado. Nos reconectamos, platicamos, nos reímos. No importa qué tan ocupados estemos, la familia siempre es primero”.
Habla con la certeza de quien ha visto los frutos de su esfuerzo. “Más que decirles qué hacer, prefiero que el ejemplo hable por sí solo. Que cada uno de ellos forme su propio destino, con valores sólidos y con la seguridad de que aquí, en esta casa, siempre tendrán un hogar”.
“Ojalá que podamos algún día decir que formamos hijos honrados y decentes. Más que decirlo, el ejemplo arrasa”.