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mayo 17, 2024

Pediatra Rafael Pedro Avilés, de la mano a la salud

Su metodología de trabajo, ética y profesionalismo le han dado la confianza de miles de padres de familia que llevan a sus pequeños a consulta; cuatro décadas de trayectoria y una herencia de admiración por la medicina lo respaldan

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Apasionado por las ciencias, sencillo, metódico pero no rutinario y cien por ciento promotor de los saltillenses, así podría definir al pediatra Rafael Pedro Avilés de la Garza en la entrevista que tuvo lugar en su centro médico, ubicado en la calle Rufino Tamayo, al norte de la ciudad

Arriba de su librero, feliz, mantiene su Presea Saltillo, reconocimiento, de categoría En Vida,  más importante que otorga el municipio, mismo que le fue entregado el año pasado por sus casi 40 años de trayectoría y compromiso en el ámbito de la salud.

Se enseña con el ejemplo

El doctor Avilés dice no recordar sus visitas al médico como cualquier otro niño, puesto que su padre, el pediatra Carlos Avilés Falco, era quien se mantenía al pendiente de la salud de él y sus dos hermanos; “Recuerdo su consultorio, tan impecable, muy organizado, sencillo y con los últimos avances en tecnología de medicina”, dice.

Su infancia está llena de recuerdos de viajes familiares, expediciones y momentos en la naturaleza, temas por los que aún se siente atraído. “Era un niño inquieto y curioso, especialmente por la ciencia. Me interesaba la astronomía, la biología y, sobre todo, la vida microscópica, y me encantaba jugar sobre los techos y subir montañas”, asegura. 

“Mi padre me enseñó el amor a la medicina, lo admiré siempre y tuve la fortuna de tener su ejemplo y sus enseñanzas; mi madre apoyando, y ambos, me acompañaron aconsejaron y ayudaron esta carrera tan demandante y celosa ”, menciona.

Una vida de estudios

Sobre sus hobbies, el doctor expresa su gusto por la literatura, la cultura y las artes, y en lo profesional, su gusto por la obra del naturalista y científico, Charles Darwin. “Me tomo el tiempo de leer todo lo que puedo, creo que ese es el secreto de un buen doctor, el mantenerse actualizado”, enfatiza.

Se graduó del Colegio Ignacio Zaragoza para luego concluir sus estudios en el Warren High School, en Michigan. Sus primeros estudios profesionales los realizó en la Facultad de Medicina UAC en Torreón, luego, concluyó la maestría en Método Científico y Coagulación en el Instituto Nacional de la Nutrición Salvador Zubirán, en Ciudad de México. No fue hasta ese entonces, cuando realizó su especialidad en pediatría en la Universidad Autónoma de Nuevo León, en la Clínica de Altas Especialidades No. 25.

Es miembro del Consejo de Certificación en Pediatría y, a la par, fundador del Hospital Christus Muguerza de Saltillo, sin embargo, el doctor Avilés expresa que todo ha sido en favor de los niños.

“Cuando se enferma un niño se enferma toda la familia, por lo que mi principal reto es lograr la salud de los pequeños, atender a los papás y abuelos aplicando mi metodología personal para tranquilizarlos y ayudarlos a tener paciencia durante la evolución de la enfermedad”, comenta.

Rafael Avilés narra que cuanto trabajó en el Hospital Universitario, en el departamento de recién nacidos sanos, elaboró un programa para impulsar la lactancia y el efecto positivo de abrazar a los bebés; “Con esto le regalábamos a los recién nacidos la posibilidad de una mejor salud, tanto física como mental. Me entusiasmé tanto que ahí reafirmé que había elegido bien mi profesión”, explica.

Es gracias a sus cuatro décadas de experiencia que ha concluido que para hacer una buena medicina hay que invertir tiempo, paciencia, servicio y amor a lo más frágil que tiene la humanidad: los enfermos.

“La medicina es una verdadera vocación, es una constante necesidad de estudiar y actualizarse, es honestidad en el sentido de saber y conocer sus limitaciones”, agrega.

El doctor se muestra fascinado sobre el futuro, y con una expresión de sorpresa, menciona que, desde su perspectiva, la medicina ha avanzado a pasos agigantados en los últimos años en temas como farmacología, técnicas quirúrgicas, tecnología y diagnósticos; “Es sorprendente la facilidad que hay hoy en día para actualizarse casi al instante”, dice.

Bienestar y hogar

Tener ocupada la agenda por años ha sido complicado, sin embargo, el doctor Avilés mantiene su balance gracias a su esposa Claudia Covarrubias, con quien asegura ha vivido sus sueños. “Me ha acompañado con una gran comprensión y paciencia”, dice. Es padre de tres hijos, Claudia, Edel y Rafael; también, es abuelo de seis nietos, que dice, lo llenan de vida y alegría. 

A sus 67 años, el doctor Avilés comenta que come bien, hace ejercicio constantemente y pasa tiempo con sus amigos, lo que le ayuda a mantener el buen humor y actitud positiva ante la vida. Menciona que es amante de la música clásica y que es fundador de la Orquesta Filarmónica del Desierto; “Hay que tener la sed de siempre conocer otras disciplinas siguiendo el aforismo de que el médico que solo de medicina sabe, ni medicina sabe”, concluye.

“Trabajar con los niños significa una experiencia nueva todos los días. Estudié medicina para ejercer toda la vida mientras mi salud me lo permita”

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