Fotos: Cortesía
Por Rodrigo García Serrano, Líder UX en Fabrix.ai, San Francisco
Twitter @RoyGase
En San Francisco, Phoenix y Austin ya es común ver taxis sin conductor. Es una sensación
extraña, casi desconcertante, voltear hacia un coche vacío, una escena digna de una película de ciencia ficción. Pero no, estás viendo el futuro, y es hoy.
La conducción autónoma ha sido un sueño de la humanidad por siglos. Incluso Leonardo da Vinci dibujó bocetos de un vehículo que pudiera moverse por sí solo. Hoy somos la generación afortunada que puede ver cómo ese sueño empieza a materializarse.
Pero… ¿Quién lidera esta revolución?
Para responder, primero es importante entender cómo se mide el progreso. La Sociedad de
Ingenieros de Automoción (SAE) define seis niveles de autonomía:
● Nivel 0: El humano hace todo.
● Nivel 1: Asistencia parcial del vehículo al humano (por ejemplo, el control de crucero).
● Nivel 2: Asistencia combinada (dirección + frenos), pero el humano manda.
● Nivel 3: El coche conduce, pero el humano debe estar atento.
● Nivel 4: El coche toma el control total, pero solo en zonas previamente mapeadas, las
llamadas geofenced areas.
● Nivel 5: Autonomía total, en cualquier lugar, sin volante ni pedales.
Con esto, podemos entender el tablero actual.
Tesla lidera los niveles 2 y 3 con su controvertido, pero extendido, Autopilot. Sin embargo, la
verdadera pelea ocurre en el nivel 4, donde la Inteligencia Artificial (IA) prácticamente toma el control del vehículo. En este terreno compiten gigantes como Waymo (Google), Apollo (Baidu), Zoox (Amazon) y Cruise (General Motors).
Zoox ha generado expectativa con su diseño sin volante ni pedales, pero sigue en fase beta. Esto lo deja fuera de la competencia. Por su parte, Cruise ha sufrido un revés devastador: San Francisco le retiró la licencia tras un grave incidente en el que uno de sus vehículos atropelló a un peatón y lo arrastró varios metros al intentar estacionarse.
Esto deja a dos titanes en la final: Waymo vs. Apollo. Google vs. Baidu. Estados Unidos vs. China. Y aunque parezca una competencia tecnológica, en el fondo, esta es una guerra política por el dominio de la IA.
China vs. EE. UU. también se ve en otros frentes, como la rivalidad entre OpenAI y DeepSeek. No se trata sólo de innovar, sino de conquistar. Porque quien controle la IA, controlará el futuro.
Personalmente, no tengo un favorito claro. He probado Waymo y la experiencia fue fascinante. Pero no tengo duda de que Apollo también está a la altura.
Así que, querido lector, solo nos queda hacer lo que mejor sabemos: sentarnos con palomitas en mano para observar y disfrutar cómo esta competencia titánica redefine nuestro futuro.
