Adrián Fernando González Zambrano, director general del Campus Saltillo del Tecnológico de Monterrey, nos comparte sus pensamientos en su última columna.
Una historia que deja huella
Un año más ha pasado y como en cada final de una experiencia viene la etapa de reflexión para cerrar de la mejor manera. Este año, particularmente, ha sido de gran impacto para el TEC de Monterrey y su comunidad, permitiendo dar pie a una nueva etapa de su historia e impacto.
Este año en la historia comenzó con un logro que era bastante anticipado, la graduación de la primera generación de un modelo educativo actualizado en áreas disciplinares de vanguardia y basado por aprendizaje anclado en desarrollo de competencias. Como parte de esta generación, nuestros egresados demostraron conocimientos teóricos y prácticos de su disciplina, pero además, un portafolio de competencias demostrables para hacerlos aún más competitivos.
Este logro implica una evolución para el talento de la región, así como para el sistema educativo de México. Para todos aquellos que estuvimos involucrados en su diseño, implementación y mejora continua ha sido un año de gran orgullo al poder ver los frutos de tanto esfuerzo y una generación sumamente competitiva que pudo graduarse con experiencias diferenciadas y de gran valor en su empleabilidad. Sin duda, esta será una generación con la capacidad de actualizarse y seguir en constante aprendizaje.
El siguiente capítulo de la historia llegó con algunos giros inesperados. A nivel nacional fue un año de muchas novedades enfocadas en inversión extranjera directa que abrió posibilidades de desarrollo para nuestro país. Un claro ejemplo de lo anterior fue el anuncio de la llegada de Tesla en el norte. Esta promesa convirtió al país en tema de conversación en varios niveles, además de posicionarnos como un territorio competitivo a través de su talento, ubicación e infraestructura de gran valor.
Adrián Fernando González sobre aprendizajes, celebraciones y más
Para mí, el gran aprendizaje de este suceso fue como cada oportunidad se debe analizar, planear y ejecutar con tiempo y cautela, pero, además, saber que cada opción elegida puede implicar un riesgo que en algunos casos vale la pena tomar. También me hizo reflexionar sobre el empoderamiento que las empresas y talento mexicano debemos sentir sobre nuestro desarrollo que nos está volviendo aún más competitivos a nivel internacional y atractivo a empresas de vanguardia.
Un tercer gran acontecimiento del año marcó un nuevo capítulo en la historia de México, la celebración de los 80 años de la creación del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey. El TEC es una institución que ha acompañado la evolución del país y su crecimiento ha sido importante para nuestra sociedad y economía.
Han sido 80 años de aprendizaje tanto de los alumnos que se preparan en las aulas como de la institución evolucionando constantemente para atender las necesidades actuales.
Considero que este suceso fue particularmente relevante pues nos permitió tomar un momento para pausar actividades de estrategia y operación de los campus y poder reflexionar y sentir la trascendencia que se ha logrado a través de estas décadas de educación. Esta reflexión nos permite inspirarnos para seguir innovando y construyendo legados que trascienden.
En un mundo que constantemente nos alimenta de información negativa, es importante también celebrar y valorar aquellos logros que han dejado una huella positiva en nuestra ciudad, estado, país y en el mundo.