La imagen de su padre, Ángel Prado Cobla, es el principal ejemplo en la vida del notario de 63 años, Armando Prado; desde el escritorio de su oficina, ubicada a pocas cuadras de la Alameda, el saltillense recordó su herencia legal; “Me considero un notario humano, recto y honorable”, mencionó.
Graduado de leyes de la Facultad de Jurisprudencia en 1984, creció con los ideales de ser un notario recto, que no busca el beneficio personal y que se enfoca en llegar a la mejor solución para sus clientes; luego de graduarse, comenzó a trabajar en la notaría familiar, la número 11; “En aquella época, la figura del notario era la de una persona sabia y longeva, como lo era mi padre”, comentó.
Durante diez años se preparó para ser notario, pues en ese momento se asignaba un notario por cada 20 mil habitantes y para 1994 logró su misión y se enfocó en dar a conocer a Coahuila en el Notariado Nacional, por lo que tres años después, propuso traer a Saltillo una jornada nacional de más de 500 personas. Dados sus notables esfuerzos, le pidieron que se postulara como presidente de Notarios de Coahuila.
“Me enfoqué en propuestas que ayudaran a que el Colegio Estatal de Notarios creciera, desde la infraestructura hasta la expansión y, sin ningún contendiente, gané la presidencia en 1997, puesto en el que me desarrollé por veintiún años”, comentó.
En 2018, el notario Prado dejó la presidencia estatal para postularse como presidente del Colegio Nacional de Notarios, para ese punto, ya se había desempeñado como vicepresidente de la intendencia en múltiples periodos.
“Ya me habían propuesto varias veces que me postulara, pero soy sincero, mi hija era mi ancla para quedarme en Saltillo. Cuando le propusieron matrimonio me decidí y me lancé, sin oposición, a la contienda en Durango y ganamos la elección”, dijo emocionado.
Durante dos años, de 2019 a finales del 2020, el notario Prado se realizó dentro del prestigioso colegio, ejerciendo sus funciones con mucha puntualidad; “Al concluir, me designan como consejero de la Unión del Notariado Latino, que está conformada por 93 países, que conforman el notariado a nivel mundial”, confirmó.
Para este punto, Armando Prado pertenecía al grupo que representa a un cuarto de la población mundial, brindando servicios notariales porque en sus palabras: “Un Estado de Derecho que no vive en paz no es no es un buen Estado de derecho”. Un año después, fue designado como presidente del Congreso Mundial y para este punto, el notario había dedicado 25 años de labor y servicio.
El notario comentó que le prometió a su familia retirarse en cuanto pudiera, sin embargo, no contó con que llegaría la crisis sanitaria por el COVID19, por lo que tuvo que entrar de nuevo en acción; “En ese tiempo me llegó una noticia que cambió por completo mi panorama, mi hija Ana Karen estaba embarazada de mi primer nieto”, mencionó con una sonrisa.
“Terminé como quería concluir, luego de un congreso mundial; si me preguntas qué me quedó pendiente, yo diría que nada, hice de todo, mi misión fue unir y capacitar”, concluyó.
Armando Prado continúa trabajando en su notaría. Tiene tres hijos y tres nietos, producto de su matrimonio de 38 años con Olivia Flores, Armando y Arturo, que siguen sus pasos por la abogacía, y Ana Karen Prado, quien es licenciada en Relaciones Internacionales y cuenta con una Maestría en Administración y Alta Dirección.