A los 27 años, Alejandra López Perales se ha consolidado como una de las fotógrafas más prometedoras de Saltillo, Coahuila. Desde temprana edad, el lente de una cámara se convirtió en su forma de conectar con el mundo.
“Desde pequeña iba al rancho con mi papá y tomaba fotos de naturaleza”, recuerda Alejandra, quien a los 7 años recibió su primera cámara, un regalo que marcó el inicio de una pasión que la acompañaría toda su vida.
La trayectoria de Alejandra López Perales
Su camino profesional comenzó con la licenciatura en Fotografía Profesional en LCI Monterrey, donde combinó sus estudios con trabajos al lado de fotógrafos reconocidos.
“Cuando regresaba a Saltillo, empecé a tomar fotos en eventos sociales como bautizos y primeras comuniones. Aunque no sabía qué tipo de fotografía quería hacer, decidí explorar un poco de todo”, comparte.
Hoy, cinco años después, Alejandra mantiene esa versatilidad como uno de sus sellos distintivos.
“Los retos me encantan. A veces me piden cosas que no sé hacer, investigo, y si el cliente está de acuerdo, lo intento”.
Para Alejandra, la fotografía es mucho más que capturar una imagen. Es una forma de expresar emociones y experiencias.
“La fotografía no solo se trata de crear imágenes bonitas, sino de expresar lo que sentimos y vemos”, explica. Una de las frases que más la inspiran es del célebre fotógrafo Ansel Adams: “El componente más importante de una cámara está detrás de ella”.
Esta reflexión ha llevado a Alejandra a valorar el equilibrio entre su vida personal y profesional. “Por más que ame lo que hago, necesito tiempo para mí, para estar con mi familia y disfrutar de las cosas simples de la vida”.
Uno de los hitos más significativos de su carrera fue la oportunidad de realizar una maestría en fotografía de bodas en Madrid. Durante este periodo, Alejandra descubrió la importancia de vivir con calma.
“Aprendí que la vida se va demasiado rápido como para trabajar todo el tiempo. Ahora me doy el tiempo para hacer cosas que disfruto, como ir de hike o jugar golf”, confiesa.
Este aprendizaje no solo enriqueció su visión personal, sino también su trabajo, aportando una frescura y autenticidad únicas a cada proyecto que emprende.
Su estilo fotográfico se caracteriza por la iluminación natural y la espontaneidad. Para Alejandra, cada sesión es un proceso colaborativo con sus clientes. “Creamos un moodboard juntos y durante la sesión busco que se sientan cómodos, sacando emociones reales a través de conversaciones o juegos”, explica.
Cuando enfrenta bloqueos creativos, Alejandra encuentra inspiración en la naturaleza y actividades artísticas.
“Me gusta salir a tomar aire fresco, pintar con acuarelas o simplemente descansar un poco”, dice. Esta capacidad de reconectarse con su creatividad es clave para seguir capturando momentos y emociones únicas.
Alejandra ve su trabajo como un regalo para las generaciones futuras. “Me motiva saber que las fotografías que tomo serán tesoros para los niños cuando crezcan. Es una forma de viajar en el tiempo y revivir recuerdos”, reflexiona.
A quienes inician en la fotografía, les ofrece un consejo lleno de sabiduría:
“Exploren, trabajen con otros fotógrafos, y nunca se comparen con nadie. Tu trabajo tiene valor porque es único. No necesitas el equipo más caro, solo necesitas empezar”.
Alejandra López Perales no solo captura momentos, sino que inspira a quienes la rodean a ver la belleza en lo cotidiano y a vivir con pasión y propósito.
Su historia es un recordatorio de que el arte, como la vida, es una aventura que vale la pena explorar.
