Por: Xavier Orendáin de Obeso
Presidente del Consejo Directivo de Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de Guadalajara
@PresidenteCCGdl y @CamaradeCom_GDL
Faltan pocos meses para que iniciemos una nueva etapa en la vida política de nuestro país. La incertidumbre que dominó el ambiente de negocios durante la primera parte del año, progresivamente se ha desvanecido de forma favorable para los mercados financieros, una vez que se conoció al ganador de la contienda presidencial y se dieron las primeras señales que propician estabilidad económica.
El virtual ganador de la elección presidencial, Andrés Manuel López Obrador, se acercó al sector empresarial para explicar las prioridades para el nuevo gobierno.
Como Cámara de Comercio de Guadalajara no solo estuvimos presentes en las reuniones con la comunidad de negocios, sino que pudimos acercarnos e intercambiar puntos de vista con el próximo presidente de México.
Además, se comprometió a tener reuniones cada 3 meses con nuestra Confederación Nacional de Cámaras de Comercio, Servicios y Turismo (CONCANACO) para establecer un diálogo constructivo que detone el crecimiento económico.
Nuestra responsabilidad como empresarios es tender puentes y hacer equipo con el nuevo gobierno en lo que nos corresponde, pero no debe entenderse como un cheque en blanco. Somos parte de una sociedad cada vez más participativa e informada y es responsabilidad nuestra, exigir y vigilar que estos y otros compromisos se cumplan. Tenemos que exigir resultados contundentes y reales en seguridad, anticorrupción, aplicación del Estado de derecho, educación, mejora regulatoria.
Ante todo, es vital que se garantice el rol protagónico que la sociedad ha adquirido en los aspectos públicos, para que en un proceso de cocreación y gobernanza, se construyan las soluciones que la sociedad demanda.
Como lo hemos hecho durante 130 años, como cámara de comercio, seguiremos sumando, construyendo, proponiendo y cuando se requiera, denunciando.
Los compromisos establecidos son claros, y de cumplirse de manera viable, responsable y eficaz, podrían resultar positivos para las empresas y la economía de México. Destacamos:
Un gobierno eficiente, sin aumento de impuestos ni impuestos nuevos, sin contratación de deuda o déficit, centrado en la eficiencia y control del gasto público.
Plan de infraestructura con énfasis en los estados del sur del país que detone la inversión.
Una adecuada gestión de la infraestructura energética, sin aumento de precios más allá de la inflación e inversión en refinerías bajo un esquema de descentralización de dependencias gubernamentales en la materia.
Reducción de la desigualdad, con un programa especial para adultos mayores cuya dispersión de recursos podría realizarse en establecimientos de comercio formal, así como becas para jóvenes contratados como aprendices en empresas formales.
Gobernabilidad, sin medidas impuestas y reuniones diarias con el gabinete de seguridad.