Pues como diríamos muchas veces: “¿cual quieren primero, la buena o la mala?”.
Antes que nada, le explicaré que el título: “Un evento en la industria del calzado de talla internacional -por fin-“ alude a que nos deben un SAPICA de altura, no demos, ni ensayos, como han sido los últimos 15 años. Al evento de calzado más importante de Latinoamérica, según CICEG (quien es el organizador), se le ha olvidado ponerle un poco más de creatividad y dejar de maquillar los números como siempre lo ha estado haciendo.
Bueno, comencemos con “la buena”: ya se firmó que el Congreso Mundial de Calzado sea en la ciudad que ha ostentado el nombre de “Capital Mundial del Cuero y el Calzado”. Justo el lunes 27 de enero por la mañana se hizo formal. Casi se queda en solo compromisos y palabras de honor, pues el Gobernador Miguel Márquez y la Alcaldesa Bárbara Botello cancelaron su viaje de último momento. Según palabras del vocero de Botello, solo era la firma como testigo de honor, pero de que valía esa firma, valía.
Sin duda alguna, además de la derrama económica y la globalización muy fuerte esta temporada (noviembre 2014), el Congreso posiciona a León como la ciudad óptima para celebrar un evento de talla internacional, pues su ocupación por habitación es bastante amplia.
Lamento ir ahora con “lo malo”: esperemos y roguemos que para ese entonces los hoteles, restaurantes y establecimientos que brindan servicios al turista, mejoren y se profesionalicen, pues hay muchos que parece no importarles que vivan de los visitantes, en su mayoría pequeños hoteles que no han pensado en la renovación de imagen o preocuparse por un brindar un servicio de excelencia. No estoy diciendo que todo lo pequeño tiene que ser malo, uno de mis lugares favoritos para desayunar es “Almuerzos del Moral” ya que brindan un excelente servicio y sus alimentos siempre son de calidad, y no precisamente vienen de una franquicia. Otro de los “peros” serán los taxistas: en cada congreso de alto nivel, se les capacita y se les brinda información para apoyar a los turistas que los abordan, la realidad, es que a muchos no les interesa y mucho menos leen la información que les brinda; el trabajo de capacitación está hecho, pero como bien dicta el dicho: “a chillidos de puerco… oídos de chicharronero”. Ni siquiera les voy a tocar el tema de siempre: los limpia-parabrisas, que por más programas o apoyos que brinden a quienes menos tienen o piden dinero en las calles, las personas que se dedican a la mendicidad o al trabajo en los semáforos continúan en sus labores diarias. No es que me espante ni muchos menos, pero les recuerdo que el semáforo del bulevar Francisco Villa y López Mateos siempre tiene la cualidad de ser centro de comercio, prestadores de servicios automotrices y mendicidad; lugar por el que será obligado a pasar en este majestuoso evento.
En fin, hay muchas aristas y muchas cosas por hacer, pongamos nuestro granito de arena para que la ciudad de León siga estando en la mira de congresos de esta talla, como el que pusimos de referencia.
Pero algo muy importante que no debemos olvidar es que aquellos productores de Italia y Brasil, al ver que nuestra propuesta de calzado no es tan innovadora a la que están acostumbrados, o que la ciudad es magnífica como anfitrión de eventos pero no en el tema industrial; la esperanza es que no nos quieran quitar el mote “capital mundial del cuero y el calzado”.
