Hace apenas cuatro meses, en el mes de abril levantamos la primer encuesta de percepción de seguridad en el Estado de Guanajuato tomando varios municipios como parte del muestreo, entre ellos el municipio de León. Los cambios en tan solo cuatro meses en la percepción de la población en materia de seguridad son extremadamente llamativos y preocupantes, pues tal parece que estamos, como ciudad, llevando el imaginario colectivo de una percepción a un terrorismo social.
Si bien es cierto que León es una ciudad aún ajena a los grandes problemas de seguridad que viven otros municipios en los que ésta prácticamente ha dejado de existir y la población ya no tiene una percepción sino una realidad de terror diario, por ejemplo: Torreón, Zacatecas, Cd.Victoria, Nuevo Laredo, por citar algunas, la creciente percepción negativa que engloba el imaginario de la población hace que los números oficiales (que aparentemente ni existen en esta ciudad) sean rebasados por la percepción generada por diferentes medios de comunicación y prensa escrita quienes últimamente han dedicado los titulares y las grandes letras negras de las primeras planas a la alarmante y dantesca idea que León está ya en las garras de la anarquía del crimen organizado.
Este incremento de “terror” lo podemos ver claramente en la siguiente gráfica:
Mientras que la percepción de la inseguridad en el país se mantiene en un promedio estable, lo mismo que la percepción del Estado, vemos que en el caso concreto de León hay un incremento considerable del 10% de personas que creen que la situación local es muy grave. Es un incremento considerable y preocupante en tan solo cuatro meses donde evidentemente la información local ha colaborado de manera indiscutible con la percepción de gravedad.
Otro cambio importante se observa al preguntar específicamente por el que se creé es el principal problema (de inseguridad) en la ciudad. Los resultados de un periodo a otro cambian radicalmente, no solo por los porcentajes, sino por la idea de lo que es el problema en sí.
Como se puede observar en las gráficas comparativas del mes de abril 2013 y julio 2013, hay problemas percibidos que se mantienen como el pandillerismo o robo que ocupan casi la misma posición, esto nos indica dos cosas claramente: 1).- Que tanto el pandillerismo como el robo sí son reales y sí son visibles por la ciudadanía y 2).- Que la gente que cree que hay un problema de robo, lo sigue creyendo y lo seguirá creyendo muy a pesar de los discursos de las autoridades.
Lo más importante de estas gráficas lo encontramos en la aparición de una nueva respuesta en una cantidad bastante significativa. Los leoneses incluyen ya como un problema a la Policía Municipal. Englobando en esta gráfica todas las menciones sobre “Corrupción de la policía, involucramiento en actos delictivos, falta de policías, robo por los propios policías, abuso de autoridad, etc.”
No es menor que el 33% de la población en León a estas alturas crea que su policía municipal es un problema para su ciudad. Esto habla de una eminente desconfianza no solo de la institución, sino de la figura de autoridad. Un hecho que en muy poco tiempo será totalmente transferible a las autoridades administrativas, llámese Presidencia Municipal.
Al cierre de julio, la encuesta nos demuestra que es la policía municipal la que más desconfianza y menos respeto representa para la población:
Históricamente es “TRANSITO MUNICIPAL” quien ocupa este lugar, ahora desplazado y por un porcentaje sobresaliente por la policía municipal.
El problema de la percepción de la policía no es un tema que debiera tomarse a la ligera. Un ciudadano incapaz de creer y respetar a la institución policíaca podría ser un incendiario más en la desesperación de la búsqueda de la justicia, ya sea por su propia mano, o bien entorpeciendo el proceso de investigación al pensar de manera individual que nada se logrará a través de las vías institucionales.
Ante esto, apenas en abril del 2013 la población calificaba con un promedio de 6.3 al cuerpo de policía, mientras que en julio esta calificación baja considerablemente a 5.2 con una intención totalmente reprobatoria del cuerpo policíaco.
Otro factor de atención relacionado con la baja confianza que se empieza a permear hacía nuestra policía es la relacionada con la cultura de la denuncia (de por sí pobre desde su origen) esta idea de tener que denunciar sin las garantías de anonimato y sin esperar represalia alguna por parte de los delincuentes se ve duramente cortada derivada de la percepción negativa de la institución de seguridad:
Vemos como se incrementa el porcentaje de personas que dicen QUE NO denunciarían (+14.1% en cuatro meses) siendo las principales causas: Falta de garantías y temor a represalias, considerando que para la mayoría de las personas (62.6%) La policía Municipal se ha corrompido ante la delincuencia organizada.
Nuestras autoridades municipales deben de entender que una cosa es lo que ellos saben internamente y otra lo que la gente piensa de forma externa y que esta última, la percepción social, podrá ser errada en sus fundamentos, podrá ser alejada de una realidad, podrá incluso ser manipulada por los medios de comunicación que (mezquinamente) busquen generar un daño a la autoridad a partir de encabezados de terrorismo, pero sin duda, es y será la opinión pública, la que valga al final y juzgue el actuar de la Administración Municipal .
Por eso al preguntarle a la población dos hechos relacionados las respuestas son contundentes:
Aunque en estas gráficas una parte de la población considera que no solo el Gobierno Municipal es responsable de la inseguridad local y que algunos están de acuerdo con la solicitud de la Presidenta Botello de tener paciencia entendiendo la población a favor que es un problema que no se acaba de un día para otro y que lleva un tiempo y estrategia si no erradicarlo sí controlarlo. Para la inmensa mayoría esta forma de pensar no es la que demuestra en sus respuestas.
Nuestros gobernantes, locales y estatales, deben entender una cosa: La población no está para discursos prometedores, intermedios y blandos, o para razones que conllevan tiempo, los medios hablan más rápido y más fuerte, la percepción negativa sobre la seguridad y la policía local crece como nunca lo habíamos visto en nuestra ciudad, finalmente el terrorismo social está haciendo eco en las mentes de la población y nuestras autoridades no pueden salir tan irresponsablemente a dar un discurso mediocre ante tal monstruo que como ciudadanos tenemos que afrontar e imaginar quién sabe cuántas cosas más.
Este problema no es un problema de comunicación, no es ni siquiera un problema de un medio contra el Gobierno. Es ya un problema de terrorismo social y como tal, solo se puede solucionar a través de inteligencia y estrategia.
Ojalá este Gobierno sepa el significado de estas palabras y entienda que la percepción negativa es revertible con hechos y no con palabras. Y que en este momento solo de percepción, haga algo que deje muy clara la acción y el respaldo de nuestras autoridades y Gobierno, antes de que la percepción sea desbancada por la realidad.
NOTA METODOLÓGICA: Resultados de la encuesta de seguridad 2013 levantada del 15 al 20 de julio del 2013 con una muestra de 600 casos en la zona urbana de León, Guanajuato, Levantamiento: Casa por casa, abarcando 60 colonias urbanas. Instrumento de recolección: Cuestionario estructurado, NC: 96% ME: 5%, tasa de respuesta 95%.