Mucho se ha debatido sobre la conveniencia de aplicar el impuesto al valor agregado (IVA) a los alimentos y medicinas. La izquierda vocifera que es un atentado contra la economía popular. Los partidos de derecha la consideran una propuesta de realismo económico.
Somos uno de los pocos países que castiga la productividad vía el elevado impuesto sobre la renta, su kafkiana miscelánea fiscal emitida anualmente y que algunas veces resulta una carga pagar justamente las contribuciones.
Mientras que al consumo se le aplican tasas bajas y se ponen muchas exenciones, pues resulta contraproducente que por el caviar no pagues IVA, u otros alimentos demasiado onerosos. Debido a la afectación del poder adquisitivo de las mayorías, seguimos sobreprotegiendo a los pobres en lugar de remunerarlos bien para que gasten más y paguen más impuestos.
Cuando el PAN estaba en el poder el PRI siempre se aliaba con la izquierda para mantener una postura contra dichas propuestas, se lanzaban campañas de defensa de la economía popular, bajo el argumento de proteger a las masas de desposeídas y así resarcir su capacidad de supervivencia.
En cuanto al impuesto a la productividad, solo los que pueden invertir en equipos de contadores se dan el lujo de aprovechar las lagunas o errores de la reforma fiscal anual, ya que este impuesto afecta duramente a la clase media, que es la que más produce y a la cual le es deducido el ISR de manera automática, según un tabulador.
Se ha dicho reiteradamente que el problema en nuestro país no es la evasión fiscal, sino la elusión (quienes viven al margen del pago de impuestos). Se ha tratado de combatir añadiendo en el código respectivo la obligación de darse de alta, expedir recibos y ahora facturas electrónicas, con su respectiva firma digital; sin embargo, no ha dado resultado porque hay demasiada economía informal que paga lo mínimo, únicamente cuando compra para surtir su negocio, no piden factura, salvo una simple nota de remisión, eludiendo pagar más impuestos, lo cual daña al erario público.
¿Cómo puede ser posible que exista tanta economía informal (por ejemplo, los tianguis en todas las ciudades)? Es necesario apoyar la reforma fiscal en lo relativo a la tasa única de IVA a todo el consumo, incluidos alimentos y medicinas, y una tasa única de impuesto sobre la renta que permita hacer más fácil su cálculo, evitando la doble tributación (se le tributa al fisco, pero también al o los contadores, al ser los que comprenden los arcanos de las reformas fiscales).
Si queremos que México salga adelante, es imprescindible simplificar la cuestión fiscal para que todos paguemos y se eleve nuestro nivel de vida, y además retribuir bien a los trabajadores para que gasten y paguen impuestos.
