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noviembre 5, 2024

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DE TOREROS Y TRAIDORES

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El viernes pasado, leí un encabezado que me llamó la atención, la verdad no recuerdo con exactitud el título, pero iba mas o menos así: “ Diputado priista se vuelca contra su bancada”; mientras estaba en el Congreso del Estado realizando algunas labores, le pregunté a la persona que fui a visitar que quién era el diputado del que se hablaba. “Es un diputado de apellido Romo”si hubieran visto la cara de la empleada, hubieran sentido la misma pena ajena que yo sentí, lo único que respondí fue: “”¡Ah! Ya se de quién se trata” a lo que complementó:“el mismo Diputado torero, ese que solo hace show’s”.
   Y sí, el Diputado Romo no viene a la mente por su flamante trabajo legislativo, ni por su trabajo comunitario, mucho menos por las fotos en las que aparece atendiendo a los necesitados en zonas marginadas de su distrito, ni por llevar juguetes o rosas en días del niño o de la madre, actividad que me parece de lo mas populista y clásica en nuestros representantes.
   El Diputado salió como candidato por ser el líder del Movimiento Territorial en León, la fuerza que encabeza Alejandro Arias en el Estado, y que sin afán de nada, al igual que la CTM, es de las organizaciones que más gente mueve en PANilandia.
   Al ver las fotografías de Guillermo Romo en campaña, en definitiva parecían ficticias; incluso hubo personas que comentaron: “parece que se puso todo el botox de la ciudad para esas fotos”.
   Después de ganar en las urnas, Romo, junto con sus compañeros de bancada, asistieron a una capacitación para que supieran como funciona el Congreso: lo que se debe o no hacer, lo que deben de abstenerse, y lo mejor, recordarles que están al servicio del pueblo. Pues parece que se la pasó jugando en esos dos días,  tiempo después se estacionó frente al Congreso del Estado (situación que no debió ser) argumentando que era legislador, además de portar estrobos y placas distintas de circulación con la misma justificación.
    Pero qué tal el día que subió a tribuna disfrazado para defender la fiesta brava en el Estado. ¿Cuándo habíamos visto un legislador humorista? Habíamos escuchado discursos de bromas, pero con disfraz, no lo recuerdo. Si hubiéramos sabido que el disfraz era solo el previo de lo que venía, en serio, en lugar de darnos risa lloraríamos.
   Ya dejándonos de mofar de todas y cada una de las ocurrencias, la lectura a primera vista es la traición ¿por qué? júzguelo usted mismo, simplemente el Diputado Romo se mareó a la primer espuma de su chocomilk, en un idioma leonés. Es Diputado local, elegido entre los de su colonia, un líder menor llevado a una escena estatal para defender a aquellos que le regalaron su voto de confianza. ¿Y qué ha hecho por su distrito? ¿Por lo menos ha tramitado algunas becas? ¿Ha pavimentado alguna calle? ¿Ha llevado drenaje y agua potable? La verdad es que no lo creo.
   Lo que se teme es lo inevitable: que en un arranque de seguridad y optimismo se declare Diputado ciudadano, y ahí si, ni como gobernarlo (ni ahora tampoco). En fin, la moraleja es: no andemos prostituyendo nuestro valioso voto a cualquier candidato que nos prometa el sol, despensas, la luna y las estrellas. ¿O acaso no nos hemos cansado de andar subsidiando botox, camionetas de lujo y disfraces para toda ocasión?
P.D. Eso nos pasa por andar fabricando politiquitos, sin oficio ni beneficio.

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