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noviembre 5, 2024

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CREATIVIDAD LEGISLATIVA

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Cuando la creatividad legislativa se pone en marcha en México hay que temblar. Ejemplos sobran: el registro nacional de teléfonos celulares, la prohibición de los vidrios polarizados en Nuevo León,  la tenencia, y muchas otras medidas que frecuentemente atentan no solo contra el bolsillo sino contra el sentido común.
     Fue así que los diputados federales del PRI se pusieron creativos y se dijeron a sí mismos: ¿cómo podemos darle más recursos al IMSS? Y llegaron a la conclusión de que había que homologar los salarios de referencia que se usan para el SAT y los que se reportan a la seguridad social. La medida sería buena si no fuera a destiempo e insuficiente. A destiempo porque sabemos desde hace más de una década que el IMSS está quebrado y sobrevive gracias a los recursos fiscales frescos que año con año se le inyectan desde el presupuesto federal. La homologación pudo hacerse en otros momentos antes, más adecuados, y no se hizo. En este momento sería una puntilla, por ejemplo, para la industria de la construcción, la cual enfrenta una fuerte crisis (ha decrecido más de 1% desde noviembre pasado), y para miles de empleos formales que seguramente se volverían informales o desaparecerían.
     Además es insuficiente porque para equilibrar el presupuesto del IMSS en este año se requieren 34 mil millones de pesos y la homologación solamente aportará, de conservarse los empleos, tres mil millones. A todas luces, no es negocio para el país.
     Lo bueno de esto ha sido que la creatividad legislativa puso de nuevo en la agenda de los problemas nacionales el tema del Seguro Social y el diluvio que viene: ¿con qué dinero se pagarán las pensiones de los afiliados al Seguro Social y otros sistemas de pensiones y el resto de los burócratas federales, estatales y municipales?

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