Con tan solo 29 años, Rolando Mendoza Romero ha tenido una trayectoria amplia. Cursó la carrera de medicina en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, hizo la Especialidad de Cirugía General en el Hospital São Lucas da PUCRS y actualmente está cursando la Maestría en Medicina y Ciencias de la Salud en la Pontifica Universidad Católica do Rio Grande do Sul y la Subespecialidad en Cirugía Plástica en el Hospital São Lucas da PUCRS.
Siendo una persona perseverante y perspicaz, nos contó acerca de su experiencia en Brasil como residente de Cirugía Plástica y de las expectativas y los retos que se topó en el camino.
¿Cómo surge tu pasión/vocación por la Cirugía Plástica?
Para empezar, siempre admiré a mi papá por ser un gran médico. Desde los 7 años supe que quería ser doctor. Inicié la carrera abierto a todas las posibilidades pero firme de querer una especialidad quirúrgica. Fue casi a la mitad que decidí finalmente que sería cirujano plástico. Aparte de considerarme muy perfeccionista, me vi fascinado por la mezcla entre la ciencia y el arte, el balance entre lo estético y lo reconstructivo, la idea de no sólo lograr mejoras visibles, si no también intangibles como el autoestima.
Cuéntame acerca de tu trayectoria como residente de Cirugía Plástica.
Entrar a la subespecialidad de Cirugía Plástica fue una de las noticias más felices que he recibido. Tuve el privilegio de ser aceptado en uno de los servicios de mayor prestigio en Brasil como es el de la PUCRS; con excelentes maestros y colegas que se han convertido en amigos por la intensa convivencia y aprendizaje juntos. El día a día es muy pesado, pero cuando haces lo que te gusta, no pesa el trabajo. En el Hospital atendemos pacientes tanto del sector público, como del privado; Por ser hospital de referencia, hay un gran flujo y un balance equitativo entre cirugías reconstructivas y cirugías estéticas. Brasil es un país con una altísima demanda de procedimientos estéticos y con más cirujanos plásticos per cápita en el mundo. Esto se refleja en mayor competitividad que a su vez aumenta la calidad en todos los aspectos.
¿Qué expectativas tenías de Brasil?
Gracias a la oportunidad que me dieron mis papás de vivir en distintos países durante mi vida, adopté la mentalidad de realizar mi especialidad en el extranjero, en el país que me ofreciera la mejor formación. En el momento que elegí la especialidad de Cirugía Plástica, Brasil siempre fue mi sueño. Hoy me doy cuenta que tenia razón e inclusive ha superado mis expectativas.
En la historia, siempre han habido líderes que inspiran a los demás. En Brasil el Dr. Ivo Pitanguy, considerado el “Padre de la Cirugía Plástica moderna” fue un médico pionero que inventó y describió muchas técnicas e instrumentos quirúrgicos, formó a varias generaciones de excelentes cirujanos en el país (y tengo la suerte que algunos de ellos sean mis profesores) además, sin duda ha inspirado a una gran cantidad de médicos jóvenes que aspiran a continuar el legado y mantener el liderazgo de Brasil como el número uno en esta especialidad. Hoy en día existe aún mucha investigación e innovación de técnicas por parte de la Sociedad de Cirujanos Plásticos Brasileños, manteniéndose siempre al frente y dictando hacia dónde va el futuro de la Cirugía Plástica.
¿Quién representó el mayor apoyo o impulso para seguir adelante?
Soy un firme creyente de que en esta vida, nadie ha logrado nada solo. En mi caso mis papás, mi hermano y mi esposa. Mis papás siempre me impulsaron a ser la mejor versión de mí mismo. Esa es una de las enseñanzas más grandes que me llevo para un futuro que yo sea padre. Encontrar en la educación de mis hijos, el punto en donde les das la libertad de ser lo que quieran ser en la vida, pero fomentando en todo momento el crecimiento individual. El apoyo ha sido constante e indescriptible. Sin ellos no estaría en donde estoy.
Mi hermano mayor, Sergio, que siempre me superó en audacia y eso me ha motivado a superarme. Ha sido un gran guía y como siempre digo, me enseñó con palabras lo que la vida le enseñó a él con golpes por enfrentarse a ella antes que yo.
Mi esposa Viviana se ha convertido en mi compañera y principal apoyo en este trayecto, ella vive a diario los horarios y el esfuerzo, no es fácil estar solos y tan lejos. La manera en la que se ha entregado a ayudarme a cumplir este sueño, ahora de ambos, es motivo suficiente para siempre querer seguir adelante y lograrlo juntos.
¿Cuál es el mayor reto al que te has enfrentado?
Precisamente el decidir hacer mi especialidad fuera del país. Nadie me marcó ni apunto el camino. Fue el hecho de tomar la decisión, creer en mi potencial, apostarlo todo y dejarlo todo atrás. Sin duda fue un gran desafío enfrentarme a un país, idioma y cultura nueva, sumando un ambiente hospitalario que ya es muy competitivo y a la especialidad de cirugía general, que suele ser la más demandante. Pero sabía que sería así, y así quería que lo fuera. En mi opinión, nada forja más el carácter como el buscar colocarte en situaciones difíciles hasta conquistar. Con el tiempo me gané el respeto, la amistad y quiero creer que la admiración de mis colegas y profesores aquí. Hoy me siento orgulloso y satisfecho con el lugar que me he ganado y lo alto que he puesto la bandera de mi país y de mi universidad de formación.
¿Qué se necesita para ser Cirujano Plástico?
Hablando matemáticamente, se necesitan mínimo entre 13 y 15 años de formación (me gusta mencionar que por eso no nos dan matemáticas en la carrera, para que se nos olvide contar jaja). Sin duda es una de las profesiones más largas, de hecho nunca termina. Primeramente hay que ser Médico, después hacer Cirugía General y posteriormente Cirugía Plástica.
Pero realmente, como cualquier otra especialidad, se necesita amar lo que haces, amar la medicina y el ayudar al prójimo. Se necesita encontrarle el placer al esfuerzo. Aprender a disfrutar el camino porque el camino es largo. Y a diferencia de las otras especialidades, es necesario tener un gusto por lo artístico, el detalle y la perfección.
¿Cuál ha sido tu mejor experiencia?
Es difícil elegir una, pero en mi opinión ninguna sensación se compara a la satisfacción interna de haber hecho el cambio en la vida de otra persona. Recientemente hubo un caso que me dejó un impacto muy positivo. Un caso triste de un niño con un trauma psicológico grave por haber sido quemado por su mamá, y su comunicación era casi exclusivamente con el papá. Tuve la oportunidad de operarlo de las secuelas graves por la retracción de las cicatrices de quemadura que provocaban limitación en el movimiento de los brazos y piernas debido al crecimiento. Básicamente con la cirugía recuperó ampliamente su movimiento. Se creó una confianza, amistad y su agradecimiento fue inexplicable. Me ha marcado con una satisfacción enorme.
¿En qué estatus se encuentra actualmente el proyecto, de acuerdo a las expectativas que te has puesto en él a futuro? / ¿Qué planes tienes en el futuro?
Estoy consciente de que me encuentro en un punto clave de mi camino. Estoy viviendo el inicio de las dos decisiones mas importantes de mi vida, que fue el casarme y la especialidad que elegí. Contento de arrancar mi trayectoria alado de Viviana y emocionado por lo que nos espera en el futuro.
Por lo pronto sé que debo exprimir cada día de esta experiencia para crecer como persona y como profesional, aprovechar mi estancia aquí y en este medio, seguir asistiendo a todos los congresos y cursos posibles y entablando relaciones para futuramente rotar con doctores destacados y nunca parar de perfeccionar mis técnicas y habilidades.
Tengo como objetivo regresar a Monterrey con la mejor formación posible para poder ofrecer un servicio de la mas alta calidad, compartiendo todas mis riquezas y conocimientos obtenidos. México sin duda tiene excelentes doctores y servicios, sin embargo me gustaría contribuir a subir el nivel y el estatus de mi país en la Cirugía Plástica para que cada vez tenga un mayor reconocimiento y prestigio internacional.
¿Qué bases de tu formación personal consideras que han sido y serán fundamentales para lograr este objetivo?
Creo que siempre viví en constantes cambios, eso me ayudó a crecer. Desarrollé una habilidad para la paciencia y la adaptación. Mi disciplina ha sido fundamental, me hace presentarme inclusive los días que no quiero estar ahí. El compromiso con mis metas, me hace sonreír las veces que falta motivación. Me obligo a ver cada problema o crisis como parte del camino y como reto a sobrepasarlos. Sin esfuerzo y/o sufrimiento no hay fortaleza. A final de cuentas, lo que hará la diferencia es tu grado de deseo y perseverancia de conseguir el desenvolvimiento de tu máximo potencial.
