En la actualidad, es posible ver muchos ejemplos de emprendedores exitosos en el mundo, pero es aún más fácil ver aquellos que emprendieron un nuevo negocio y cerraron operaciones por falta de buen manejo administrativo.
De acuerdo con Expansión, el 80% de las compañías en México son creadas por una necesidad financiera, cuestión que en la mayoría de los casos los lleva a la quiebran antes de los primeros 2 años de existencia. Entre sus principales razones; la falta de diferenciación entre emplearse y dirigir su propio negocio.
Es interesante ver las razones por las que las nuevas empresas no crecen al punto de ser estables y prosperar. El asesor experto en Pymes, Esteban De Gyvés (estebandegyves.com), menciona que hay 3 errores fatales que todo dueño puede llegar a cometer obteniendo como resultado la banca rota de su negocio.
Un gran número de dueños de negocios comienzan sus empresas con el propósito de buscar un nuevo trabajo y ser “su propio jefe”. Es aquí donde se comete el primer error: muchos de ellos suelen ver su negocio como su trabajo, cuando en realidad son dueños de una empresa entera y no sólo un puesto.
El problema de ver el negocio como un puesto de trabajo, va creciendo a medida que el dueño no delega tareas y se va encargando de absolutamente todo, además de recibir todos los beneficios que el negocio produce. Lo cual los lleva al error número dos; confundir la chequera del negocio con la personal. Lo anterior provoca que el negocio no tenga fondos para existir. Un empleado de una empresa está acostumbrado a tener un salario libre que puede gastar de la forma que este guste, sin embargo, al tener un negocio propio es fácil confundir el salario con las ganancias completas de una empresa por lo que la tendencia de estos dueños es gastar sin control lo que el negocio va obteniendo quedándose sin presupuesto para contratar personal y crecer aún más.
Por último, el tercer error que lleva estas empresas a su cierre es que, a falta de fondos, no se puede contratar empleados con la capacidad y calidad necesaria. Esto provoca en un mediano plazo a que el dueño opte por un personal menos capacitado y que cobra menos, teniendo como resultado un dueño que trabaja el doble pues debe hacer todo lo que el empleado no puede, cayendo en “si quieres que algo este bien hecho, mejor hazlo tú” lo que termina en una falta de conocimiento administrativo.
La idea de concebir una empresa no es algo sencillo. Los emprendedores deben ser conscientes de que un negocio tiene necesidades y que estas deben ser cubiertas por medio de una buena planeación. El dueño debe saber cómo delegar responsabilidades, además de tener siempre en mente que ser el dueño de una empresa no es lo mismo que ser el empleado de una.