Hace 19 años nace Casa Mi Ángel, una asociación dedicada a acompañar a mujeres embarazadas que se encuentran en una situación de desamparo. Su misión: Promover la vida desde la concepción, prevenir el aborto, y que estos bebés que nacen sean recibidos en un entorno sano y tengan todas sus necesidades cubiertas. El ingeniero José Luis Camps Escalante, Presidente Honorario y Fundador, nos cuenta sobre esta institución.
¿Cómo empieza Casa Mi Ángel?
Un grupo de amigos nos juntamos porque queríamos hacer algo y empezamos ayudando a los familiares de los pacientes del Hospital de Zona. Después supimos que un sacerdote de aquí de Monterrey tuvo una visión de que había que tener una casa para evitar el aborto en la ciudad. Le compartió esta visión a un grupo de señoras, a quienes conocíamos por amigos mutuos y nos contactaron. Teníamos una casa en donde dábamos albergue a los familiares de las personas del Hospital de Zona y ahí empezamos a recibir también a algunas jóvenes embarazadas y en desamparo.
Eventualmente decidimos dedicarnos a ayudar exclusivamente a las muchachas que estaban en situación de crisis por un embarazo no deseado. La finalidad es ayudar a la muchacha a que tenga su bebé en las mejores condiciones para que nazca lo más sano posible. Tenemos apoyo de varias instituciones; la escuela de pediatría y hospitales que nos ayudan en esta labor.
¿Cuál es el objetivo de esta asociación?
Nosotros defendemos la vida. Queremos que los niños crezcan, salgan adelante y que tengan un hogar seguro. Nosotros no somos una casa de adopción, estamos enfocados a la joven y al bebé. La decisión (si la joven se queda o no con el bebé) no es para nada de nosotros, es algo que tenemos totalmente prohibido aquí, que nadie influya. Ellas son las que tienen la última palabra. También se les enseña a ser independientes mediante un programa que se llama Escuela para Madres ofreciéndoles distintos talleres, para que conozcan algún oficio como repostería, costura y manualidades y puedan tener acceso a una mejor calidad de vida.
Además de recibir a estas mujeres, ¿qué otro apoyo les ofrecen?
Les ayudamos a las jóvenes con sus problemas legales, tenemos abogados. Si son de fuera del país, porque tenemos chicas que son de Centroamérica, les ayudamos a regularizar su situación legal. Protección Civil nos ha traído mujeres que sufren de violencia doméstica, a algunas las golpeaba el marido para que abortaran y nosotros les damos protección y resguardo.
Platíquenos un poco de sus programas de prevención
Nosotros con la institución podemos ayudar a cierto número de muchachas, pero la idea es prevenir. Contamos con el programa Consentir, en el cual nos acercamos a jóvenes entre 11 y 19 años para impartir pláticas sobre educación sexual. También tenemos el taller de bebés virtuales, que consiste en que los chicos se lleven a su casa a bebés que están programados para que manifiesten necesidades de un bebé real a todas horas del día, y los muchachos los atiendan y tengan una visión de lo que es atender a un bebé en sus necesidades básicas.
¿De dónde sacan recursos para esta labor?
Recibimos apoyo económico de varias fundaciones, así como el apoyo de personas que hacen posible el funcionamiento de nuestra labor, no solo económico sino con su valioso tiempo, compartiendo sus servicios profesionales y/u organizando eventos de recaudación. También tenemos un bazar en donde recibimos donativos en especie (ropa, zapatos, accesorios) y nosotros los vendemos para obtener recursos que se destinan a la atención de nuestros beneficiarios.
