A veces iniciamos algún proyecto empresarial y como que hace falta algo… ¿te ha pasado?
La Inteligencia Comercial es algo que nos puede ayudar en esto, equilibrar la razón con el corazón, equilibrar la emoción con indicadores de negocio, hacer una estrategia creativa.
La verdad es que es muy padre y en verdad estamos de acuerdo que una acción sin emoción difícilmente se llega a término, solo que si no medimos avance y hacemos “autogerencia” del proyecto tenderemos a ser víctimas de nuestra propia emoción.
El fracaso temprano de un proyecto muchas veces es más culpa de lo emocional que de la razón; si hacemos un esfuerzo enfocado, una planeación dirigida a un indicador, o hasta la anotación diaria de acciones, nos podríamos dar cuenta del avance real y hasta de las correcciones de rumbo que tendríamos que hacer de manera puntual.
Agenda de citas y eventos, uso de un CRM, bases de datos… Todas estas y lo que sea herramienta de soporte fuera de nuestro cerebro, será parte de estar utilizando mejor la Inteligencia Comercial. Inténtalo y mejora tus resultados.
