Tener hambre desesperada por el hustle (estar siempre muy ocupado, con mucho trabajo y andar a las prisas) no es algo que pensé experimentaría. Una de las cosas que estoy aprendiendo durante la pandemia es ser una hustler sin un empleo. No sabía cuánto lo necesitaba hasta que me quedé sin uno.
El hustle generalmente tiene una connotación positiva. En la clase de deportes en la escuela, la maestra siempre te apuraba y te pedía que mostraras ese hustle. Nuestro sistema educativo está basado en sacar buenas calificaciones e ir bien en una clase y en la otra, pasando de un grado a otro para graduarnos, ir a la universidad, tener un buen trabajo y continuar deprisa hacia la siguiente meta.
Yo era una fiel seguidora del hustle, la mayor parte de mi vida he tenido más de un trabajo, algunas veces hasta cuatro. Consideraba que ser “inquieta” era un adjetivo que mejor me describía. Pero en una pandemia, con ningún control sobre el trabajo, la economía… ¿en dónde quedo yo?
Forbes y Fast Company tienen incontables artículos sobre los que han conseguido dominar el sentido de estar siempre ocupado y con trabajo (hustle), artículos como: “Convierte tu hobby en un trabajo de tiempo completo y monetízalo”. ¿Qué pasa cuando una actividad que no estaba relacionada con el trabajo se convierte en tu labor más pesada?
Romantizando el hustle
Un ex compañero mío tenía un exitoso negocio secundario vendiendo coladores de café hechos a mano en Etsy. Estaba impresionada de saber que después de un año había logrado tener ganancias de 10 mil dólares, el negocio era exitoso sin lugar a dudas. Después de un año decidió cerrar rápidamente porque comenzó a sentir una gran carga y eso le generaba mucha molestia.
Lo que inició como un hobby de trabajar la madera se convirtió en una segunda ocupación y lo llevó al agotamiento. ¿Cuando tu hobby se convierte en tu trabajo te genera la misma felicidad? ¿tus sentimientos hacia esa actividad cambian?
Me di cuenta que el amor a la hustle y a ese estar ocupada todo el tiempo es como cuando experimentamos un amor no correspondido.
Hemos idealizado trabajar más allá de nuestras fuerzas por un socio que no aprecia nuestra devoción ni responde de igual manera.
¿Podrías culparnos por querer experimentar esos sentimientos de misterio, emoción en nuestro día a día? Por favor, incluso antes de la pandemia todo eso sonaba como algo que yo también quería vivir. Pero esta emoción de estar en constante movimiento, trabajando, y estar ocupados se nos ha ido de la manos. En 2014, Omid Safi escribió sobre “La enfermedad de estar ocupados (The Disease of Being Busy)”, nos encontrábamos en un punto de la historia donde teníamos la oportunidad de más tiempo libre que antes, pero nuestra vida está llena hasta el tope y nos sentíamos agotados, abrumados y en constante movimiento.
Otros dueños de negocios han escrito sobre sus intentos de reducir la velocidad y su rechazo a idealizar el hustle, como en el “Poder de la restauración (The power of RESToration)” Geek Chic Clothing escribió: “He sido condicionada tanto por la sociedad como por mis ancestros colonizadores de que el descanso es para flojos y débiles. Pero ¿saben? yo valgo más que todos mis logros.”
Terminando con el hustle
Yo personalmente estoy luchando para encontrar el balance entre la necesidad de sentir que estoy ocupada y tirarme a ver la vida pasar. Le pregunté a una amiga cómo iba la escuela remota de su hijo en casa y me contestó: “mi hijo es un adolescente que prefiere ver videos en Youtube o jugar videojuegos”. A lo que pensé, aparentemente la cuarentena me ha convertido en adolescente sin mi necesidad de estar ocupada y de prisa, la estudiante de excelencia y siempre dando de más se fue completamente en la otra dirección.
La respuesta a exagerar generalmente es la moderación. Nos han dicho que debemos controlar y moderar nuestro consumo de comida, alcohol, ejercicio, sexo. Parece ser que varios están teniendo epifanías el re-pensar la cultura del hustle, deteniéndose a oler las flores y vivir el momento.
Pero todos esos posts en redes sociales, mensajes y campañas de marketing sobre relajarte y bajar la velocidad (sin cuestionar sus buenas intenciones), son como todos esos mensajes hacia los millennials en los que les dicen que dejen de gastar 4 dólares al día en lattes para así poder comprar su casa, simplificando la complicación de las estructuras políticas y económicas, la desigualdad y la diferencia salarial.
5 pasos para romper con tu amor no correspondido por el hustle
- El rechazo lastima. No sólo en tu cabeza y corazón, también en tu cuerpo. Puedes experimentar síntomas de retirada física y emocionalmente. Reconoce tus sentimientos de duelo y déjate vivirlos. Bajar la velocidad se puede sentir antinatural al principio.
- Recuerda ¡no estás sol@! A diferencia de tu romance solitario el hustle, en estos momentos todo el mundo está experimentando estos sentimientos por la pandemia. Lee o escucha las experiencias de otros para que puedas probar qué es lo que te funciona mejor y háblalo.
- Identifica el patrón. ¿Estás utilizando el sentimiento de prisa o de ocupación para no lidiar con lo que sientes ahora? He notado que varios amigos se esconden detrás del “no puedo, estoy muy ocupad@ con trabajo”. Analiza si estás llenando vacíos o evitando entender lo que sientes llenándote de cosas.
- Suelta la necesidad de tener un final. No tenemos idea de cuándo va a terminar esta situación, por lo que aprovecha para soltar tus apegos a la prisa y la ocupación, para que puedas comenzar a vivir una vida que realmente te dé lo que necesitas.
- Mejor haber amado y perdido a nunca haber tenido esa necesidad de hustle. Puede ser que cuando analices la forma en que has vivido te genere culpa o estrés por no haberte dado cuenta antes de lo que estaba pasando, pero calma, todos hemos pasado por esto y es importante recordar por qué paramos para no repetirlo.
Vivamos con menos amores no correspondidos. Me robé esto que Omid Safi escribió en 2014 y los invito a reflexionar: “Insistamos en las conexiones humanas para cuando alguien nos diga “estoy tan ocupado” podemos contestarle, “lo sé cariño, todos lo estamos, pero quiero saber cómo está tu corazón.”
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Solo el año pasado, organizaron más de de mil eventos donde participaron 120 mil asistentes, en 300 diferentes ciudades y 90 países.
Por: Fuckup Nights