Hay un liderazgo que puede brindarnos una guía excepcional para llevar a nuestras empresas a lugares y posiciones de reconocimiento y productividad que jamás hubiéramos imaginado. Este tipo de inspiración viene del método que usan los coaches, entrenadores y personas que influyen en el deporte y que luego sirven de iconos, héroes y motivación. Alejandro Llantada, autor de El Libro Negro de la Persuasión, menciona la similitud entre el deporte y los negocios: “metáforas perfectas de una guerra: unos quieren ganar un partido y otros la participación del mercado. Todos quieren ocupar lo que tiene el otro”. De ahí se derivan cinco máximas que llevan a los líderes a crear verdaderas emociones en sus seguidores y motivarlos a ser mejores.
1 El liderazgo NO es un concurso de popularidad
Los líderes promueven el cambio cultural del sistema con el que trabajan y las personas con frecuencia se resisten a ello, por lo que algunas de sus iniciativas no son populares, pero a pesar de ello no dudan en empujarlas, en implementarlas con decisión, evitando la tendencia a querer agradar a su entorno. Es un error creer que un partido se gana metiendo al jugador más popular a la cancha; lo mismo sucede con las empresas, las actividades menos populares pero más efectivas que encaminan a la organización al éxito son las que se deberían implementar.
2 No seas jefe
Cuando eres un simple jefe la obtención de los resultados deseados siempre será incierta, ya que el compromiso del equipo no es genuino, es decir, el éxito o el fracaso estará determinado solamente por las instrucciones de una persona. En el caso contrario, gracias a la labor de un líder, las metas de la empresa son una aspiración e inspiración colectiva, un objetivo por el que los colaboradores están dispuestos a trabajar y sacrificarse.
3 Selecciona a los mejores
El reclutamiento y el correcto posicionamiento es imprescindible para crear equipos de alto desempeño y que los resultados sean alcanzados. En la organización se detectan talentos contundentes, algo así como el Aaron Rodgers de las ventas o el JJ Watt del marketing, no basta con exigirles un resultado. Hay que ser un Tom Brady, es decir: fijar metas y desarrollar una visión a partir de las capacidades del equipo, lo que además de resultar más efectivo logrará un mayor nivel de compromiso y entusiasmo del personal.
4 Los líderes te sacan de tu zona de confort
Un líder lleva a su gente más allá de sus aparentes capacidades, creen y ven cualidades que ellos mismos no ven. Así sacará lo mejor de los integrantes en cada actividad, se mostrará exigente con la firme convicción de obtener el mejor resultado posible del colaborador y llevarlo al resultado grupal. En palabras de L. Ron Hubbard a principios de los años 50: “las personas prosperan más cuando hay desafíos en su medio ambiente”.
5 El arma secreta: trabajar en equipo
Como decía el irrepetible Michael Jordan: “el talento individual gana partidos, pero el trabajo en equipo gana campeonatos”. La labor en conjunto genera la posibilidad de enriquecer los resultados.