El último año fue un experimento a escala global que puso a prueba la capacidad de implementar el trabajo híbrido o completamente remoto.
“Cada vez estamos más cerca del fin de la pandemia; sin embargo, cuando todo esto acabe nos encontraremos con que las prácticas laborales cambiaron para siempre. El trabajo híbrido o remoto permanecerá vigente; por ello, las empresas y los colaboradores que estén listos tendrán mejores oportunidades”, señala Sergio Nouvel, Cofundador y CEO de Get on Board.
Este nuevo entorno laboral exige que los trabajadores cuenten con nuevas habilidades, que se trate de personas autónomas, colaborativas, autodidactas y flexibles, con pensamiento crítico y muy interesadas en la tecnología, o que los reclutadores llaman Talento 2.0.
Ante estos nuevos retos, Get On Board, la mayor plataforma de reclutamiento de la industria tecnológica latinoamericana, identifica 5 tendencias que dominarán el trabajo híbrido durante el 2021:
1. Modelos de trabajo híbrido
A partir de este año y con la nueva normalidad, la combinación entre trabajo remoto y presencial será la norma. Esto beneficiará a todos, ya que muchos colaboradores invierten demasiado tiempo y esfuerzo para trasladarse a sus centros de trabajo y al no hacerlo podrán aumentar su productividad.
2. Atención en los resultados y no en el tiempo
Muchas personas siguen creyendo que pasar más de 9 horas frente a la computadora es sinónimo de un trabajo bien hecho; sin embargo, no se trata de eso. Hay quienes prefieren trabajar un par de horas por las madrugadas y sin interrupciones para lograr más resultados que personas que invierten todo el día. Por ello, es importante identificar y delimitar las funciones de cada trabajador, así como las métricas con las que se valorará su desempeño.
3. No más juntas que pudieron ser un mail
Durante la pandemia muchas empresas intentan “compensar” la falta de interacción humana con videoconferencias interminables. Esto ha tenido un impacto negativo en la productividad y la calidad de vida de los miembros del equipo. Ya que el tiempo dedicado a estas reuniones virtuales afectan e interrumpen el flujo de trabajo de las personas. Este tiempo podría invertirse en algo que produzca más valor para la empresa, y que permita que los colaboradores organicen mejor su productividad; sin embargo, hay quienes prefieren y disfrutan la interacción que sólo brinda el día a día en la oficina.
4. Abajo la cultura del workaholic y sí a tiempos más flexibles
El home office no se traduce como una disposición permanente, es primordial respetar el derecho a la desconexión. Los colaboradores hacen auténticos malabarismos entre el trabajo, las tareas domésticas y el cuidado de los hijos. Por ello, contar con flexibilidad en los horarios abonará a la creación de un círculo virtuoso de productividad.
5. La batalla por el trabajo asíncrono
Una buena parte de los beneficios del trabajo remoto sólo se hacen realidad a medida que un equipo se vuelve más asíncrono, es decir, que no dependa de la coordinación y la simultaneidad de los participantes para operar, ya que podrían incluso encontrarse en diferentes husos horarios y no por ello la operación debe comprometerse. Si eres de las personas que producen su mejor trabajo arriba de un avión, o que trata de llegar temprano a la oficina para que nadie te moleste, disfrutarás trabajar de manera asíncrona.
Estadísticas del trabajo remoto en México
Un sondeo realizado por la consultora alemana Statista, reveló que al cierre del primer semestre del año pasado el 72% de los entrevistados ya trabajaban desde casa.
Para este año 2021, 8 de cada 10 trabajadores desean que se mantengan las opciones flexibles del trabajo remoto. Según datos del Primer Informe de Tendencias Laborales realizado por Microsoft.
Los procesos de migración hacia estrategias y sistemas de trabajo remoto se gestan desde hace varios años, la pandemia sólo funcionó como un catalizador. Sin embargo, un estudio realizado por The Competitive Intelligence Unit, señaló que muchas empresas no se encontraban preparadas para su implementación, ya que en México sólo 20 de cada 100 empresas se consideraron listas para esta transformación al comienzo de la pandemia. Esto a pesar de que hasta el 70 por ciento de sus actividades se podían realizar de forma no presencial.