Según Fitch Ratings, el plan del presidente mexicano electo Andrés Manuel López Obrador (AMLO) de llevar a cabo licitaciones para perforar pozos petroleros en diciembre podría indicar un cambio en sus planes entorno a la reforma energética de México.
Las subastas deberían impulsar la inversión privada y extranjera directa y podrían ser beneficiosas para PEMEX a largo plazo.
Las licitaciones se aplazaron hasta febrero de 2019 a fin de darle al presidente nuevo la oportunidad de revisar los contratos existentes y evaluar el ritmo futuro de las subastas. Es posible que AMLO también trate de ofrecer contratos de servicio a empresas privadas para ayudar a PEMEX a extraer más crudo. Además, el presidente electo está considerando la posibilidad de eliminar la aprobación regulatoria que se requiere cuando PEMEX selecciona socios para la asistencia en el desarrollo de los bloques petroleros que explota. Estas iniciativas apoyan la apertura del mercado petrolero de México a otras compañías petroleras, podrían facilitar el proceso de alianzas y, a largo plazo, suponer un beneficio económico para PEMEX.
Fitch cree que la fecha de licitación acelerada demuestra el compromiso de AMLO con el aumento de la producción de petróleo en México, a la vez que se maximizan los ingresos del gobierno. Las transferencias de PEMEX contribuyen menos de 20% de los ingresos del gobierno federal pero han representado históricamente aproximadamente entre 25% y 30%. El año pasado, la producción de petróleo en México disminuyó a 2.1 millones de barriles por día (bpd) de un máximo de 3.5 millones de bpd en 2004, lo que representa una baja de alrededor de 40% desde 2004. Sin embargo, las transferencias al gobierno en forma de regalías e impuestos se mantuvieron por encima de 80% del EBITDA de PEMEX, lo que obligó a la compañía a endeudarse para financiar sus inversiones.
La plataforma del sector energético del gobierno nuevo prevé modernizar o ampliar las refinerías mexicanas y reevaluar la liberalización del precio de la gasolina y otros elementos de la reforma emprendida por el gobierno saliente. Los planes preliminares incluyen una inversión de capital por USD4 mil millones en PEMEX para aumentar un tercio la producción de petróleo en el transcurso de 2 años y financiamiento adicional para construir una refinería nueva o mejorar las instalaciones existentes por un total de USD11 mil millones en inversiones. La contribución de USD4 mil millones es relevante pero no necesariamente será suficiente, la agencia estima que se requiere entre USD15 mil millones y USD18 mil millones anuales para reponer completamente las reservas.
AMLO no detalló la forma de financiamiento de estas iniciativas, pero la semana pasada, el gobierno nuevo indicó que no espera que PEMEX incurra en deudas adicionales. Sin embargo, fuentes externas de capital deberían beneficiar al sector energético de México. Fuentes independientes estiman que los inversionistas extranjeros y locales privados podrían proporcionar hasta USD10 mil millones anuales a México en inversiones directas e indirectas. Según documentos gubernamentales, el sector energético de México recibió cerca de mil millones de dólares en inversiones y pagos al gobierno combinados desde la reforma energética en 2013.