En el marco de la celebración el 20 aniversario de Tecmilenio, se realizó un panel para conversar sobre la historia y la evolución de esta institución educativa.
En este ejercicio participaron los anteriores rectores, Carlos Cruz y Héctor Escamilla, junto con el actual rector, Bruno Zepeda.
Durante la charla, resaltaron como Tecmilenio se formó en 2002 como resultado de un proceso de planeación disruptiva, con el objetivo de ofrecer educación de calidad, accesible y asequible, y que, mediante la innovación, enfrentara los cambios constantes y acelerados a la realidad laboral, educativa y social del país.
En su participación, Carlos Cruz, rector fundador, expresó que hace 20 años llegaban a México universidades cuyo objetivo era el lucro y no la calidad.
Ante ello, crearon un modelo educativo diferente a todo lo que existía. Se buscó que los estudiantes no solo adquirieran conocimientos, sino competencias técnicas para el trabajo, pero sobre todo, competencias humanas para la colaboración y la vida.
“En el centro de todo lo que hacemos está el ser humano y su propósito de vida, tan es así que hoy, especialistas de talla mundial reconocen a Tecmilenio como una de las primeras universidades positivas del mundo”, explicó Héctor Escamilla, vicepresidente de áreas de desarrollo de áreas de apoyo en el Tecnológico de Monterrey.
Escamilla destacó que Tecmilenio se concibió con un modelo basado en competencias, que ofrece una gran flexibilidad al permitir que los aprendedores personalicen en un 40 por ciento su plan de estudio.
De esta forma, eligen materias que se adecuen a sus intereses y motivaciones.
Agregó que otro pilar es el enfoque en el bienestar integral de su comodidad, cuestión para la que se consultó a expertos internacionales que brindaron las bases científicas para hacerlo una realidad.
“Si una persona vive 100 años, los 4 años de estudios universitarios significan solo el 4 por ciento de su vida. Entonces, lo más importante no es tu carrera profesional, lo más importante es mantener desde que te gradúas, esa gran energía que te apasiona para hacer todos los días lo que más te gusta, sirviendo a los demás y contribuyendo a que este sea un mundo mejor. En este marco es donde hablamos la importancia de tener claro tu propósito de vida y obviamente, embebido en un ecosistema de bienestar y felicidad”, explicó Escamilla.
