El Tec de Monterrey, una de las instituciones educativas más prestigiosas de América Latina, tiene una historia rica en innovación y crecimiento.
Fundado en 1943, en plena Segunda Guerra Mundial, por don Eugenio Garza Sada y un grupo de empresarios visionarios, el Tec nació con la misión de impulsar la educación superior en México y convertirse en un motor de desarrollo para la sociedad.
Los primeros años: Fundamentos de un sueño (1940s)
La visión de don Eugenio Garza Sada y sus colaboradores materializó un proyecto educativo sin precedentes en México: una institución privada, sin fines de lucro, que fuera independiente de intereses políticos y religiosos.
El Tecnológico de Monterrey inició con 350 estudiantes en carreras de negocios, ingeniería y una preparatoria, sentando las bases de un modelo educativo pionero.
Desde sus primeros años, el Tec introdujo características únicas en el país, como la contratación de profesores de tiempo completo, un sistema semestral de estudios y residencias para estudiantes foráneos, innovaciones que se convertirían en su sello distintivo.
Durante la década de los 40, el Tec no solo consolidó su oferta académica, sino que también comenzó a generar un sentido de comunidad y pertenencia.
En 1945, nació su icónico equipo de fútbol americano, los Borregos Salvajes, con su mascota el Borrego. Un año después, Francisco Vera Escota se convirtió en el primer egresado, abriendo la puerta a generaciones de profesionales que harían historia en México y el mundo.
Expansión y consolidación: Un referente educativo (1950s)
Los años 50 fueron una década clave en la consolidación del Tecnológico de Monterrey como un referente educativo a nivel nacional e internacional. En 1950, la institución logró una importante acreditación por parte de la Southern Association of Colleges and Schools (SACSCOC), siendo la primera universidad fuera de Estados Unidos en obtener este reconocimiento.
Este logro colocó al Tec en el mapa global de la educación superior y reafirmó su compromiso con la calidad educativa.
Durante esta década, el Tec amplió su infraestructura y su oferta académica, incluyendo la creación del Instituto de Investigaciones Industriales y la inauguración del emblemático Estadio Tecnológico en 1950.
Además, fue en estos años cuando el porcentaje de estudiantes becados alcanzó cifras notables, con más del 30% de los alumnos recibiendo apoyo financiero, reflejando el compromiso de la institución con la equidad educativa.
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Innovación tecnológica y diversificación académica (1960s)
Los años 60 trajeron consigo una revolución tecnológica para el Tec de Monterrey. En 1963, llegó la primera computadora al campus, un IBM 1620, que permitió la creación del Centro Electrónico de Cálculo. Este hecho marcó el inicio de una transformación tecnológica que llevaría al Tec a ser pionero en la enseñanza de computación en México.
Ese mismo año, la institución celebró su vigésimo aniversario con 6,689 alumnos de 18 países, demostrando su creciente internacionalización.
La creación de programas de posgrado, como las maestrías en ingeniería y ciencias, subrayó su evolución hacia una universidad integral con una amplia oferta académica.
La pérdida de un visionario y el crecimiento exponencial (1970s)
En 1973, el Tec sufrió una gran pérdida con el fallecimiento de su fundador, don Eugenio Garza Sada. Sin embargo, su legado y visión continuaron guiando a la institución. Su hijo, Eugenio Garza Lagüera, asumió la presidencia del Consejo y, bajo su liderazgo, el Tecnológico de Monterrey vivió una expansión sin precedentes.
Durante esta década, se abrieron varios campus en todo el país, incluyendo Ciudad de México, Ciudad Obregón, Saltillo, Querétaro, entre otros. Para 1979, el Tec contaba con 9,968 alumnos distribuidos en diversas áreas del conocimiento, desde negocios e ingeniería hasta ciencias sociales y humanidades.
Diversificación y liderazgo global (1980s y 1990s)
Los años 80 y 90 marcaron el ascenso del Tecnológico de Monterrey como una universidad global. En 1989, fue la primera institución en América Latina en conectarse a Internet, lo que subrayó su apuesta por la innovación tecnológica.
El Tec se destacó por su enfoque en la internacionalización, creando redes con universidades de todo el mundo y fomentando el intercambio estudiantil y académico.
La década de los 90 también trajo consigo nuevas acreditaciones internacionales y la consolidación de su prestigio en el ámbito de la investigación y el emprendimiento.
En 1993, con motivo de su 50 aniversario, la institución celebró un legado de medio siglo con más de 50,000 alumnos y una red de campus en todo México.
Innovación educativa para el siglo XXI (2000s y 2010s)
El cambio de milenio trajo consigo nuevos retos y oportunidades. El Tecnológico de Monterrey no solo fortaleció su modelo educativo, sino que también se consolidó como un referente en emprendimiento e innovación. En 2013, lanzó el Modelo Tec21, una apuesta por una educación basada en retos, con un enfoque en el aprendizaje práctico y la resolución de problemas reales.
Durante esta etapa, también se crearon instituciones como Tecmilenio y TecSalud, ampliando el impacto del Tec más allá de la educación superior.
El legado del Tecnológico de Monterrey a 80 años de su fundación
Hoy, a 80 años de su fundación, el Tec de Monterrey es una institución global con más de 96,000 alumnos y un firme compromiso con la innovación, la investigación y el desarrollo social.
Su historia es un testimonio de cómo la visión de un grupo de empresarios puede transformar no solo una ciudad, sino un país entero, y cómo el Tec de Monterrey continúa siendo un faro de excelencia educativa en el mundo.