Es común pensar que la participación política solo corresponde a los servidores públicos, pero está también dentro de las responsabilidades como ciudadanos, el cumplir con las leyes, reglas de usos y costumbres de una comunidad con cordialidad y respeto, la búsqueda constante de coexistencia entre individuos y exigir el cambio activo cuando los derechos y obligaciones propios y ajenos no se cumplan.
“Nos enseñan a ser buenos hijos, hijas, padres, esposos, esposas, pero no a ser buenos ciudadanos. Viviríamos mejor en comunidad si fuéramos buenos ciudadanos e incluso muchas leyes no serían necesarias”. En esto puntualiza Tania Partida, empresaria, madre de familia, esposa y regidora del Partido Acción Nacional de la administración municipal de Monterrey, quien nos habla más a fondo de la importancia de hacer ciudadanía.
Tania encontró un don por el servicio desde muy temprana edad que primero se tradujo con un espíritu emprendedor, al fundar su primera empresa a los 19 años mientras estudiaba la Licenciatura en Contaduría Pública en la UANL, con la distribución de paletas en diversos comercios de la ciudad de Monterrey. Ese mismo ímpetu empresarial y pasión por el servicio fue llevándola por diversos giros como la construcción, comedores industriales hasta el ramo de la minería en el que actualmente tiene una empresa junto a su esposo.
El llamado a servir
Sin embargo, la pasión por el servicio de Tania no se quedó en la iniciativa privada. Necesitaba trascender a la comunidad. Su primera noción de política vino después de un duro golpe que sacudió hasta la quiebra a la empresa de su padre durante la gran devaluación de 1994 cuando ella era apenas una adolescente. Es así como nació en ella la misión de contribuir con sus habilidades a un bien mayor. “Me di cuenta que la política impacta mucho en la vida de la gente. Si no nos involucramos y participamos en lo que están decidiendo otros por nosotros, pueden llevarse nuestro patrimonio y vida con esas decisiones”, dice.
Es así como nació en ella la misión de contribuir a un bien mayor. Años más tarde, después de salir de una fuerte depresión debido a una pérdida familiar, Tania, ya con una importante trayectoria como emprendedora y empresaria, buscó un nuevo rumbo a donde encauzar ese don de servicio. Por recomendación de su esposo, y debido a su personalidad extrovertida y orientada a la organización, fue que pensó en involucrarse en la política.
Y así, un día como cualquier otro del año 2000, con currículum en mano, Tania se presentó muy temprano a las oficinas del Partido Acción Nacional en Nuevo León, donde para su sorpresa se encontraría con Rebeca Clouthier, quien formaba parte de la directiva estatal del partido en aquel entonces. Al ver la genuina intención, energía y disposición de Tania por el servicio público, le dio la inmediata bienvenida al partido.
Después vendrían capacitaciones, cursos, campañas, nombramientos y mucho trabajo, pues el camino no iba a ser sencillo. Tania guarda una especial admiración por Ángela Merkel, la ex canciller de Alemania, y reconoce lo complejo que puede ser el camino de las mujeres en la política, más en aquella época. “No son lo mismo las condiciones a las que nos enfrentamos como mujeres al momento de hacer política. Más cuando eres mamá, pues sigues en tu rol en la casa aun estando en campaña”, comenta.
En tiempo y forma
Uno de los elementos esenciales del concepto “hacer ciudadanía” es la participación inmediata. Accionar en el momento adecuado es clave para conseguir un efecto sólido. Hoy en día, con la inmediatez y facilidad que otorgan las redes sociales es más fácil que nunca alzar la voz, denunciar y señalar actos o fallas públicas que comprometan la seguridad colectiva de los ciudadanos. Hacer ciudadanía es una acción política que protege al prójimo. “Las redes sociales nos han abierto los ojos a un mundo al que no teníamos acceso. Ya nos abrió los ojos y nos obliga a denunciar y exigir resultados a nuestros políticos”, puntualiza la regidora del municipio de Monterrey.
Si el momento es clave, el lugar lo es aún más. Otra de las mejores formas de hacer ciudadanía es inculcarla a los más pequeños y eso inicia en casa, en familia. “Como mujer, si andas en la política no andas sola, andas con tu familia. Ellos saben que lo que haces contribuye a que cambien esas cosas que ellos ven y que a nadie nos gustan. Y así les enseñas lo importante de hacer ciudadanía”, dice Tania.
La trayectoria empresarial de Tania le ha hecho conocer y reconocer el valor del esfuerzo y del trabajo. Y a su vez, la importancia de mantener una libertad económica fuera del cargo público. “Sigo con mis empresas y a la par intervengo en la política, porque no vivo de la política. Es una manera de dar mi tiempo, experiencia y conocimiento en poder hacer que las cosas cambien para beneficio de la gente”, afirma.
Esto nos da una clara visión de que, para involucrarse en la política, basta disposición para aprender y un auténtico propósito de servicio a la comunidad. Hacer ciudadanía es una de las mejores maneras de aportar y construir un mejor país. El cambio empieza en uno mismo, después se comparte en familia o entorno directo, para expandirse a la sociedad con pequeñas o grandes acciones de servicio.
Saber que, al cuidar de tu vecino, él también ya está cuidando de ti. Ese es el valor de hacer ciudadanía.
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