De acuerdo a la actualización del semáforo de riesgo epidémico presentado por la Secretaría de Salud federal, Nuevo León, Jalisco, Ciudad de México y Estado de México, regresan al nivel naranja junto con otros 11 estados por el alto riesgo de contagio tras el incremento de casos de COVID-19.
Con el nivel naranja del semáforo, se permite el funcionamiento de espacios públicos abiertos con un aforo limitado así como las actividades económicas esenciales y no esenciales, aunque estas últimas deberían considerar trabajar con el 30% del personal. Hasta el momento, las autoridades estatales no han informado de cambios en el plan de reactivación económica.
Solamente tres estados se mantienen en color verde, que representa el nivel más bajo de riesgo de contagios de COVID-19. Se trata de los estados de Aguascalientes, Chiapas y Coahuila, que son los únicos que se mantienen en el nivel mínimo del semáforo que describe la intensidad de la pandemia en México en el periodo del 26 de julio al 8 de agosto.
Con el nivel verde del semáforo COVID-19, se permite la realización de todas las actividades, incluidas las labores escolares.
En nivel amarillo (riesgo medio) están 15 entidades entre las que destacan Chihuahua, Durango, Zacatecas, Baja California, Campeche y Yucatán.
En la actualización del semáforo que mide la intensidad de la pandemia de coronavirus, solo Sinaloa aparece en color rojo de máximo riesgo de contagios.
¿Qué es el semáforo epidémico COVID-19?
La Secretaría de Salud federal presentó este viernes una “nueva calibración de los indicadores” que se toman en consideración para el semáforo COVID-19.
Según el documento descriptivo, el semáforo representa tres aspectos del acontecer epidémico: transmisión entre personas y propagación territorial. capacidad de respuesta, y consecuencias de la epidemia sobre la salud y la vida.
“El semáforo no representa integralmente la epidemia, sino que se seleccionan una serie de indicadores que directamente orientan sobre su intensidad, la capacidad de respuesta a la misma y la estimación del riesgo de reducir o incrementar la actividad de la epidemia en el nivel local durante el proceso de reapertura de la economía formal e informal, así como de las actividades sociales”, describe el documento.