Multifacético y disciplinado son las dos palabras que mejor describen al Ingeniero Alejandro Rodríguez, un hombre que a lo largo de su vida ha dado su mayor esfuerzo en hacer las cosas que más le apasionan: el estudio, deporte y convivencia con su familia.
El Ingeniero Alejandro Rodríguez nació en la ciudad de Monterrey el 19 de abril de 1939 y creció bajo una educación rígida y disciplinada. Su madre, originaria de Bélgica, y sus abuelos maternos siempre le inculcaron la importancia de trabajar en equipo.
Por otra parte, su abuelo le heredó su habilidad por los estudios, “él tenía cuatro carreras y hablaba cinco idiomas”. Alejandro realizó dos carreras, tres diplomados, dos maestrías y actualmente se encuentra estudiando un Doctorado en Filosofía con especialidad en Administración.
De estudiante a empresario
Hernández Gómez, un marista que enseñaba química inorgánica y orgánica fue el que sembró en Alejandro su amor y pasión por esta rama del conocimiento, aparte de su abuelo materno, que entre sus múltiples carreras también estaba la química.
En 1959, mientras estudiaba en la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad de NL, inició su carrera laboral en Fierro Esponja como Ingeniero de Turnos en distintas plantas de la empresa. Sin embargo, como aún no se graduaba le era muy difícil estudiar con horarios irregulares.
A los tres meses consideró dejar su trabajo para terminar su carrera, pero su desempeño en la empresa fue tan bueno, que no lo dejaron ir fácilmente. Su horario fue ajustado y eso le permitió ir escalando.
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Etapa empresarial
Primero ascendió al área de Investigación y Desarrollo, y luego ocupó la Gerencia de Compras y Tráfico de Empresas Industriales. Ya graduado decidió pausar su vida profesional para continuar con su posgrado.
Emprendió una Maestría en Ingeniería Química en la Universidad de Notre Dame. A los seis meses Bernardo Garza Sada le planteó la idea de hacer una Maestría en Administración,
“yo sinceramente era un Ingeniero Químico hecho y derecho”, pero los azares del destino conspiraron para que se transfiriera a Wharton School of Finance and Commerce, de la Universidad de Pennsylvania obteniendo un M.B.A. En 1964 regresó a Monterrey, donde tomó puestos directivos de forma muy acelerada.
Después de Fierro Esponja fue Gerente de Control y Planeación de Producción. Posteriormente, Gerente de Mercadotecnia en la empresa Hojalata y Lámina, y Director de Planeación en Valores Industriales.
En ese periodo, el Ingeniero Alejandro Rodríguez dirigió transitoriamente la Televisión Independiente de México, durante la salida de Joaquín Vargas y el ingreso de Alfredo Martínez Urdal. Su siguiente Dirección General fue en 1973 en Nylon de México. Cargo durante el que formó Akra (la suma de Nylon de México y Fibras Químicas).
Seis años después se retiró para encabezar un proyecto muy ambicioso de diversificar Alfa. Por un año se dedicó a comprar empresas y en 1980 recibió el nombramiento de Director de un pequeño conglomerado al que le llamaban el “sector de bienes de consumo”.
Su habilidad para planear y potencializar empresas fue percibida por un grupo de empresarios en la ciudad de México, invitándolo a ser socio y encabezar un consorcio de organizaciones.
En 1986 con un equipo de prominentes empresarios formaron una sociedad de inversión de capital (Unión de Capitales), cuya finalidad era atraer, comprar empresas, darles la vuelta, hacerlas productivas y venderlas.
“Tuvimos mucho éxito por el rendimiento alcanzado, invertimos en cuatro proyectos”.
En 1987 se produjo otro cambio en la vida de este hombre trabajador, cuando sus hijas decidieron regresar a Monterrey para emprender sus estudios profesionales en el ITESM.
Se vio forzado a dividirse de su familia. El pacto fue que al principio su esposa se quedaría con ellas dos semanas al mes, y las otras dos semanas estaría con él en el DF.
Sin embargo, entre risas nos platica que el primer mes funcionó, el segundo ya eran tres semanas con sus hijas y una en la ciudad de México y para el tercero su esposa permanecía todo el mes en Monterrey, con lo que él se vio forzado a viajar para verlas.
Su regreso a Monterrey
Continuó de esa manera de 1987 a 1991, cuando tomó la decisión de regresar a Monterrey. Pero no lo hizo con las manos vacías: traía en su bolsillo la primera franquicia del restaurante Chilis, la cual junto con Diego Sada Zambrano, lanzó al mercado regiomontano.
Simultáneamente tenía un arreglo con Bankers Trust de Nueva York para hacer lo mismo que en la sociedad Unión de Capitales, por lo que viajaba con mucha frecuencia. Durante años su agenda fue una locura y decidió retroceder e ir bajando poco a poco el ritmo de trabajo.
En 1993 vendió su participación en Chilis, dos años después dejó las asesorías empresariales y en el mismo (1995) terminó la sociedad de Bankers Trust, pensando: “ahora sí me retiro”. Su idea no duró mucho, ya que Dionisio Garza Medina lo invitó a participar en Alestra como Vicepresidente Comercial, tomando este reto por el aprendizaje que le dejaría. Del 2001 al 2005 comenzó y terminó su segunda carrera: Licenciatura en Derecho, en la Facultad de Derecho y Criminología de la Universidad Autónoma de Nuevo León.
El Ex Rector de la UDEM, Francisco Azcunaga, le propuso ser el Vicerrector de Desarrollo en la Universidad (2005 al 2010), con lo que Alejandro quedó muy feliz y logró grandes cambios en la institución, pues el mundo académico siempre formó parte de su vida.
La docencia A pesar de sus múltiples actividades diarias, el Ingeniero siempre encontró el tiempo para enseñar a otros. “Disfruto la docencia, que es complicada, pero te retribuye en muchas cosas”.
Fue maestro en el Bachilleres del Instituto Laurens, la Facultad de Ciencias Químicas de la UANL, la Universidad Anáhuac, la Universidad Nacional Autónoma de México y la UDEM, además de ser profesor distinguido del ITESM y Conferencista Visitante en la Escuela de Graduados de Wharton School of Finance and Commerce de la Universidad de Pennsylvania.
De aficionado a Presidente del Club Tigres
Su facilidad de ver el deporte desde el punto de vista estratégico, de confrontación y competencia, fueron claves para que en tres ocasiones Alejandro se convirtiera en Presidente de un equipo de Primera División.
Los deportes siempre formaron parte de su vida, desde pequeño practicaba todo lo relacionado con acondicionamiento físico: desde soccer hasta basquetbol y golf, entre otras disciplinas. Nos cuenta que incluso estas prácticas eran parte de sus salidas recreativas con su ahora esposa:
“Nos íbamos todos los sábados al estadio”. Su buen ojo para detectar problemas fue puesto a prueba por primera vez en 1969, cuando participó como Presidente del equipo Rayados.
Su educación y la experiencia en el ramo empresarial sin duda fueron puntos clave para armar un buen equipo de trabajo. Primero entendió lo que estaba sucediendo: “Estamos hablando de 25 seres humanos que tienen sus historias, preferencias, familias y culturas”.
La primera vez que tomó un equipo en 1969 tuvo que viajar a Europa para ver cómo funcionaban los clubes, pues en México todavía se jugaba un futbol lento y había gente con poca preparación.
El primer paso fue hacerlos atletas, para ello voló a Salt Lake City y se trajo a Martín García El Chango, un entrenador estricto e intimidante, de 1.95 metros de estatura.
Relata que la primera reunión con los jugadores dijo: “Señores, aquí vienen a disciplinarse, vienen a cumplir, aquel que huela a cigarro o alcohol, llegue impuntual y no tenga perfectamente puesto el uniforme, tendrá un castigo físico de darle 20 vueltas a la cancha”.
En el primer entrenamiento empezaron 24 jugadores, en un mes y medio cinco de ellos ya estaban dados de baja y solamente quedaban 19. Alejandro le decía al entrenador: “Martín, nos vamos a quedar sin jugadores”.
Su llegada a Tigres
Pero el equipo volaba, tenía una resistencia, fuerza y capacidad aeróbica excelente. Con esa estrategia pasaron del lugar 14 al nueve, y en la segunda temporada pelearon por los primeros lugares. Tiempo después (1996) Cemex firmó con la UANL un comodato de 30 años para administrar y dirigir al equipo Tigres. En el año 2000 se le solicitó al Ingeniero, cuya experiencia lo ameritaba, que participara más en Sinergia Deportiva, plan que resultó en el puesto de Consejero Delegado.
Del 2001 al 2004 Cemex tuvo la confianza de darle la Presidencia al Ingeniero Alejandro Rodríguez, sabía que su visión trascendería, marcando la historia del equipo felino al pelear dos finales.
Mencionar lo que pasó durante el 2004 al 2010 está de más. Cemex le devolvió la silla de la Presidencia en mayo del 2010. Rodríguez retomó al equipo humano triunfador compuesto por Ricardo Ferretti y Miguel Ángel Garza.
“Tuve la suerte de llegar a un acuerdo donde los tres íbamos a tomar las decisiones importantes”. El objetivo era crear una continuidad absoluta y un orden sin intervención de ninguna especie para salir del descenso, crear un equipo competitivo y escalar a los primeros lugares.