El desarrollo de la mujer y el balance entre su vida profesional y personal es uno de los principales propósitos que busca Betty Guajardo a través de la marca Ponte Guapa, que además destaca por la personalizada atención que brinda a sus clientas, algunas fieles desde su inicio.
El concepto Ponte Guapa inició como salón de belleza de manera formal en mayo de 2009, ubicado en Centrito Valle, siete años después abrió una sucursal en Pueblo Serena y en Punto Valle dos años más tarde.
“La inquietud de querer tener un salón empezó desde que era niña, me gustaba mucho peinar y yo sabía que me quería dedicar a esto cuando fui creciendo”, recordó.
Para la empresaria, uno de sus mayores logros ha sido obtener la certificación Great Place to Work, “Obtener esta acreditación es complejo, se pasa por un proceso estricto y exhaustivo. Como empresa debes trabajar bajo varios altos estándares de calidad. Ninguna otra empresa en nuestra rama había llamado la atención en México por figurar en esta certificación. Para obtenerla, el tema del ambiente laboral es la clave; a veces el clima en el que se trabaja es complicado y nosotros cuidamos mucho la armonía en el ambiente de trabajo, lo cual se refleja en el servicio al cliente. Obviamente es parte de la cultura. Hace dos años obtuvimos esta distinción y estuvimos en ese entonces en el ‘top ten’ de todas las empresas con el mismo rango en cuanto a cantidad de empleados”, detalló Betty.
Cabe señalar, que debido a sus estudios como contadora, Betty se ha involucrado tanto en el lado creativo como en el empresarial desde el inicio.
Por otro lado, el interiorismo de las sucursales es algo que llama la atención al llegar y que ha dado reconocimiento al salón.
“Antes siempre se usaba el mismo concepto en los salones, era el estilista quien marcaba la diferencia en cada lugar. Yo quería que fuera un lugar mágico, que al llegar todo se transformara, que mis clientes se sintieran cómodos, se desconectaran y se transportaran a otro lugar”, dijo la creadora de la marca.
La decoración sin duda refleja la energía positiva que Betty quiere transmitir a sus clientes y colaboradoras.
“La vida me puso en el camino a Adriana Flores, hice mancuerna con ella y trabajamos juntas. Hace 12 años el interiorismo de Ponte Guapa fue lo que hizo más fácil la atracción de la gente porque antes era la recomendación de boca en boca y en esos momentos fue el ‘boom’, logrando marcar tendencia en la decoración de muchos negocios que apenas empezaban”, señaló.
El último de sus proyectos fue el lanzamiento de Women in The Chair, transmisión en su cuenta de Instagram para compartir la historia detrás de cada mujer que ha pasado por las sillas del salón de belleza.
“Disfruto mucho el conocer el día a día de la gente con la que convivo, porque hay muchos aprendizajes y anécdotas en cada una de mis clientas; sus historias inspiran y son ejemplo para otras mujeres, muchas de ellas trabajan, son madres, tienen proyectos, le ponen empeño no solo a la parte familiar, sino al desarrollo profesional, persiguen sus sueños y creo que lograr esa armonía es importante en la vida de todas”, aseguró Betty.
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