En el 2014 Gerardo Alvarado se graduó de la carrera de Marketing en el Tecnológico de Monterrey, a la par Ernesto Esquivel estudiaba Gastronomía en el Instituto Culinario de México. Al finalizar sus estudios el regiomontano se enfocaba en medios digitales y el sonorense se encontraba trabajando en un restaurante galardonado con una Estrella Michelin, ubicado en España.
Mientras que Gerardo trabajaba en Marketing en Innova Sport, tuvo la oportunidad de visitar varios restaurantes con un familiar y tomaba fotografías de la comida y las publicaba en su cuenta personal. Después de un tiempo se percató que su feed estaba lleno de fotografías de ese estilo y decidió abrir un canal separado, desarrollar una página y escribir reseñas de los sitios que visitaban.
Al regresar del viejo continente, Ernesto continúo trabajando en la industria gastronómica, convirtiéndose en gerente de Milles Delices, donde el equipo de trabajo era pequeño y todos tenían varias actividades diarias, entre ellas tomar fotografías para redes sociales.
Follow por follow era una práctica muy utilizada en ese tiempo y por casualidad Gerardo comenzó a seguir a Ernesto. La novia de Ernesto estaba vendiendo una cámara fotográfica, así que aprovechó la oportunidad y aunque conocía poco del tema, le hizo algunas preguntas a una fotógrafa de cómo utilizarla y tomó algunos cursos en línea para tener las bases.
En una ocasión mientras el regio navegaba por su timeline en Instagram, se encontró con la cuenta del sonorense, sus fotografías eran muy buenas, tenía un criterio muy bueno de restaurantes, así que decidió contactarlo por mensaje directo en la red social, ya que estaba seguro que si quería que trascendiera el proyecto necesitaba asociarse con alguien más, para ese tiempo ya contaba con 22K followers.
Recuerdan ambos que concretaron una reunión en el Café Azúcar Morena donde platicaron de la idea, el propósito principal de Como Comí,Gerardo le recalco que no sería una contratación, sería por amor al arte y si en un futuro se formalizaba el proyecto se irían 50 – 50.
Actualmente Como Comí cuenta con 50.9K followers, donde solamente ellos administran la cuenta, gracias al alcance que han tenido, desarrollaron una una estrategia de contenido, en donde buscan crear una interacción y un alcance importante con la audiencia. A principios del mes de marzo en su búsqueda por abarcar diferentes formatos y lanzaron el podcast, La Sobremesa, donde tuvieron como primer invitado a Chuy Elizondo, de Pan Benell.
La decisión de iniciarlo fue de un día para otro y en una semana encontraron todo lo necesario para hacerlo. En el podcast buscan que todo sea natural, como una conversación entre copas con amigos, que la plática fluya en un ambiente relajado.
Al principio del proyecto de Como Comí, Gerardo visitaba en promedio por semana cuatro restaurantes, en la actualidad los fines de semana cada uno visita alrededor de seis y entre semana, entre ocho y diez. Respecto a balancear el proyecto con su trabajo, mientras el sonorense se considera afortunado por tener un horario de 6 a.m. a 3 p.m., Gerardo indica que cuando comes no trabajas y en ese tiempo se dedica al proyecto, mientras que ambos durante el día toman recesos de 10 a 15 minutos para responder los mensajes.
El 50 por ciento de los mensajes que reciben son para que recomienden para celebrar cumpleaños, graduación, aniversario, compromiso, visitas de amigos o de personas de trabajo de otras ciudades.
Una historia que tienen muy grabada es de una pareja que hace poco les escribió para agradecerles por darle una segunda chispa al matrimonio, ya que sus fines en lugar de pasarlos aburridos en casa, visitan lugares y disfrutan platillos recomendados por Como Comí.
Al preguntarles sobre su filosofía de ‘promover el buen comer’, comentaron que no necesariamente es visitar un fine dining, también puede ser un puesto en la esquina, un restaurante de tiempos, un local pequeño, uno para 20 o 150 personas, eso no limita el buen comer. Hay cuentas de 200, de mil o hasta de cinco mil pesos que no duele pagar y eso es lo que buscan, que al momento que las personas visiten los sitios valga la pena.
Los cinco criterios clave que toman en cuenta al momento de recomendar un lugar son: que la propuesta del lugar sea llamativa desde que visitas sus redes sociales, la comunicación, entre otros. Un factor importante es que el menú sea creativo que no sea lo que encuentras en cualquier sitio: chicharrón de ribeye, coliflor frita, tuétanos, por mencionar algunos. Y no es que se estén peleados con esos platillos pero les gustan las propuestas auténticas.
Otro punto es que el ambiente del lugar sea bueno, desde el primer instante que entras al lugar, que tenga una buena vibra, es difícil de explicar y al mismo tiempo de lograr afirman ambos. El menú, puede ser desde una hoja o más pero la idea es que sea dinámico, concreto, sencillo de leer, que genere una emoción desde el momento de la lectura.
El servicio, aunque ambos coinciden en que no les gusta ser muy exigentes, si consideran que debe de ser cálido y empoderado, que los meseros puedan tomar decisiones, resuelvan y recomienden sin ningún problema. Sin dejar a un lado que es clave que el comensal le hable al mesero por su nombre, que establezca una relación de camaradería y un bonding que al final ambos serán beneficiados.
La última y que consideran una de las más importantes, la cuenta que es toda la experiencia vivida, ya que el precio es un simple número. El pago va relacionado en cómo te sentiste en el lugar y que no te pese pagar desde 200 hasta 5 mil pesos.
“No es solamente la comida, el servicio, el lugar y el ambiente es todo el conjunto de factores que hacen la diferencia al visitar un lugar. Desde el momento que llegas, la música que se escucha, la atención que recibes, el agua que te sirven, que es algo que hemos platicado en varias ocasiones, que te regalen un vaso con agua, difiere mucho las cosas”, afirma el sonorense de 28 años.
Consideran que aún no son populares, que si generan una influencia importante en la región y hay dos cosas que sin lugar a dudas lo confirman, los casi 51 mil seguidores con los que cuentan únicamente en Instagram y los jueves de preguntas que se han convertido en la sensación, ya que sin tapujos aclaran cualquier duda que la audiencia tenga. Uno de sus principales objetivos y estamos seguros que lo lograrán es servirle a todo el territorio mexicano y convertirse en punto de referencia.
Cientos de restaurantes y empresas se le han acercado con propuestas económicas pero no han accedido ya que la esencia del proyecto no es esa. Les gusta visitar los sitios, conocer la historia, a los dueños, ya que el compromiso lo tienen con la audiencia y no están interesados en recomendar un lugar malo por obtener un beneficio económico. Y aunque no niegan que lugares como Fit Truck y La Panga de Nico tienen códigos de descuentos de ellos, no les han cobrado en ningún momento.
“Nos hemos encontrado con restaurantes hechos con amor, familia, sudor, sangre, lágrimas, mucho esfuerzo y son sitios que tiene que conocer el mundo, ya que son hechos con muchísimas pasión a diferencia de restaurante de cadena que se encuentran en todo el país”, comenta Ernesto.
“Nuestro proyecto no es un post o un instastory a cierto precio, es una relación, le estamos apostando a largo plazo, tal vez en un futuro el rumbo que tomaremos será el de las experiencias aún no lo sabemos. Con nuestro La Sobremesa buscamos tener una difusión nacional de gastronomía y consideramos que el esfuerzo del día a día vale más la pena que ganar mil pesos por un instastory, ese es nuestro mindset”, comenta el mercadólogo de 29 años.
Tanto Ernesto con sus estudios gastronómicos, como Gerardo con los diplomados de cocina y la participación como jueces en Grill Master de la Sociedad Mexicana de Parrilleros, les han dado las herramientas para aprender a identificar en un platillo, texturas, grasas, sal y calidad.
Concuerdan que gracias al proyecto han conocido a personas increíbles de la industria, que se esfuerzan todos los días, que ponen el alma y corazón en sus restaurantes, como: Ana de La Divinita que inició con una mesa de aluminio y actualmente tiene siete locales, los hermanos Rivera Río de Koli, Chuy Elizondo de Pan Benell, Checo Gutiérrez de Milk y Kadoya, Jerry de Mezzé Botanero, Farid de Nómada, solo por mencionar algunos de los más de 20 que comentaron. Eso sin titubear les ha aportado más, que cualquier valor monetario.
De alguna manera gracias a Como Comí tanto el negocio Reina Oaxaca, de la esposa de Gerardo como Cocoan de la novia de Ernesto, se ha visto beneficiado, han surgido buenas relaciones de trabajo gracias a eso y están seguros que si las cosas se hacen con pasión eventualmente lo demás se va conectando.
Algunos consejos que nos dieron para las personas que van iniciando un proyecto fueron: ten un objetivo claro, un propósito, piensa en algo a mediano y largo plazo, deja de buscar la ganancia inmediata, sin perder el enfoque de negocio.
Ponle pasión a lo que haces, eventualmente llegará a convertirse en un negocio y por último busca a un buen socio, que cada uno ponga lo que el otro no tiene, es importante saber elegir, pero la suerte y el destino te pone tarde que temprano a la persona indicada.
Solamente en Monterrey han visitado 88 restaurantes y entre sus próximos planes están lanzar una guía digital interactiva categorizada por: precio, ocasión, tipo de comida y zona. También buscan continuar con la difusión del proyecto en diferentes redes y formatos, videos entre otros.
Hace poco Ernesto realizó un viaje al continente asiático y se convirtió en un boom para la audiencia, recientemente Urbita los buscó para que desarrollaran un contenido de las personas que visitan Japón. En estas últimas semanas han encontrado diferentes insights y se encuentran en planes de desarrollar diferentes propuestas de valor que no pongan en juego la autenticidad de Como Comí.
Para finalizar ambos nos recomendaron lugares para visitar en la ciudad de desayuno, comida y cena. Gerardo se fue por Yokot’an, Los Arcos y Gallo 71, para la cena, mientras que Ernesto eligió Pan Benell para desayuno, Botanero Moritas para comida y para cerrar la noche, uno de sus favoritos, Cara de Vaca.