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noviembre 25, 2024

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Mujeres empresarias – Sonia Garza

Según datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, del total de la población femenina económicamente activa, poco más de 544 mil mujeres, son empleadoras o empresarias.

Por

Sonia Garza González

Presidenta Nacional de la Asociación Mexicana de Mujeres Jefas de Empresa (AMMJE), Consejera Nacional de COPARMEX, de COPARMEX NL y de CAINTRA NL

En las últimas décadas se han registrado importantes cambios en cuanto a la participación de las mujeres en el mundo público, en particular, su incorporación al mercado laboral; estos han gestado profundas transformaciones en diferentes aspectos, incluidos cambios en el mercado laboral, logros educativos, la disminución de la tasa de fecundidad femenina, modifi caciones en las relaciones familiares y avances en el acceso a la toma de decisiones.

Si bien, persisten desafíos en torno a la plena incorporación de la mujer en el ámbito productivo, hoy me interesa dedicar unas líneas al potencial de las líderes que se atreven a apostar por el camino del emprendimiento, ya que las mujeres que desempeñan un rol de socias o propietarias de negocios son capaces de generar no sólo valor económico, sino también valor social al interior de las empresas y al entorno local, pues buscan impulsar el desarrollo humano y social.

Según datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, realizada por el INEGI, del total de la población femenina económicamente activa, poco más de 544 mil mujeres, son empleadoras o empresarias, representando 21% del total de la población empleadora.1

Desde 2020, este promedio de 500 mil mujeres empleadoras acredita una participación constante a través del tiempo; en tanto que las trabajadoras que trabajan por cuenta propia, denominadas en algunos casos como autoempleadas, constituyen el segundo subconjunto de mujeres emprendedoras (7.8 veces mayor en comparación con aquellas consideradas empresarias).

Frente a las adversidades ocasionadas por la pandemia, muchas mujeres encontraron en el emprendimiento una oportunidad en un contexto de recorte de los salarios, cierre de algunos negocios, así como el aumento en las tareas de cuidado y la falta de políticas de flexibilidad para combinar la vida personal y laboral.

Cuando me refería al potencial de las líderes que incursionan en los negocios, relacioné el logro de la organización Les Femmes Chefs de Entrepraises Mondiales (FCEM por sus siglas en francés), la cual tuvo la iniciativa de proponer a la Organización de las Naciones Unidas el Día Internacional de la Mujer Empresaria cada tercer viernes del mes de mayo. Dicho organismo surgió en 1945 como apoyo a las mujeres que se hicieron cargo de las empresas de los maridos, padres, hermanos y de los hijos que salieron a combatir durante la Segunda Guerra Mundial.

Tal logro, sin duda, reconoce la gran fuerza de trabajo que representan las mujeres no sólo en el mundo laboral, sino en las transformaciones sociales. Por ello, celebro a todas aquellas mujeres que deciden emprender, independientemente de su motivación, en especial a mis amigas de la Asociación Mexicana de Mujeres Jefas de Empresa (AMMJE), orgullosas y multiplicadoras del valioso legado de nuestra Presidenta Fundadora, Blanca Rosa Álvarez Rodríguez, quien hace 58 años ideó construir una red de mujeres para que se ayudaran mutuamente en el mundo de los negocios, mundo que, sobra decir, en aquel entonces era dominado por los hombres. ¡Felicidades, colegas y amigas! Somos agentes positivos de cambios valiosos.

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