Durante sus meses sabáticos antes de entrar a la universidad, al observar la casa de su amigo griego se asombró: Ninguna otra casa de sus amigos en Rochester era similar porque nadie más tenía un padre o madre empresario. Ese fue el momento en que Mauricio Arcq supo que quería ser empresario, a los 18 años.
EMPRENDEDOR EN SERIE
Su primer empleo formal le ayudó a comprobar que no quería apegarse a las reglas de un trabajo convencional. Por eso, ahorró casi todo su sueldo durante un semestre y, junto a su amigo Melesio, fundó una empresa de servicios de limpieza. Esa primera idea se convirtió en una compañía con más de 20 años de trayectoria, y la primera de muchos emprendimientos en su vida.
“Yo era un emprendedor muy arriesgado, pero de la manera equivocada: todo lo que se nos ocurría, lo emprendíamos. No hacíamos ningún tipo de planeación, solo invitábamos a algún amigo para que se hiciera cargo y le ofrecíamos una participación”.
De todas las empresas resaltan dos: Quality Post, de la que actualmente es chairman; y Human Quality, de la que es accionista consejero.
“Entramos a la mensajería masiva de una manera similar a las empresas que le apostaron al internet cuando iba empezando. No lo planeamos así, fue causalidad”.
TRES COINCIDENCIAS = QUALITY POST
Uno de los clientes de la empresa de limpieza les canceló el servicio y, antes de que se fueran, la persona que les dio la mala noticia les dijo: “ustedes que son muy emprendedores, ¿por qué no ponen una empresa de mensajería? Ahorita los bancos estamos usando mucho ese servicio externo porque el correo no nos da lo que requerimos”.
Días después, unos amigos de la infancia lo buscaron para decirle que iban a cerrar su empresa de mensajería local porque iban a otro giro de negocio, pero que habían descubierto que era un nicho muy importante que podría ser de interés para Mauricio y su socio Melesio.
A la semana, supieron que el tío de Melesio acababa de abrir una empresa de mensajería y que le estaba yendo muy bien. Por esas tres coincidencias, así, sin plan de negocio, iniciaron Quality Post.
“El reto más importante al que nos enfrentamos es que llegó un momento en el que, por abrir tantos negocios a la vez, sin planeación, sin presupuesto y sin lana, tuvimos que enfrentar una realidad brusca: lo que nos había hecho abrir tantas empresas no era más que puro ego, que la gente te reconozca como el superemprendedor. Fue un gran ‘shock’ y una lección tomada a la fuerza”.
Su socio y él habían decidido quedarse solo con cuatro empresas, dos cada uno. Mauricio decidió deshacer una de ellas y se enfocó al 100% en Quality Post. “Me di cuenta de que, si quería una empresa ganadora, debía enfocarme en un cuerpo y alma a una sola y hacerla una mina de oro”.
Su primera acción fue aprender todo sobre ser director general: leyó todos los libros a su alcance sobre ello y se entrevistó con todos los directores a los que tenía acceso. Luego, los primeros tres meses se dedicó únicamente a observar para hacer un diagnóstico.
“Cuando no tienes nada qué perder, es cuando mejor te va. Todo en la empresa estaba mal, pero para mí fue muy motivante: fue un gran reto que me puso el destino. Dije: me voy a enfocar y lo voy a hacer grande”. Una vez consciente de la gravedad del asunto, decidió convertirse temporalmente en un dictador.
“Lo primero que hice fue despedir a toda a todas las ovejitas negras, delante de todo el personal, que eran los que provocaban que los demás no trabajaran bien. Cambié las reglas del juego, traje nuevos clientes, nuevas líneas de reparto, y seguí cultivándome mucho para ver qué más podía aprender de los grandes y aplicarlo en la empresa. Así empezó el crecimiento de Quality Post”.
Fue un periodo de su vida con mucho desequilibrio. Le dedicó todo su tiempo a su pasión: “Si te interesa brillar y ser el mejor de lo que hagas, tienes que estar dispuesto a pagar el precio de una vida desequilibrada por un periodo prolongado. Yo sabía que no tenía ese equilibrio, pero también sabía que estaba luchando por un sueño que, tarde o temprano, iba a conseguir, y en ese momento equilibraría todas las otras partes de mi ser. No me arrepiento de nada”.
DATO: En su libro “Vas a fracasar”, cuenta su experiencia en el emprendimiento y habla de su crisis personal más fuerte.
‘BURNOUT’
En 2017, Mauricio vivió una depresión grave que pudo superar gracias a años de terapia y medicamento. Una parte de su vida que casi nadie conoce es que, en el inter entre estudiar la Universidad, se debatió entre ser actor o escritor. Después de muchos años, decidió escribir su libro, en el que combina los negocios y el ámbito personal.
“El mundo no es color de rosa y estoy seguro de que contar esa parte tan dura y tan difícil de mi historia en un libro ayuda a mucha gente. Hoy te puedo decir que una gran cantidad de gente me ha buscado para darme su opinión; me dicen que aprendieron mucho de mi crisis personal. Entonces, cuando la gente me pregunta si es un libro de negocios, les digo: sí, pero no; o sea, yo no te voy a decir cómo hacer negocios, yo te platico la vida que yo viví como emprendedor hasta lograr un nivel de felicidad y de éxito, pasando por un montón de tropiezos y crisis”.