Hace 16 años, entrevistamos a Mauricio Arcq, cuando apenas construía su carrera como empresario. Era un joven con muchas ambiciones, imparable, que confiaba en su buena estrella y en el universo; uno con muchos planes, intención de generar riqueza económica, y que veía el cielo como único límite.
Ahora, nos encontramos a un Mauricio mucho más sabio, más consciente de su entorno, más feliz y con otras motivaciones. Hoy, en sus prioridades de vida resalta el equilibrio, la prudencia y el análisis. Siguen sus ambiciones y sueños, pero antes de ir por ellos prioriza su calidad de vida y el tiempo con su familia.
UNA FRASE TRASCENDENTAL
Cuando era adolescente, entró a la mansión de uno de sus amigos; su papá era empresario y, desde entonces, Mauricio supo cuál sería su camino en la vida. El primer gran sueño que logró materializar fue una compañía de servicios de limpieza para oficinas llamada Quality Services.
La noche antes de su primer servicio en una gran empresa no podía dormir. Ya había reunido todo, sólo unas horas lo separaban de pasar de la idea a la acción y muchas cosas pasaban por su mente: ¿qué pasaría si los operarios llegaban tarde?, ¿y si no llegaban? Estaba muy nervioso y se dirigió a la recámara de sus padres en busca de paz y de acompañamiento. Abrió la puerta, les explicó cómo se sentía y su papá le respondió: Vas a fracasar. No pudo dormir ni un minuto esa noche. Hoy, recuerda esa escena y aún le dan ganas de llorar.
Dentro de todos los momentos que marcaron un precedente en su vida, Mauricio recuerda este primer encuentro con la decepción. La decepción de buscar palabras de aliento y encontrar lo opuesto, de saberse no respaldado. Cada vez que había una situación crítica de la que no veía salida favorable y estaba a punto de cerrar la empresa, se acordaba de las palabras de su papá.
Aún con dolor, tomó esa frase, que pudo significar el fi n desde el inicio, y la convirtió en una motivación para no dejarse vencer. Con los años, su padre le dio su apoyo por completo, pero esa frase se quedó como una marca en su vida, tanto, que decidió ponerle ese nombre a su libro.
UN CUCHILLO DE DOBLE FILO
Mauricio Arcq y su socio Melesio, con el que había abierto Quality Services, crearon un negocio rentable que ganó clientes importantísimos en poco tiempo, pero ellos querían más: comenzaron a tomar todas las oportunidades de negocio que se les presentaron. Para cada nuevo giro de negocio, aunque pudiera entrar en el área de uno existente, le ponían un nombre distinto y creaban una empresa independiente.
Fue así, con la acumulación de todas las empresas, que nació el Grupo QP. Decidieron nombrarlo así por el éxito que veían en los demás corporativos a nivel nacional, pero sin el cuidado y atención que demandaba cada unidad. Después de llevarlos hasta el extremo de funcionamiento sin rentabilidad y de perder las inversiones realizadas mes con mes, decidieron cerrar los negocios. Cuando Mauricio piensa en el peor error del Grupo, piensa en egos de la adolescencia.
UNA EMPRESA GANADORA
Después de las derrotas, decidió que enfocaría todo su esfuerzo en Quality Post, la empresa que comenzó hace 30 años como una mensajería que entregaba, exclusivamente, estados de cuenta y publicidad. Cuando tomó el mando, estaba a punto de quebrar, así que creó el monstruo del cambio.
Se trató de un proyecto de 18 meses que contemplaba cambios radicales y una pausa en la apuesta por la cultura humana, que los había caracterizado tanto. Generó 42 acciones de mayor impacto y se las presentó al equipo de líderes: la primera era una reducción voluntaria del sueldo de los presentes y, para su sorpresa, más del 90% de ellos se sumó. Entre las iniciativas más importantes estaba la prohibición de deudas para la empresa, cancelar el pago de dividendos a accionistas por tiempo indefinido y eliminar el 66.6% de los puestos administrativos y del personal de staff .
También se acabaría todo lo que generara gastos innecesarios no relacionados con la operación. El monstruo del cambio rindió frutos después del tiempo pactado. Ahora tenían una compañía esbelta, dinámica, rentable, enfocada. Una vez que su estructura se fortaleció, comenzó el crecimiento externo: se convirtieron en la primera empresa de mensajería en México que cubría la totalidad de los códigos postales de cada estado, cada semana: desde las ciudades hasta los ejidos y comunidades indígenas. Gracias a la estrategia, pasión y dedicación de Mauricio Arcq, Quality Post es una de las principales empresas de paquetería en México. Hoy, tienen clientes como Alibaba, Shein, The Home Depot, Banamex, Santander, Telmex, entre muchos otros.
EL BURNOUT
El éxito fue rotundo, pero el precio fue caro. Una de sus principales apuestas para la integración y fortalecimiento de la compañía era una junta de líderes que llevaba a cabo cada año. Asistían conferencistas y se realizaban dinámicas con el propósito de enamorar a las personas y animarlas a ser mejores tanto en lo personal como en lo laboral, por lo que Mauricio Arcq debía presentar con toda la energía positiva posible. Para lograrlo, pedía que durante la semana de la reunión nadie le diera malas noticias, sin importar lo que estuviera sucediendo.
El lunes (la junta se llevaría a cabo el viernes), todo el equipo parecía haber olvidado la indicación: una tras otra, 16 personas llegaron a darle malas noticias. El jueves los mensajes negativos seguían llegando a su celular; decidió ignorarlos, pero sus niveles de ansiedad y estrés ya estaban muy altos. Llegó el viernes, el día de la junta anual, y pensó seriamente en cancelarla, pero no se lo permitió: no lo había hecho en todos esos años y no lo haría ahora.
Esa junta fue distinta a todas las demás: se sentía estresado, triste y ansioso. No sólo salió a flote lo negativo de la semana, sino todos los años de estrés acumulado, de cargar con la responsabilidad de llevar una empresa y de dar una cara feliz al mundo para inspirar. Terminó la junta y esperaba sentirse mejor, pero no fue así: se sintió peor. Ese fue el momento en que supo que tenía que ir al doctor: tenía un burnout, también conocido como desgaste profesional. De este episodio de su vida recuerda la sensación de angustia profunda, una que no había sentido nunca; recuerda también que daba vueltas en su casa durante toda la noche porque no podía dormir.
Todo lo que vivió en ese momento lo hizo reflexionar sobre la manera en que organizaba su vida, sus prioridades y sus metas. Fue entonces, en el verano de 2017, que cambió de perspectiva. Hoy, su espíritu de empresario lo sigue impulsando a generar riqueza, pero su prioridad es estar bien con él mismo, tener un equilibrio en su empresa y pasar tiempo con su familia, socios, colaboradores, etcétera. Le doy gracias a Dios porque salí de la crisis. Mucha gente ha pasado por eso y nunca lo cuentan, y nunca lo superan porque les da miedo contar su historia. Yo lo cuento porque esto me ayudó a convertirme en una mejor versión de mí mismo.
EL FUTURO
Hace dos años, Mauricio Arcq dejó de ser el CEO de Quality Post. Ahora, en su lugar se queda un colaborador con más de 13 años de trabajo en la organización, a quien preparó personalmente poco a poco.
Actualmente, además de ser el presidente del consejo de QP, es inversor y socio de otras empresas. Su plan es continuar con roles más estratégicos que operativos en el futuro.