Toda una vida de estudio y preparación la ha llevado a lo que será cumplir con su principal propósito de vida: la transformación propia para abonar a la transformación de los demás, algo para lo cual se ha preparado desde joven, al estudiar ciencias políticas, y que ha desarrollado a través de su trabajo en empresas y otras plataformas como Naciones Unidas.
Martha Herrera González ha ocupado altos cargos empresariales a lo largo de 30 años de carrera profesional. Ahora, se encuentra a unos días asumir su primer cargo de perfil público, algo que imaginó desde que tomó el camino de servicio.
“Siempre pensé que la mejor forma de ayudar sería desde el sector público. Me esforcé mucho en interiorizar esos temas para volver a mi país e implementarlos”, recuerda. “¿Qué si me hubieran preguntado hace 30 años que si me iba a iniciativa privada? No lo hubiera creído. Pero así fue, y ha sido extraordinario darte cuenta de que tu propósito lo puedes vivir desde cualquier trinchera”.
Martha Herrera ya se ha dado cuenta que el “cómo sí” contribuir a mejorar las comunidades es posible desde la iniciativa privada.
Cuestión de sangre
“Vengo de una familia que se ha encargado al servicio desde siempre. Mi padre, por más de 60 años, ha estado en esos sistemas y mi mamá, acompañándolo y participando con él. Desde temprana edad lo aprendí y conocí todas las regiones de Nuevo León y muchas de México. Pero me cayó el veinte cuando hice mi servicio social en la prepa”, comparte Martha Herrera.
“Iba todas las semanas a una escuela a dar apoyo a niños y a la salida se juntaban mamás para recogerlos. Cuando llegó Navidad, les dije a los niños que me hicieran una carta para Santa Claus, para darles un regalito y una de estas cartas era de Daniel, un pequeño que me dijo: licenciada (yo tenía 15 años), yo ya no necesito un regalo, gracias a las pláticas que le da a mi mamá, en mi casa ya no hay violencia”.
Ese acontecimiento a tan temprana edad le hizo ver que podía ser factor de cambio para las personas. “Si con casi nada de preparación, pero con muchas ganas y voluntad, le pude cambiar la vida a un niño, me pregunté ‘qué pasaría si me dedicaba a ello’. Ese momento me hizo ver que mi espíritu y mi esencia me llevaban al servicio a los demás y a la transformación de las personas”.
“El éxito es una dedición propia; eso no te lo enseña nadie cuando eres joven, asumes que el éxito es lo que alguien más dice que es. El éxito personal cada quien lo define y lo construye con el tiempo”.
Llega la profesionalización
Todo comenzó por una entrevista a la que la invitaron en los 90, en la nueva área de la planeación estratégica de la compañía con un tema de especialización en política. Martha Herrera acudió y, después de un largo proceso, se quedó con el puesto… sin saber qué seguiría. Pero su curiosidad y sus ganas la hicieron ir más allá. A buscar el “cómo sí”.
“Fui construyendo junto con otras personas el concepto de Responsabilidad Social. Fuimos pioneros en México y actualmente somos mundialmente reconocidos. Desde hace 6 años, lidero la estrategia global de impacto social de la compañía donde he visto ‘cómo sí’, desde la iniciativa privada, se puede impactar en el desarrollo social”.
Su satisfacción es absoluta, ver cómo “Se desatoran tantos retos y tantas barreras”. Para ella, es “tan sencillo como sentarnos a dialogar y ver cómo entre todos podemos construir un mejor futuro para la sociedad”. Eso ha sido maravilloso, historias de transformación de comunidades enteras”.
Cuenta hasta 5 mil comunidades alrededor del mundo (o 25 millones de personas con las cuales he trabajado), “eso es parte de lo que me mueve y me encanta, estoy convencida de que desde cualquier plataforma lo podemos hacer”.
¿Cuál es la clave? El trabajo en equipo. “Un líder tiene que ser humilde, congruente y poner el ejemplo. Motivar para hacer las cosas entre todos y seguir sumando a otros”, explica. “Siempre he pensado que el liderazgo viene del alma, de cómo tratar con los otros, cómo los ves; lejos de ego, si nos fuéramos más al ecosistema y menos al “egosistema”, estaríamos en otro lado”.
Martha Herrera reconoce que en algunos momentos se ha equivocado, pero en su equipo ha encontrado respuestas y soluciones. “Hay que aceptar la retroalimentación, cómo dar la vuelta a las cosas. Nosotros rotamos los liderazgos y eso me hace ver desde lejos como entre todos vamos construyendo el futuro que queremos”.
Despertar la conciencia es súper importante. Herrera explica primero hay que interiorizar para poder avanzar; si no parto de ser una mejor versión de mí misma, difícilmente voy a ser congruente y abonar en la transformación de otros. El autoconocimiento es un proceso continuo y ayuda si es que quiero trascender”.
Para formar sus equipos de trabajo, confiesa que se enfoca más en la pasión y en la vocación de las personas que en la parte técnica. “Lo que tienen en común los que forman parte de mi equipo es la vocación por el servicio. Cuando sumas eso, es una respuesta al éxito”.
Sí hay cambio, pero aún falta
En el tema de las mujeres en el campo empresarial en los últimos años, Herrera reconoce que sí ha habido evolución, al recordar que hace 30 años se trataba de un sector meramente masculino. Sin embargo, también es tajante al señalar que todavía un camino por recorrer. “Está en todos, en nosotras y en los varones, trabajar de manera colaborativa para que se logre”.
Dentro de la empresa donde hizo larga carrera, Martha asegura que siempre existió autoanálisis, tanto del sector como en la compañía. Habla de trabajo entre colaboradores para generar comités de diversidad e inclusión, para que las soluciones salieran de ellos mismos, lo que se transformó en políticas, normas y procesos que les permitieron poner metas para que llegar a un convencimiento de la alta dirección y que existieran las infraestructuras necesarias para la transformación de una cultura.
“Hay que ir animando a otras mujeres para que vean que sí se puede trabajar y aportar en empresas de este sector. Hay que ir a escuelas y universidades, trabajar con niñas, para que desde chicas entiendan que la participación de la mujer es fundamental. Tenemos un programa maravilloso, Construrama Mujer, donde apoyamos a las dueñas de estas empresas de materiales de construcción”.
Asegura que 10 millones de mujeres de diferentes comunidades se han visto beneficiadas con estos programas. “Al final, es enfocarnos más en el tema de talento que en el tema de mujeres y hombres. Es lo que buscamos todas las empresas”.
A pesar de sentirse feliz por haber sido parte de esta evolución, Martha está consciente que la lucha debe continuar. “Siempre me siento insatisfecha porque sé que todavía queda un largo camino por recorrer, todavía no estamos donde deberíamos estar, en muchos temas; en inclusión de más mujeres en el mercado laboral y en la brecha salarial, por ejemplo. Este tema ese seguirá siendo una de mis banderas, el poder participar directamente para abonar al liderazgo femenino al empoderamiento de la mujer y seguir ayudando a niñas adolescentes y mujeres”.
Asegura que existe un porcentaje importante en esa brecha y la crisis actual vino a retroceder, pero lo importante es que se está regulando sobre el tema, “en los puestos iniciales, ya estamos 50 – 50 %, (en muchos casos). Donde hay mucha brecha es en los puestos de arriba”.
Lo que viene
A unos días de tomar su nuevo cargo en la Secretaría de Igualdad e Inclusión de Nuevo León, Martha Herrera expresa que se cierra un ciclo importante en cuanto a la plataforma, pero no en cuanto al propósito. “Lo que voy a hacer es cambiar de trinchera para seguir sirviendo a los demás, es un gran compromiso, una gran oportunidad que me están dando de servir al pueblo de Nuevo León. Lo haré con la misma responsabilidad, disciplina y transparencia ética de trabajo con la que he me he conducido en los últimos 30 años”.
Por fin, varias décadas después, sabrá lo que es servir desde un puesto público, como lo imaginó cuando iniciaba su camino, “con la gran oportunidad que te da ese sector de ver los cambios desde cerca y palpar a la gente. Me siento muy afortunada, muy honrada, con el compromiso de hacer de Nuevo León el mejor lugar para nacer, crecer y para vivir”.