El talento e iniciativas de Martha Herrera han influenciado a Nuevo León, México, América Latina y el mundo. Hoy la conocemos por ser una de las principales impulsoras de programas y políticas para la inclusión, tanto en el sector privado como en el público.
La primera gran transformación en la vida de otros sucedió mientras estudiaba en la preparatoria de la UDEM cuando, como parte del programa escolar, tenía que realizar su servicio social. Obligada o no, recuerda, tuvo la oportunidad de elegir en dónde realizaría el servicio, y seleccionó una escuela a la que asistía los fines de semana para apoyar a los niños en su aprendizaje a través de cursos de matemáticas y de lectura. Cuando terminaban las clases, las madres de familia se acercaban y ella platicaban, cuando apenas era una adolescente.
Martha recuerda que disfrutaba hacerlo, pero la única preparación que tenía eran las indicaciones básicas de lo que se tenía que hacer en el servicio social. Llegó Navidad y les pidió a sus alumnos que le escribieran una carta para Santa Claus.
Su objetivo era conocer qué querían para regalarles algo que les gustara, como despedida y clausura de su ciclo con ellos. Una de las cartas era de Daniel, un niño que cambió su vida. La carta decía: Licenciada, yo no le voy a pedir absolutamente nada adicional a lo que ya me trajo. Es que, gracias a usted, mi mamá ya no me golpea. A Martha, la carta la movió. Pensó: “¿yo qué hice? Lo que ella sabía era que le ayudaba a Daniel a estudiar, lo que le traería un cambio de vida, pero no tenía ese objetivo de manera consciente.
Esa experiencia le permitió darse cuenta de que había podido, a través de la palabra y de su presencia —y de todo lo que, inconscientemente, había hecho— tocar el corazón de la mamá de Daniel. Este suceso la llevó a pensar más: a evaluar qué pasaría si lo hiciera a propósito, si se enfocara en eso, si se dedicara a mejorarse a sí misma para ayudar a otros. Quizás tenía una vocación de la que no se había dado cuenta.
Uno de sus principales talentos es unir a las personas que conectan con un propósito o una idea. Así que eso hizo: llevó a esa escuela a sus amigas a las que les gustaba la robótica para dar charlas, llevó a un payaso con ayuda de un tío, y muchas otras iniciativas que abonaron, de muchas maneras, a la vida de los niños. Así, comenzó a involucrarse más con la comunidad, a definir los temas que le gustaban y a aplicar a programas de estudios en el extranjero para ver cómo trabajaban en otros países.
ATRAVESAR LO PROPIO
Por muchos años, Martha Herrera participó en la industria cementera. Tuvo que abrir un camino para ella, no sólo en términos de género, sino también en el tema que seleccionó como parte de su lucha: la inclusión. Para ella, lo importante es buscar las oportunidades y desarrollarlas con base en las convicciones propias. Como una mujer en una industria masculina que luchaba por incluir temas que, en ese momento, las empresas no contemplaban, recibió muchos “no” cuando presentaba iniciativas. Si bien, las barreras externas fueron duras, las propias lo son más. Cuando fue reconocida como Promesa del año por Grupo Expansión fue a la Ciudad de México.
Su hijo, de cinco años en ese momento, la acompañó y le preguntó qué se había ganado; ella le explicó que el premio era una beca para estudiar en el extranjero, pero que no la tomaría. Martha recuerda un “¿cómo que no?” y una cara seria, extrañada. A ella le preocupara dejar a sus hijos por largos periodos de tiempo.
Después de un tiempo, “lo pensé muchísimo y al final acepté”: decidió que, si algo que le iban a reclamar sus hijos, no sería no haber vivido su propósito. Esa maestría le enseñó a hablar el lenguaje del negocio para convencer al Consejo del porqué sí tenía sentido involucrarse en temas sociales.
Fue así, gracias a ese premio que aceptó aún en contra de sus propias barreras, fue que logró derribar las externas y generar las oportunidades desde una narrativa diferente. Martha Herrera busca hacer transformaciones profundas, siempre con el espíritu de unir lo mejor de cada persona y poner su talento al servicio de alguien más. A eso ha dedicado toda su vida.
Martha está segura de que su historia es mucho más que títulos, pero destacamos los siguientes:
– Primera directora global de impacto social en CEMEX.
– Directora del Centro CEMEXTEC para el desarrollo sostenible.
– Presidenta del Pacto Mundial de las Naciones Unidas en México.
– Presidenta de la Red para la resiliencia del sector privado de Naciones Unidas a nivel global y en México.
– Presidenta de RedEAmerica en Latinoamérica.
– Presidenta del Consejo Nuevo León para la planeación estratégica en la Comisión de Desarrollo Humano.