En el mundo del emprendimiento, la pasión, la innovación y el liderazgo son fundamentales para construir un negocio sostenible y exitoso.
María José Lugo, fundadora de Le Roulette, es un claro ejemplo de cómo estos elementos pueden converger para dar lugar a una empresa que no solo satisface las necesidades de sus clientes, sino que también enriquece a su equipo y deja huella en el mercado.
Le Roulette, especializada en mobiliario y organización de eventos, ha trabajado con grandes empresas como Cemex, Sigma Alimentos y Home Depot.
Sin embargo, María José no sólo mide el éxito de su empresa solo por los nombres de sus clientes, también por la relación cercana y constructiva que ha logrado establecer con su equipo.
“Algo que me he dado cuenta en este camino de emprender es que mi empleado va arriba de todo”, explica. “Si yo no tengo a mi gente bien, no hay manera de dar un buen servicio al cliente. No puedo estar en todos los eventos ni hacer todo yo sola; dependo de ellos para que todo salga perfecto”.
Liderazgo desde la experiencia
Con una formación en Psicología Organizacional en el Tecnológico de Monterrey y una trayectoria previa en Recursos Humanos en PepsiCo, María José ha sabido aplicar su experiencia para crear un estilo de liderazgo efectivo.
Actualmente, su equipo cuenta con alrededor de 80 personas, muchas de las cuales trabajan por evento. Mantener motivado a este grupo diverso ha sido un reto que ha afrontado con creatividad y estrategias bien definidas.
Entre las iniciativas que ha implementado están los bonos mensuales al mejor empleado, que se otorgan bajo criterios como puntualidad y actitud de servicio.
Además, ha creado un sistema en el que sus propios empleados reciben incentivos económicos por referir a nuevos integrantes. Estas medidas no solo han ayudado a formar un equipo comprometido, sino que también han permitido a la empresa crecer de manera orgánica.
“Empezamos siendo 10 personas hace dos años, y ahora somos 80. Reconozco el esfuerzo de cada uno en el grupo; les hago saber que su trabajo tiene un valor”, comenta.
El impacto de amar lo que haces
Para María José, el éxito también radica en la pasión que siente por su trabajo. “Cuando amas lo que haces, no se siente como trabajo”, afirma. Aunque su negocio le exige trabajar principalmente los fines de semana y hacer sacrificios personales, ella encuentra satisfacción en cada evento.
“Me encanta ir a los eventos y ver el resultado: los niños jugando, las familias disfrutando, las decoraciones impecables. Ese momento hace que todo valga la pena”, reflexiona.
Su energía y entusiasmo son contagiosos, y esto ha sido clave para motivar a su equipo a mantener altos estándares de servicio.
Diversificación y adaptabilidad
Uno de los aspectos más interesantes de Le Roulette es su capacidad para adaptarse a las demandas de sus clientes. Aunque inicialmente se enfocaba en mobiliario y juegos para eventos infantiles, María José ha expandido su oferta para incluir carritos de snacks, cristalería, decoración floral y otros servicios.
“Hubo ocasiones en las que los clientes me pedían cosas que no tenía, y en lugar de decir que no, buscaba la manera de resolverlo. Poco a poco fui integrando esos servicios directamente en mi negocio”, explica.
Esta filosofía de decir “sí a todo” ha sido fundamental para su crecimiento y le ha permitido convertirse en un proveedor integral para sus clientes.
Un ejemplo destacado es un evento reciente para Mondelez, donde organizó una kermés con juegos, premios y mobiliario para más de 1,000 personas. “Fue impresionante ver las filas llenas en el área de kermesse y cómo disfrutaban. Esos momentos son los que me hacen amar lo que hago”, recuerda con una sonrisa.
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Redes sociales y recomendaciones: el motor del crecimiento
El crecimiento de Le Roulette también ha sido impulsado por una mezcla de estrategias digitales y recomendaciones de boca en boca. María José está activa en redes sociales, donde comparte historias, videos y ejemplos de sus eventos.
“A veces me salgo de mi zona de confort para grabar videos hablando directamente con la gente, pero me ha ayudado mucho a conectar con mis clientes”, admite.
Asimismo, siempre pregunta a sus clientes cómo llegaron a su negocio. La mayoría de las respuestas apuntan a la recomendación de alguien que quedó satisfecho con un evento previo. “Esto es lo que me da más orgullo porque significa que estamos haciendo las cosas bien”, agrega.
El mayor aprendizaje
Cuando se le pregunta sobre el mayor aprendizaje que ha obtenido en su camino como emprendedora, María José no duda en responder: “No tenerle miedo a crecer”.
Este principio la ha guiado desde los inicios del negocio, cuando trabajaba en una pequeña bodega, hasta el día de hoy, liderando una empresa en constante expansión.
Con su pasión, liderazgo y dedicación, María José Lugo está demostrando que el éxito no es solo alcanzar grandes metas, sino también construir relaciones sólidas y mantener una visión clara de cómo crecer de manera sostenible.
