Luciano Perotto es el actual Bailarín Principal del Ballet de Monterrey. A través de su trayectoria, ha logrado cautivar a públicos de todo el mundo, interpretando roles emblemáticos y alcanzando un lugar privilegiado en el mundo de la danza.
Su primer acercamiento fue a los 11 años, gracias a la visión de sus padres.
"Nunca fui muy bueno para la escuela, pero sí tenía aptitudes físicas y una cierta atracción hacia el movimiento", comenta
Fue su madre y su padre quienes decidieron inscribirlo en el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón (ISA TC), una institución de renombre internacional.
“Cuando empecé no me gustaba mucho, pero poco a poco fui desarrollando el amor por la danza”, recuerda, refiriéndose al momento clave en el que vio por primera vez a la compañía del Teatro Colón en el escenario.
Grandes desafíos
A lo largo de su carrera, Luciano Perotto ha enfrentado desafíos, siendo el mayor de ellos la distancia con su familia.
"Lo que más me cuesta es estar lejos de mi familia. El hecho de no tenerlos siempre presentes es algo con lo que aún me cuesta lidiar", reconoce.
Sin embargo, sus cercanos siempre han estado a su lado, brindándole apoyo emocional, incluso en los momentos más difíciles.
Una vida alrededor del baile
A lo largo de los años, su entorno personal y laboral se han mezclado para formar una vida alrededor del baile.
"Mi vida es la danza", asegura. Tanto lo bueno como lo malo de mi carrera representa muchísimo para mi vida".
Este profundo vínculo con la danza no solo lo ha formado como profesional, sino también como persona. “Cada experiencia me ayudó a crecer en los dos ámbitos”, comparte.
Formación constante
A los 21 años, tras una exitosa etapa en una compañía estadounidense, Luciano Perotto recibió una oferta que marcaría un antes y un después en su carrera: convertirse en Bailarín Solista del Ballet de Monterrey (BdM).
"Para mi carrera eso representaba una gran oportunidad. Sabía que BdM es una de las compañías más importantes de México, con un repertorio extraordinario", afirma.
Decidió aceptar la propuesta y no ha dudado ni un momento de que fue la decisión correcta. Uno de los mayores logros de su carrera ha sido llegar a la categoría de Bailarín Principal.
“Monterrey me abrió las puertas desde el primer día, su público me recibió siempre muy bien”, dice con gratitud.
Desde su ascenso en 2021, ha tenido la oportunidad de interpretar roles como Ali en El Corsario, Basilio en Don Quijote, y Maximiliano en Maximiliano y Carlota. Estas experiencias han sido fundamentales en su crecimiento artístico.
A nivel académico, Perotto ha recibido una formación de alto nivel, comenzando con clases particulares bajo la tutela de Cristina Aranjuelo Prieto, para luego ingresar al Instituto Superior de Arte del Teatro Colón.
Su formación lo llevó a viajar a Barcelona, donde perfeccionó su técnica en el Barcelona Dance Center, y más tarde continuó su preparación en The Rock School for Dance Education en Filadelfia.
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Distinciones y referentes
Su carrera ha estado marcada por numerosas distinciones, incluyendo medallas de oro en prestigiosos concursos internacionales.
“Recibí la medalla de Oro en el Concurso María Antonietta Berlusconi en Milán y el reconocimiento como Joven Promesa de la Danza en Sicilia (Italia), la medalla de oro y el reconocimiento del público como bailarín favorito en el Concurso Internacional de Danza Ciutat de Barcelona (España).”
Con respecto a sus referentes, Perotto destaca a grandes figuras como Julio Bocca y Mikhail Baryshnikov. “Bocca llevó la danza a niveles estelares”, afirma, y recuerda con nostalgia la oportunidad de tomar una clase con él. También se inspira en Alejandro Parente, ex Primer Bailarín del Teatro Colón, cuya elegancia y técnica lo marcaron profundamente.
El estilo propio de Perotto ha sido forjado a lo largo de los años.
“Me considero una persona muy apasionada, me gusta mucho conectarme con la música y ser muy honesto con lo que estoy sintiendo”, explica.
Esta conexión entre la técnica y la emoción es lo que define su estilo y lo que busca transmitir en cada presentación.
El Ballet de Monterrey
Al comparar el Ballet de Monterrey con otras compañías internacionales, destaca el ambiente único que se respira en la institución.
“BdM tiene un estilo propio. Es una compañía relativamente joven, pero con un repertorio increíble y muy retador”, asegura.
Esta motivación es fundamental para los bailarines que integran la compañía, quienes encuentran un espacio para seguir creciendo y perfeccionándose.
"Bailar para mí representa un sueño hecho realidad. Soy muy feliz bailando, disfruto de todas las etapas", afirma.
Finalmente, Perotto tiene un consejo para las nuevas generaciones de bailarines: “Que disfruten. Es una carrera que dura poco, cada momento es único, algo que no se va a repetir”.
La danza, según él, debe ser vivida con pasión, respeto y amor, tal como él lo ha hecho a lo largo de su exitosa carrera.