En el mundo de la joyería, cada piedra cuenta una historia y cada joyero tiene una narrativa única. Para Lalo ‘El Joyero’ la joyería no es solo un arte, sino una tradición familiar que ha evolucionado a lo largo de tres generaciones. A sus 32 años, Lalo ha tomado el legado de su familia y lo ha transformado en un proyecto moderno y personal, al fusionar historia con innovación.
Su camino como joyero
Desde pequeño, Lalo estaba inmerso en el mundo de las piedras preciosas, rodeado de las piezas brillantes que su familia manejaba en su joyería en Monterrey.
“Recuerdo estar en la joyería de mis papás desde muy chiquito,” comparte Lalo.
Estudió comercio internacional y, posteriormente, fue un año de intercambio en Lille, Francia, se sumergió aún más en el arte de la joyería.
Su experiencia en Francia fue una revelación. “Siempre me llamaba la atención el esplendor de las tiendas como Cartier y Harry Winston. Ver los aparadores y las piezas me hipnotizaba”, recuerda.
Esta fascinación se traduce hoy en su propia empresa, Etuali, fundada en 2017.
“Quise tomar lo que aprendí de mi familia y mis estudios, y crear algo único,” dice Lalo, quien ha redefinido la experiencia de compra en joyería.
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La energía en las joyas
Para Abelardo Guajardo, conocido en redes como Lalo ‘El Joyero’, cada pieza de joyería es más que un adorno. “La palabra joyería proviene de ‘joie’, que significa alegría en francés. Las gemas y los metales preciosos tienen una energía especial. Esto es lo que hace que sean hipnotizantes”, explica.
Esta creencia en la energía de las piedras se refleja en su trabajo, donde cada pieza es cuidadosamente pulida y diseñada para captar esa energía y transmitirla a quien la usa.
El proceso de transformación de una piedra en bruto a una joya fina es una metáfora para Lalo.
“Es como la vida misma: tienes algo en bruto que, con el cuidado adecuado, se convierte en algo hermoso y valioso”, afirma.
Abelardo Guajardo
Los diamantes, por ejemplo, tardan millones de años en formarse, y su belleza se revela solo después de un minucioso proceso de pulido.
El desarrollo de Etuali
Lalo ‘El Joyero’ también destaca la importancia de la experiencia personalizada en la compra de joyas. En Etuali, las citas son una parte fundamental del proceso. “No solo vendemos joyas, creamos experiencias”, señala. Cada cliente es guiado a través de un proceso personalizado para diseñar piezas únicas, desde anillos de compromiso hasta alianzas de boda y anillos de celebración. “Queremos que cada pieza sea especial, que tenga un significado personal para quien la lleva”, agrega.
La joyería no solo es un negocio para Lalo, sino una manera de conectarse con momentos significativos en la vida de las personas. “Estamos rodeados de una energía positiva. Celebramos compromisos, bodas, y aniversarios. Cada pieza cuenta una historia”, dice con una sonrisa.
Además de su enfoque en el mercado nacional, Lalo está expandiendo Etuali a nivel internacional. “Queremos llevar nuestra joyería a más personas, no solo en México, sino en toda Latinoamérica”, afirma. Esta expansión está en línea con su visión de la joyería como un lenguaje universal del amor.
Su plan de crecimiento
Personalmente, Lalo también está en un viaje de autoexploración. Recientemente, se mudó a Ciudad de México para gestionar el crecimiento de su empresa. “Estoy en una etapa de cambio y crecimiento, tanto en lo personal como en lo profesional”, concluye.
Con cada joya que crea y cada historia que cuenta, Lalo no solo mantiene viva una tradición familiar, sino que también transforma el legado en algo nuevo y emocionante. La joyería, para él, es una forma de arte que conecta el pasado con el presente y brinda alegría a cada momento especial.