Hace un año México y diversos países del mundo iniciaban un proceso de pandemia por el Covid-19, aspecto que ha implicado retos económicos, sociales y empresariales. Uno de los principales objetivos en esta emergencia sanitaria era el distanciamiento social, lo cual evitaría una mayor propagación del virus, pero a su vez éste implicaría una contracción importante para los sectores económicos con mayor contacto físico en su negocio. Un claro ejemplo de estos cambios fue el sector inmobiliario comercial (incluye al consumo discrecional y departamental) y el inmobiliario de Oficinas. En el sector inmobiliario industrial observamos una mayor recuperación, ya que las adecuaciones al contexto y el escenario de inversiones en diversas regiones implicaron una mayor “resiliencia” operativa.
Consideramos que las estrategias de los desarrolladores y operadores inmobiliarios (principalmente el de las Fibras) ante la emergencia fue sobresaliente, ya que el “expertise” en situaciones de crisis de años previos los hizo girar diversas medidas para contener los efectos de lo que se avecinaba. Consideramos que las 3 principales estrategias que más destacamos de las Fibras (Fideicomisos de Inversión en Bienes Raíces) son las siguientes: 1) Acercamiento con el arrendatario, para diferir las rentas y poder negociar a futuro su estancia en los complejos (el principal resultado es una ocupación defensiva); 2) Preservar la liquidez en el balance, para poder hacer frente a una contracción en sus ingresos y hacer frente a sus obligaciones futuras); y 3) Adecuar inversiones y nuevos proyectos, entendiendo que el mercado tendrá diversos cambios en los siguientes años.
En diversos artículos previos hemos hablado del efecto del “home-office” y del efecto del “e-commerce”, aspectos que han tomado fuerza en este contexto de pandemia, pero que desde nuestra perspectiva no haría un traslado total hacia esos nuevos formatos de trabajo y de compra (sólo abren el abanico de opciones). Si bien las ventas en línea en formato departamentales se han triplicado respecto al año previo a la pandemia y la productividad laboral se ha incrementado en un 30.0% desde el trabajo en casa, el aspecto de la experiencia de compra (además de que mayores opciones) y las relaciones de negocios directos seguirán siendo pieza clave para la comunicación empresarial.
Nuestra expectativa es que el Sector Inmobiliario industrial mantendrá la “resiliencia” operativa de los últimos años (percibimos inversiones en el sector), el Sector Comercial abre el escenario a una recuperación paulatina con las recientes medidas de mayor movilidad social anunciadas por el Gobierno (su recuperación total será hasta el 2022) y en el Sector de Oficinas visualizamos un proceso de adaptación alineado a los esquemas que diversas empresas vayan empleando, de manera más pausada respecto a los otros sectores mencionados previamente. Previo a la pandemia es bueno recordar que el Sector Inmobiliario en México (Fibras) gozaba de una histórica tasa de ocupación del 95.0%, la cual podríamos ver de manera integral y con una recuperación total hasta el 2023.
Por Roberto Solano Pérez Coordinador de Análisis y Estratega Bursátil de Monex
