Tras un camino de cinco años como maestra de danza aérea en distintas escuelas, donde aprendió y desarrolló un estilo pedagógico propio, Frida Ruiz dio el paso hacia el emprendimiento con Valkyrie.
Cuando era niña, ningún deporte captaba su atención, practicó judo y gimnasia, pero algo no encajaba, y es que, antes de los 14 años, aún no llegaba a su camino lo que se convertiría en una pasión y profesión: Las telas.
Con un enfoque centrado en el apoyo mutuo y el empoderamiento femenino, el estudio de danza aérea, ‘Valkyrie’, recién inaugurado en Plaza Magnus en San Jerónimo, busca ser un imán para jóvenes con hambre de nuevos retos y un aprendizaje constante.
El camino a volar
Convencida de que cada pequeño logro es un avance hacia un bien mayor, Frida busca crear una comunidad que sea solidaria; que aplauda las victorias propias y de compañeras.
“Yo siempre suelo aplaudir siempre los pequeños pasos”, menciona.
“Todas pueden volar”, menciona en un juego de palabras que podría ser metafórico o no, danzar por los aires y ver, desde arriba, un sueño materializado a través de un cúmulo de pequeños pasos.
Interesada en el bienestar personal, la danza aérea se convierte en una especie de meditación en el aire, donde todo el enfoque está centrado en una acción concreta.
“El objetivo del espacio es formar una comunidad de personas que comparten el mismo gusto, que esas personas se vayan contentas, se vayan satisfechas, que sea un break”
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Educación para todas y todos
A pesar de que la danza aérea suele estar asociada a las mujeres, Valkyrie acepta también a hombres determinados por volar; así como público de todas las edades; desde los cinco años hasta los cincuenta años.
Con preparación que abarca talleres y un diplomado como personal trainner; así como la impartición de talleres propios en Saltillo y Monclova, Frida está dispuesta a enseñar a personas de cualquier edad.
Las clases no se limitan a Telas, también se imparten clases de aro, yoga y ballet.
Un pilar familiar
Debajo de cada árbol que crece, hay una raíz profunda que le sostiene, en el caso de Valkyrie, además del talento de Frida; está el segundo pilar: Sergio Ruiz, padre y socio de Frida, encargado de aspectos administrativos del negocio.
Al detectar el talento y perseverancia de Frida, Sergio decidió convertirse en socio para el arranque de la academia, bajo el cargo de Director Administrador.
Con la búsqueda de crecimiento y materializar el sueño de su hija, ahora guía la parte estratégica del Estudio y busca la rentabilidad del negocio.
Una familia con enfoques habilidades diferentes y talentos diferentes, pero que convergen en materializar un sueño que ha crecido a lo largo de los años y hoy parece, estar cada vez más cerca.
Las aspiraciones actuales, a pocos días de su apertura, están en el mantener un punto de equilibrio para su primera sucursal y profesar el empoderamiento, el bienestar y formar una comunidad sólida.
Futuro próspero
Con pilares bien marcados, con énfasis en la comunidad y un punto de equilibrio al corto plazo, la Academia Valkyrie busca extenderse en el futuro cercano.
Y de esta forma, a través de la fortaleza familiar, enseñar a volar a cada vez más personas.
