Samuel García: cuatro años de retos y aprendizaje

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El Covid-19, la escasez de agua y la construcción de infraestructura estratégica fueron desafíos que definieron sus primeros años en el cargo. Cada decisión difícil dejó una lección, y cada logro, una satisfacción que va más allá de las cifras y los titulares.

Samuel también comparte cómo ha encontrado espacio para sí mismo: el deporte, la lectura y los momentos de reflexión le permiten mantenerse enfocado y motivado. Es su manera de sostenerse en la intensidad de un rol que exige energía todos los días.

Hoy, cuatro años después, mira hacia adelante sin perder de vista lo cotidiano: su familia, sus pasiones y la oportunidad de vivir cada día en medio de un trabajo que, para él, es más que gobernar; es aprender, enseñar y seguir creciendo.

De los desafíos al aprendizaje

Samuel, ¿qué ha cambiado en ti como líder y como persona, en estos 4 años, con todo lo que has vivido?

Pues ha cambiado, digamos, el ritmo, porque hace 4 años que llegamos al estado nos lo habían dejado muy maltratado. A veces es fácil echar culpas, pero en el caso de Nuevo León, el gobierno anterior fue muy malo: nos dejaron las presas secas, sin camiones, la Policía derrumbada, el crimen subiendo y días de contaminación (mala calidad del aire, por desinterés y falta de inversión).

Además, entramos en Covid, con la economía cerrada, escuelas cerradas y hospitales saturados. Los primeros años fueron de muchísimo trabajo, de arreglar las broncas que nos dejaron e ir arrancando lo prometido en campaña. 

Hoy, que arranco mi quinto año, es diferente: presas llenas, la nueva Fuerza Civil, la mejor Policía de México, primer lugar en todo, 4 mil nuevos camiones, nuevo aeropuerto, nueva aduana, cinco nuevas carreteras, primer lugar en salud y en reducción de pobreza… y además papá.

Eso me equilibró; me cambió la vida.  Muchos actores en contra —Congreso, Poder Judicial, fiscal—, pero fuimos abriendo brecha. Hoy me siento muy sólido: Nuevo León es el motor económico de México y está en su mejor momento.

¿Y qué es lo que más disfrutas actualmente, que lo vives de una manera distinta?

Todo. Cuando abres una carretera, inauguras un hospital o entregas 300 camiones en Cadereyta, todo lo disfruto porque es legado. Pero quizás lo que más disfruto es que hoy Nuevo León es primer lugar en reducción de pobreza. Solo falta medio punto para declarar bandera blanca y eliminar la pobreza extrema.

Estoy muy motivado porque cada familia que sale de la pobreza es un nuevoleonés con oportunidades. Por eso lanzamos el apoyo de 2 mil pesos mensuales para esas familias, como parte del programa “Ayudamos a las mujeres”..

Va a ser un legado de obra, de primeros lugares y de haber logrado sacar de la pobreza a mi estado. No hay mayor logro para un gobernador que ese.

Un liderazgo joven, con visión y sin compromisos

¿Qué consideras que ha marcado la diferencia para llegar a estos logros?

Primero, tener ganas, tener un plan y ejecutarlo. En muchas gubernaturas llega gente improvisada o por cuotas, que solo van a hacerse ricos. Segundo, tener un gran equipo: invité a los mejores, no solo de Nuevo León, sino de todo México.

Por eso somos primer lugar en todo: educación, salud, seguridad, economía. Tercero, llegamos limpios. Nadie apostaba por mí; iba en cuarto lugar, no había dinero ilegal, ni compromisos. Llegué a gobernador a los 33 años, el más joven en la historia, sin deberle favores a nadie.

Eso te permite contratar a los mejores, exigir resultados y ser totalmente transparente. Todo eso, junto con el momento económico del estado, ha hecho que Nuevo León despegue.

Esa autenticidad y transparencia, ¿crees que es lo que te conecta con la gente?

Sí. Otros políticos cuidan mucho su vida privada: si viajan, si están en primera clase, si tienen propiedades turbias… eso es la vieja política. Yo dono mi sueldo y soy transparente: dónde ando, qué hago, si viajo o no. Todo lo subimos (a redes sociales) mi esposa Mariana o yo.

No hay nada que esconder. El ciudadano me conoce al 100%, no solo cuando estoy en actos públicos, sino en todo. Eso nos hace diferentes y ha gustado mucho, no solo en Nuevo León, sino en todo el país.

Pandemia, crisis y resiliencia: el reto del Covid-19

Cuando tomaste el cargo, el estado estaba en una situación difícil y además enfrentaste el Covid. ¿Cómo lo viviste?

El Covid paró la economía y muchos proyectos. A pesar de eso, logramos grandes inversiones: la venta más grande de una empresa privada en la historia de México ocurrió en Nuevo León, y llegaron otros 5.2 billones de inversión. La próxima semana (finales de octubre) anunciaré otra de 2.3 billones.

Llegaremos al cuarto informe con 115 billones de dólares en inversión, cuando el gobernador anterior, en 6 años, solo tuvo 9 billones. Toda esa inversión genera empleo e industria; por eso hoy estamos en primer lugar en economía, formalidad e ingresos.

Por primera vez, las familias de Nuevo León ganan más que en cualquier otro estado de México. Sí, el Covid nos afectó, pero hoy volvimos a ser el motor económico del país.

¿Cómo visualizas tu papel como un gobernante ciudadano en un estado tan complejo como Nuevo León?
Nuevo León me conoce muy bien. Saben que no vengo de familia política, que entré por un doctorado y que no vivo de la política. Podrán decir lo que quieran, pero saben que no entré a robar. Fuera de Nuevo León todavía me están conociendo, y cuando les cuento esto, no lo creen.

Aquí se dio el caso de que un joven de 32 años ganara una gubernatura. En otros estados, eso no pasa. Hace 4 años, la gente dijo: “No queremos vieja política. Vamos con este joven”. Voy a terminar con 39 años, el gobernador más joven en la historia de Nuevo León y del país.

Mi mejor carta de presentación será el estado. Que digan: “Fue un buen gobernador, no por popularidad, sino por resultados”. Ese será mi legado: un Nuevo León moderno, diferente y sin venir de familias políticas.

El agua: una decisión difícil que marcó su gobierno

En estos 4 años, ¿cuál ha sido la decisión más difícil que has tomado y qué aprendiste de ella?

Sin duda, el tema del agua. Soy muy responsable y “preocupón”. Cuando me dijeron que se secaban las presas y venía el “día cero”, tuve dos opciones: seguir sacando agua y quedarnos sin nada en dos meses, o hacer cortes y garantizar seis meses.

Todo mi gabinete se sorprendió porque muchos creen que soy aventado, pero en esto fui muy prudente. Decidimos hacer cortes, y aunque políticamente costó, fue la decisión correcta. Duramos un año administrando el agua hasta que llegó la lluvia.

No tuvimos que parar industria ni escuelas. Hoy las presas están llenas, no habrá trasvase y tenemos agua garantizada por cinco años. 

“Vamos mejor de lo planeado”: Samuel García

En un contexto donde se buscan resultados inmediatos, ¿cómo decides entre lo importante y lo urgente?

En política no hay resultados inmediatos; todo lo bueno tarda. Por ejemplo, las líneas del Metro. Durante años no se construyó ni un Metro y la ciudad se llenó de autos. Decidimos apostar al transporte público, aunque la gente no lo viera de inmediato.

Construir 35 km de Metro toma tiempo. La Línea 3 tardó 15 años en hacerse; nosotros haremos 34 km en 5 años. Eso es lo importante: resultados de largo plazo.
Igual con la Aduana, las carreteras, la Fuerza Civil, los camiones… todo eso toma tiempo, pero ya se ve.

Por eso llamamos al informe “En tiempo y forma”, porque vamos mejor de lo planeado. Todo estará listo antes del Mundial.

Y se van viendo esos resultados…

Sí. Los gobiernos anteriores no compraban camiones, ni helicópteros, ni metros. Hoy la gente ve resultados, por eso tenemos una calificación tan alta: 82 de aprobación, que para un político es altísimo. Hemos hecho bien las cosas, somos primer lugar en todo, y con el Mundial nos irá aún mejor.

El orgullo regiomontano, motor del desarrollo

Nuevo León tiene un carácter muy particular: fuerte, directo y emprendedor. ¿Cómo lo defines tú y cómo lo proyectas al mundo?

Nuevo León tiene todo: talento, las mejores universidades, la mejor iniciativa privada y un gran orgullo. Ahora queremos explotar el deporte, el turismo y la gastronomía, aprovechando el Mundial.

El próximo año vamos a competir no solo con América Latina, sino con otros países. Nuevo León ya no tiene límites.

Si no fueras gobernador, ¿qué estarías haciendo hoy?

Tendría más hijos (risas). Estaría en la firma de mi familia, con mi papá y mis hermanos. Me encantaba litigar; es pura adrenalina. Pero también sé que me habría sentido vacío, porque litigar es ganar casos y cobrar. En el gobierno transformas vidas, sacas a miles de la pobreza.

Estoy contento porque puedo regresar al litigio después; terminaré a los 39, podría volver a los 50. Los abogados, como los vinos, mejoran con los años. Además, ser abogado ayuda mucho como gobernador: nadie te engaña en temas jurídicos.

Sí, esto es más demandante —trabajo de 5 a 11 todos los días—, pero solo me quedan dos años. Abogado puedo ser 30 años más; gobernador de Nuevo León, ya no. Por eso quiero cerrar fuerte, ser el mejor gobierno en la historia del estado. Después, Dios dirá si sigo en la política o regreso a la firma familiar.

Equilibrio entre familia, disciplina y servicio público

Y ya que mencionas el aspecto familiar, ¿cómo vives tu vida familiar compaginada con toda esta gran responsabilidad?

Muy plena. Afortunadamente, Mariana tiene también el don de servir. Se la pasa en Capullos, me ayuda con los temas del agua, movilidad, aire, animales y parques. Entonces, Mariana está pegada conmigo en el gobierno, y las dos niñas, pues pegadas con ella —tienen 2 años y 3 meses—.

Sí te puedo decir que le bajé mucho a la fiesta: dejé de tomar, dejé de salir, porque ahora el poco tiempo libre está completamente entregado a mis hijas. 

 Cuando tu vida familiar está plena —que en política eso no es común— todo fluye mejor. La mayoría de los políticos están divorciados o tienen vidas privadas complicadas; por eso no las muestran.

Acá es al contrario: estoy muy contento, tengo un matrimonio maduro y pleno, con mucha salud. Mis papás y suegros están bien, mis hijas al cien.

Eso te permite estar más tranquilo y sólido también en el gobierno. Agradezco mucho a Dios todas estas bendiciones y no quiero descuidar ninguna: ni la familia, ni la salud, ni el gobierno. Es un sano equilibrio entre todo.

Cerrar fuerte: proyectos clave rumbo al Mundial 2026

Hablemos de este tiempo que queda de tu gestión. ¿Vas a enfocar el 100 % en consolidar lo que ya está encaminado, o planeas iniciar nuevos proyectos?

Lo grande, lo que yo llamo el top 10, todo lo voy a terminar y todo va en tiempo y forma. Me refiero a las carreteras, la nueva Fuerza Civil, las nuevas líneas del Metro, los nuevos camiones, el nuevo Hospital Infantil y la Interserrana.

Si ves mi plan de gobierno, de campaña o el estatal de desarrollo, todo lo arranqué y todo lo voy a concluir. 

¿Habrá nuevos proyectos? Sí, pero medianos o pequeños. No quiero dejar nada abierto.
Por ejemplo: Un museo de niños que se hace en un año, va para adelante. El Parque del Agua para el Mundial, va para adelante.

Comprar más camiones, va. Estaciones para conectar el metro con el tren de Sheinbaum, también.

Pero no me voy a aventar otra línea del Metro ni otra carretera. Ya me queda año y medio para que empiece la elección, y sería irresponsable abrir obras grandes.

Tengo que tener disciplina y cerrar fuerte, cumpliendo todo lo prometido. No hay un solo proyecto que no hayamos arrancado o que quede pendiente.

 Y claro, con el Mundial habrá proyectos pequeños que hagan lucir la ciudad: parques, puentes, infraestructura de seguridad, un nuevo headquarters para la nueva Fuerza Civil, otro helicóptero Black Hawk… pero todo medido.

La meta es cerrar con todo y que la gente diga: “Me caiga bien o mal Samuel, cumplió y terminó todo”.

Sé que no soy monedita de oro. Hay gente que no le gusta mi estilo, que soy muy transparente o activo en redes. Está bien. Pero que digan: “Cumplió. Terminó las líneas del metro. Dejó a Nuevo León en primer lugar. Mejoró la seguridad”. Esa es la meta de los próximos dos años.

Disciplina es la clave

La disciplina es algo que muchos destacan de ti. ¿Qué significa para ti esa disciplina en este punto de tu gestión?

En el quinto año aprendes mucho. La disciplina es clave: administrar tu tiempo, tu gabinete y también aprender a disfrutar. Cuando estás en primer lugar en todo, también se vale disfrutar. Al principio, cualquier golpe o nota negativa me irritaba mucho.

Decía: “¿Cómo es posible si lo gané bien? ¿Por qué me sacan eso?”Hoy entiendo que no puedes engancharte. Si te enganchas, pierdes enfoque.

Tienes que estar sólido, templado. Eres gobernador: hay 6 millones de habitantes cuya vida puede mejorar o empeorar con tus decisiones. No puedes andar irritado, sin dormir o de malas; debes estar muy centrado para decidir estratégicamente.

Eso aprendí en estos 4 años: la importancia de un liderazgo templado.

Un mensaje al futuro: legado y compromiso

Para cerrar, ¿hay algún mensaje que quieras compartir con nuestra audiencia?

A todos, gracias por estos 4 años y por la calificación tan alta que nos han dado en las encuestas. Voy a darle todos los kilos estos dos años que restan. Este quinto año es clave: tener un Mundial en la ciudad es una oportunidad enorme para que todos ganen, para que todos disfruten, para que Nuevo León despegue.

No los voy a defraudar. No hay corrupción, no habrá compromisos ni favores.

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