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noviembre 24, 2024

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Endulza la vida con creaciones

Gaby Elizondo es una apasionada de los postres y es fundadora de la pastelería Kuchen que acaba de cumplir ocho años.

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Gaby Elizondo es el claro ejemplo que con perseverancia y creyendo fielmente, los sueños se pueden alcanzar. Respaldada por el éxito de su pastelería Kuchen, a sus 28 años es una emprendedora reconocida por la elegancia y el sabor en la repostería.

“Cuando tenía 6 años me la vivía comiendo postre en todos lados; empecé a cocinar repostería por hobby, pero con el tiempo se transformó en mi pasión y en toda mi vida. A los 12 años empecé vender pasteles a mis familiares y amigas. Me acuerdo que me sentía tan adulta a esa edad y pensaba ya en tener mi propia marca”, recordó Gaby.

Detalla que cuando era pequeña no había pastelerías que ofrecieran algo más allá de sacar el pastel de un refrigerador, pagarlo y llevártelo; ella soñaba con que pudieran ser una ‘boutique’ de repostería. “Yo deseaba llegar a una tienda, poder degustar el pastel en el lugar, llevarme el sentimiento de vivir toda le experiencia que engloba el producto, la elegancia y el concepto de la tienda”, explicó.

Gaby afirma que, aunque ahora trabaja un gran volumen de producción, cada postre se sigue preparando uno por uno de manera personalizada y totalmente artesanal, imprimiéndole todo el amor con el que trabaja Kuchen.

En el camino sus mismas clientes han llevado a Gaby a formar parte de los momentos más importantes en sus vidas, pues el primer evento que montó fue cuando tenía 18 años y una clienta la contrató para su boda en San Miguel, de 600 invitados; ahí decidió que no solo era un hobby, sino que sería su trabajo. A la par de estudiar la licenciatura en Administración de Empresas y Servicios Alimenticios, trabajaba en la preparación de mesas de postres para eventos de sociales.

A los 19 años, rentó su primer local ubicado en Humberto Lobo con el dinero que había ahorrado desde que vendía pasteles de niña. “En un principio solo tenía una cocina y la oficina para recibir a las novias. Los mismos clientes me fueron empujando a iniciar la venta al público, y fue para mi todo un reto porque ya era más volumen y llegó la incertidumbre de tener clientes y que no se fuera a mermar el producto”, dijo Gaby, quien tiempo después abriría la sucursal La Aurora con venta al público y la remodelación a la tienda inicial.

Con la llegada de la pandemia las ventas de sus postres crecieron, así como su producción y de trabajar un turno, comenzó hacer tres, operando durante las 24 horas del día, para poder abastecer las necesidades de los fieles consumidores. “Nos llegaron tantos pedidos que me frustraba decir que ya no había pasteles, por eso también tuvimos que cambiar de planta. Yo quería uno de 550 m² y al final me quede con una de 3 mil 500 m². La construimos y nunca me imaginé que en tan poco tiempo alcanzaríamos casi el 70 por ciento de su capacidad”. Actualmente, la empresa está negociando para iniciar con la exportación de pasteles con una marca alterna en Estados Unidos.

Los triunfos alcanzados también llegaron con el lanzamiento de su blog Repostería Sin Filtro, Gaby logró un alcance a más personas y formar una comunidad amante de los postres. “Me encanta motivar a la gente a que emprenda, a que se lance y en el blog comparto recetas hechas con ingredientes que las personas tiene en sus casas, porque también creo que, si mis clientes me han dado mucho, con esto me gusta regrésales un poco de todo el amor que me han dado. Tanto ha sido el impacto de mi blog que varias personas me han invitado a las aperturas de sus negocios inspirados en mí, en la pastelería y eso me da mucha satisfacción, señaló.

“A mí me apasiona la repostería, porque es mi negocio y mi vida. El llegar a tantos hogares para endulzar la vida de la gente no tiene comparación”, concluyó la empresaria.


		

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