Estudiaba en la preparatoria Álvaro Obregón cuando comenzó a trabajar como recepcionista en el Hotel Hampton Inn & Suites Monterrey Norte. A pesar de su corta edad y que se trataba de su primera experiencia laboral, su talento e iniciativa la impulsaron a escalar entre diversos niveles jerárquicos muy rápido: supervisora de recepción, gerente de recepción, cuentas por cobrar, ventas… prácticamente, por todas las áreas de la organización.
Por lo general, los puestos de gerencias generales son ocupados por personas de entre 30 y 40 años. A Elizabeth Ramírez, la oportunidad le llegó mucho antes. A los 23 años comenzó un entrenamiento de administración y, a los 25, logró ser gerente general de uno de los hoteles del Grupo Hotelero Prisma. Unos años después, manejó otra marca de hotel dentro de la misma organización. Siempre tomaba retos más fuertes, con hoteles que tenían situaciones de mercado más complejas y con más habitaciones.
La empresa creció y Elizabeth creció con ellos nuevamente. Tras adquirir diversas propiedades, la invitaron a participar como gerente de clúster con más de una propiedad bajo su cargo; después, ascendió a regional de operaciones: ahora estaba en las oficinas centrales y se encargaba de integrar propiedades al portafolio, estandarizar los procesos y modelos de gestión a lo que ya se hacía dentro de la empresa.
Durante el tiempo que desempeñó el puesto participó en aperturas, conversiones de marca de Hilton, Marriott, Wyndham y algunas otras independientes. Hoy, es directora de operaciones y maneja la empresa desde hace cuatro años.
Una elección que cambió su rumbo
Siempre fue una opción para ella estudiar turismo. Al principio, también consideró la posibilidad de estudiar psicología y arquitectura: le llamaba mucho la atención, y aún ahora, el diseño arquitectónico y la idea de restaurar casas antiguas.
Eligió cursar una carrera técnica en diseño industrial como un primer acercamiento a este tipo de arte, pero lo descartó: “Me encantaba el diseño, pero no era muy buena; me daba cuenta que mis compañeros tenían más habilidad que yo”, confiesa.
El choque de los intereses con las habilidades y el deseo de explorar todo lo que podía lograr y conocer gracias al turismo, la hizo decidirse por esta área. Hoy es Licenciada en Administración de Empresas Turísticas por el Instituto Mexicano del Turismo.
El turismo es una ventana al mundo. Es lo que te permite echar un ojito a otras culturas, personas, formas de vida y paisajes que no te imaginas que existen.
Cuando recuerda el pasado, Elizabeth Ramírez reflexiona sobre su incursión en el ámbito laboral a temprana edad. Haber trabajado mientras cursaba la preparatoria le permitió valorar lo que costaba la vida y las oportunidades, identificó lo competitivo que era el mundo, y se enfrentó sola a los retos que se le presentaron.
Trabajar a temprana edad me permitió medir mis fuerzas, y me vi en la necesidad de desarrollar habilidades que no sabía que tenía
Para las que vienen
La directora de operaciones de Aimbridge LATAMse siente honrada y comprometida por ocupar un puesto de alta responsabilidad. Sabe que hay personas observando su trabajo que apuestan a que, si ella hace bien su trabajo, quizás otras mujeres también puedan lograrlo.
Por ello, busca ser una figura que inspire y que les permita acceder a oportunidades. Considera que aún hay mucho qué hacer: hay muchos años de rezago en cuanto a equidad de género y muchos retos qué enfrentar, pero confía en que lo mejor es comenzar a tomar acción, a demostrar, con la esperanza de dejar abiertos los caminos para que más mujeres logren aún más de lo que ella ha alcanzado.
Las mujeres que iniciaron este camino antes que yo sembraron las semillas para que tengamos más oportunidades, más justas y más equitativas. Yo busco hacer lo mismo.