Existe una idea muy arraigada en la sociedad, que el dolor crónico no tiene solución y simplemente hay que soportarlo. Sin embargo, este pensamiento, que ha perdurado por generaciones, hoy carece de sustento, explica el Dr. Solis. En 2025, existen muchas opciones para mitigar el dolor, entre ellas su especialidad: la algología.
Un llamado a curar
El camino de este médico siempre estuvo marcado por la misión de ayudar a otros a minimizar el dolor, pero fue durante su especialidad en anestesiología cuando conoció lo que la algología podía hacer por los pacientes.
Fue al presenciar el caso de una mujer joven con cáncer de páncreas y un dolor abdominal intenso que no cedía con ningún tratamiento. Le realizaron un procedimiento de esta subespecialidd y el dolor, en cuestión de minutos, pasó de ser insoportable a leve.
“Era una paciente de 39 años, mujer, madre. Entonces, al ver que su calidad de vida cambió de manera impresionante, dije: ‘¿qué es esto?’. Me puse a investigar y así conocí la algología”, relata.
Hoy, el médico ofrece consultas y ayuda a pacientes de todas las edades a vivir de mejor manera, disminuyendo o eliminando sus malestares.
¿Qué es la algología y por qué es tan efectiva?
El Dr. Omar Solis la define como “la ciencia del dolor”, por su origen etimológico: “álgos”, que significa dolor, y “logía”, que significa ciencia. Su principal objetivo es diagnosticar y tratar la causa específica que genera el dolor.
Una vez identificado el origen, existen diversos tratamientos: desde fármacos hasta procedimientos como bloqueos, infiltraciones y radiofrecuencia.
Nos enfocamos en lo que está generando el dolor, ese nervio, ese ganglio, esa hernia, y llegamos directamente mediante tecnologías como rayos X y ultrasonido para ser precisos y cortar esa señal de dolor”.
¿Cómo saber si tu dolor puede tratarse con algología?
Para saber si se es candidato a la medicina del dolor, es necesario identificar si se padece un dolor crónico, es decir, un malestar que ha persistido por meses y ya afecta la calidad de vida del paciente y su entorno.
El médico señala que los dolores más comunes son los de columna: cervical, dorsal y lumbar.
Actualmente es muy común el dolor cervical por cómo estamos trabajando en las oficinas o usando el celular. Adoptamos una postura no ergonómica que genera dolor a nivel de las articulaciones cervicales”.
Otros tipos frecuentes son el dolor neuropático, o dolor del nervio, como ocurre con la neuralgia posherpética o la muy conocida ciática, que implica compresión del nervio.
Principales tratamientos
Uno de los procedimientos más frecuentes en su consulta es el bloqueo, debido a su alta efectividad y duración. Consiste en insertar una aguja esterilizada para bloquear la señal nerviosa que transmite el dolor hacia el cerebro, desde distintas áreas de la columna o el coxis.
Los bloqueos no solo se aplican en nervios, también en zonas con hernias, donde se administra medicación para reducir la inflamación que afecta al nervio. El efecto suele durar entre 6 y 8 meses; en el 60% de los pacientes con hernias leves a moderadas, la hernia se reabsorbe por sí sola.
Normalmente los bloqueos se hacen cuando el paciente no es candidato a una cirugía de columna”.
Otro procedimiento altamente eficaz es la bomba intratecal, una alternativa a las altas dosis de morfina intravenosa u oral. Esto es un dispositivo que administra el medicamento directamente en el espacio subaracnoideo, lo que permite reducir las dosis hasta en un 90% y minimizar efectos adversos como náuseas, inapetencia y somnolencia.
La bomba se implanta bajo la piel, cerca del ombligo, y un catéter se extiende hasta el canal espinal. Debe recargarse cada tres o cuatro meses, pero permite a los pacientes llevar una vida normal.
La algología en los cuidados paliativos
La subespecialidad en manejo del dolor también se aplica en pacientes con diagnóstico de cáncer u enfermedades terminales, con el objetivo de mejorar su calidad de vida. En pacientes oncológicos que ya reciben quimioterapia o fármacos, esta terapia puede ser muy beneficiosa.
“Esto ayuda a disminuir los medicamentos que toma para el dolor de forma sistémica. Al reducirlos, también se reducen los efectos adversos como náusea, falta de hambre y somnolencia”.
No existe un rango de edad para acceder a estas terapias: pueden aplicarse desde niños hasta adultos mayores. El Dr. Solis aclara que siempre deben ser acompañadas por un médico tratante, como un traumatólogo, cirujano o incluso un psicólogo o psiquiatra.
El dolor no es parte de la vida, se puede curar
El Dr. Omar Solis ofrece una alternativa para el dolor crónico. Su experiencia, calidez, humor y actitud positiva son su sello distintivo que lo ha posicionado en la ciudad de Monterrey.
Nos confiesa que su misión es brindar esperanza y un enfoque diferente a quienes han probado tratamientos sin éxito. Recuerda el caso de una paciente de 96 años con ocho cirugías de columna previas, que aún padecía un dolor intenso. El Dr. Solís le practicó un procedimiento de radiofrecuencia en la columna lumbar y, semanas después, la paciente estaba sin dolor, realizando sus actividades cotidianas.
“Hubo un cambio radical en el estilo de vida de la paciente. Llegó muy agradecida porque ya podía otra vez volver a pintar, cocinar, limpiar, etc.”.
Si bien la medicina puede tener resultados sorprendentes, el médico enfatiza en la importancia de prestar atención a los dolores, ya que son señales de alerta del cuerpo, un mecanismo de defensa que indica que algo no está bien y debe revisarse por especialistas.
Se despide con las puertas de su consultorio abiertas en el piso 11 de la Torre de Especialidades Médicas del Hospital Angeles Valle Oriente y vislumbra un futuro prometedor en el manejo del dolor.
“Yo creo que en un futuro las cirugías de columna, al menos que estén bien indicadas o sean una urgencia, van a ir disminuyendo. Yo creo que eso va a ser un futuro grandioso”.
El Dr. Omar Solis cursó la carrera de Medicina en la Universidad Autónoma de Nuevo León. Posteriormente, realizó la especialidad en Anestesiología en la Universidad de Monterrey, en el Hospital Muguerza, y la subespecialidad en Algología en el Tecnológico de Monterrey, en el Hospital Zambrano Hellion. Además, llevó a cabo una estancia formativa en un hospital de Nueva York.
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