Llevaba a sus hijos a la escuela y, en un semáforo en alto, mientras esperaba la luz verde, vio que un señor empujaba a una niña contra la pared.
El semáforo cambió y ella se fue en la camioneta con sus hijos. Pero esa imagen se le quedó grabada, sobre todo porque no hizo algo para cambiar la situación. Regresó al día siguiente para ver si la encontraba, pero ya no estaba.
La cantidad de niñas que hay en situaciones de vulnerabilidad en las calles hizo que se decidiera a hacer algo por ellas. Esa idea fue creciendo poco a poco y cada vez más, pero, ¿qué podría hacer, cómo podría comenzar? “Se me quedó grabado en el corazón que tenía que hacer algo, no podía ser indiferente ante esa necesidad”, recuerda.
Delia del Castillo tenía dos opciones: continuar con su vida como estaba, con responsabilidades muy grandes de por sí, o hacer un cambio. Esta fue una de las muchas historias que la llevaron a crear una casa hogar para niñas. Sabía que el primer paso era conseguir un permiso.
Fue complicado, pero finalmente, después de meses, lo logró. “No tenía el dinero ni el cómo, pero ya tenía el permiso… Y cuando tienes un para qué, el cómo es mágico”. Su sueño era crear esa casa hogar, pero hacerla subsistir con recursos propios, no gracias a la caridad. Y para ello, crearía un modelo de negocio diferente, donde las mujeres como ella pudieran seguir atendiendo a su familia.
“Yo sabía que había una necesidad tremenda porque yo la tenía. Yo buscaba un modelo de negocio a través del cual las mujeres como yo, que no encontrábamos una salida, supieran que sí la hay. Ese fue mi gran motor”. Sabía que la idea era ambiciosa, pero también sabía que esa era su misión. Tenía que ser un modelo del que se ganara dinero y que fuera fácil, necesario, continuo y a precios accesibles.
Era 1998 y llegó a ella una camiseta térmica importada de Chile. Pensó: ¿podría ser esto el inicio? Habló con su esposo sobre el proyecto para ver si él le podía ayudar. “Yo no puedo ayudarte en nada.
Ya sabes cómo batallamos con la familia… Con esa camiseta térmica haz tu casa hogar que quieres”. Delia del Castillo percibió que él se estaba burlando y menospreciando su sueño. Pero con la camiseta en la mano pensó: “¿Y qué tal si sí?” Así fue como inició Chemisette.
CAMBIAR EL PARADIGMA Y LUCHAR POR UN PROPÓSITO
Se dedicaba a organizar su casa y cuidar a sus seis hijos; uno de ellos fue diagnosticado con autismo y tuvo trillizos a los 40 años. A pesar de que la misión que tenía signifi caba mejores oportunidades para todos los involucrados, recibió mensajes que, aunque con las mejores intenciones, eran desalentadores: “Ya tienes demasiadas responsabilidades”, “No va a funcionar”, “Descuidarás a tus hijos”, “No vas a poder: todo puede salir mal”. Contra viento y marea, su principal reto fue no perder el enfoque en su propósito. Nada la detenía y tenía mucha claridad de hacia dónde se dirigía. “Mi mayor reto fue poder no escuchar lo que me decía la gente que me amaba mucho.
El miedo siempre estuvo presente, pero vencer eso fue la parte más fuerte”. Entonces llegó la fecha: el 20 de noviembre de 2001 realizó el lanzamiento de su empresa en el Crown Plaza. Tenía que pararse en el escenario y decirles a todas las oyentes lo que sentía y transmitir su misión: ayudar a las mujeres a tener independencia económica. Los nervios y el miedo se hicieron presentes, pero subió al escenario y lo logró.
El resultado fue que las 800 personas que había en el salón querían inscribirse a Chemisette. “Costaba 500 pesos la inscripción, y todas tenían su billete, queriendo ingresar. Aun cuando me vieron que estaba nerviosa, creo que conectaron con mi corazón”.
Tan solo dos años antes estaba en una cochera, con una mesa de Sam’s como escritorio, ideando cómo sería el evento. Decidió que invitaría personalmente a las 800 asistentes y ahora ellas eran las primeras en sumarse.
“El negocio creció como espuma porque había un deseo genuino de darnos la mano entre mujeres”
UN VIAJE DE SUPERACIÓN
Los siguientes años fueron de aprendizaje, de sumar aliados estratégicos y de largas horas de planeación. El éxito llegó rápidamente: Chemisette se posicionó en México como la pionera en tejidos térmicos y sus camisetas eran las más buscadas.
Además, fue de las primeras distribuidoras de alternativas para cuidar la salud naturalmente, y sentó las bases de lo que hoy es su línea de productos naturales de aromaterapia.
Entre sus principales hitos destaca la apertura de oficinas en Guadalajara y Ciudad de México; por otro lado, tuvieron en la portada de su catálogo a Ximena Navarrete, quien más tarde se coronó como Miss Universo. También llegó el momento de levantar nuevos cimientos e inició con la construcción de un edificio corporativo en Monterrey. En 2012, inauguraron Industrial Chemisette, su propia planta de producción, que les daría la libertad de crear y la confianza de asegurar la calidad de sus productos.
El negocio se expandió hacia la fabricación y diseño de modas, realizado por manos mexicanas, bajo la marca Chemisette. Y volvieron a tener a una reina en sus instalaciones: Andrea Meza desfiló por la pasarela Chemisette y ella también se coronaría Miss Universo más tarde.
¿Cómo logró todo esto? Una de sus principales herramientas es la intuición. En momentos desafiantes, y en todos los sucesos del día a día, su clave es estar confiada en que lo mejor está por venir. Por otro lado, mantiene una mente abierta a la creatividad y se adapta a los cambios. Su capacidad de escucha y la identificación de los talentos y potencial en las personas son dos de los pilares que le han permitido expandir su negocio.
Además, no se enfoca en ideas fijas y obsesivas, sino que le da la oportunidad al equipo para expresar sus ideas. Solo hay una idea que nunca acepta: “Hagamos las cosas de una forma porque siempre ha sido así”; esa frase es un detonante para que el cambio comience.
Fundaciones de Chemisette:
· Casa Hogar Nosotras
· Abrigando Corazones
· Fundación Marcelo
· Espacio Luz y Amor
UN FARO EN LA OSCURIDAD: SU LEGADO DE CAMBIO SOCIAL
El gran sueño cumplido: la Casa Hogar Nosotras es modelo en Nuevo León. El impulso por beneficiar la vida de más personas trascendió y actualmente existen cuatro causas Chemisette, entre las que destaca Espacio Luz y Amor, una guardería en la colonia Independencia creada para que las madres que forman parte de la fuerza laboral que no están amparadas con Seguro Social puedan dejar a sus hijos en un lugar seguro mientras trabajan.
Cuenta con el sistema educativo Waldorf, que busca desarrollar integralmente a la niñez a través de la educación artística, la atención individualizada y la conexión con la naturaleza. “Cuando llegan por ellos, los niños no se quieren ir. Están tan contentos, y saben que hay otro mundo fuera de las circunstancias difíciles que se viven en algunos de sus hogares”, comparte la empresaria. Doscientas sesenta mil mujeres de toda la República ya forman parte de Chemisette.
El sueño de Delia del Castillo ya no es solo suyo, sino que ahora está en el corazón de cada mujer que confía en que es capaz de lograrlo todo. Está convencida de que se pueden hacer grandes cosas, incluso a pesar del punto de partida, y su historia es un gran ejemplo de ello.
“Es posible romper los límites que te atan a los programas de vida establecidos cuando tienes pasión por beneficiar a más personas. Y el dinero es la consecuencia”.
