Para muchos niños, ir al dentista es sinónimo de una dolorosa experiencia, pero no tiene que ser así. La Dra. Montserrat Gutiérrez, odontopediatra con subespecialidad en ortopedia maxilar, se ha encargado de desarrollar una estrategia enfocada en niños para que su visita al consultorio sea más amena.
La especialista tiene más de 13 años de trayectoria al cuidado de la salud bucal de bebés, niños y adolescentes. Durante este tiempo ha reafirmado que tratar con menores de edad es una gran responsabilidad, por lo que hay que hacer un gran esfuerzo día a día para hacer de la consulta algo grato para ellos.
“Se necesita mucha sensibilidad y empatía para poder atender a tan pequeños pacientes. Se trata de que tengan confianza, ganemos su respeto y crear una experiencia sin dolor”, menciona.
La odontopediatría comienza desde la etapa prenatal, es decir, cuando las mujeres están embarazadas es donde se les brinda toda la información necesaria para sus bebés. Además, es muy importante realizar visitas periódicas para analizar si se tendrá una mordida con una correcta función, dientes apiñados u otras anomalías.
La primera visita al dentista
Una de las máximas que el sector salud ha promovido a lo largo de los años es que en la medicina, más que curar, se trata de prevenir. Y la Dra. Gutiérrez cree fielmente en esto. “No esperen a que su hijo tenga dolor porque ya se complica un poquito más la situación”, y es que tratar a un niño en estos casos puede resultar más difícil.
Afortunadamente, la gran mayoría de los pacientes que llegan es por prevención, pero también existe un generoso grupo que acude porque tienen dientes apiñados y con caries dental. Este último caso es más complejo de tratar, pues ya no hay marcha atrás con las lesiones, sin embargo, hay tratamientos que evitarán que aparezcan de nuevo. De ahí que la especialista haga énfasis en las visitas periódicas al dentista.
En ocasiones, los padres desconocen cuáles son los cuidados esenciales que deben de tener sus hijos para tener una buena salud bucal, por ello es importante acudir cuanto antes al odontopediatra para conocer cuál es el cepillo, pasta, hilo y enjuague adecuado, pues cada pequeño es diferente.
Lo ideal es que los padres de familia los lleven al dentista ante la aparición del primer diente, y a partir de entonces realizar visitas periódicas por lo menos cada cuatro meses para tener control de su dentadura.
Un espacio dental para los más pequeños
Ir al odontólogo nunca será igual que ir al odontopediatra. La necesidad de espacios enfocados en niños, en los cuales pudieran ser escuchados y los adultos se pusieran a la altura de los más pequeños, fue lo que detonó el comienzo de Dent Kingdom.
La intención era que los niños pudieran llegar no solamente a vivir la experiencia de ir al dentista, sino también ir a ver televisión, distraerse, jugar o colorear. “Hemos ido cambiando nuestros conceptos de atención a nuestros pacientes”, enfatiza.
Hoy, esta clínica dental no sólo brinda atención odontopediátrica, sino una atención integral a niños que va desde ortopedia, endodoncia, ortodoncia hasta cirugía maxilofacial.
La clave ha sido hablar el lenguaje de los menores. “Me encanta que cuando te pones a su altura, ellos te entienden”, señala. Y es que, mediante el juego, la risa y hasta los premios, Gutiérrez ha logrado ganarse la confianza de los niños y hacer que cooperen en consulta.
“Hemos pasado de una odontología que anteriormente era muy radical a una que es mínimamente invasiva, incluso sin dolor y sin anestesia”, indica. Por ejemplo, ahora se cuenta con radiografías, escáner digital y hasta tratamientos bajo sedación para aquellos menores a los que les gana el miedo y no pueden ser atendidos tan fácilmente.
Compartir el conocimiento
Con 13 años de trayectoria, hoy la Dra. es conferencista de las organizaciones NuSmile y Ultradent Latinoamérca, además ha impartido cursos a nivel nacional e internacional en donde difunde su conocimiento, sus técnicas de trabajo y comparte tips con otros colegas odontopediatras.
Su misión es seguir dando lo mejor de sí para los más pequeños y su salud bucal, pues señala que “prefiere un llanto con prevención que un llanto por inyección”, por ello continúa en la incansable tarea de promover la visita periódica al dentista y hacer de ésta una experiencia más amena.
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