De niña quería ser maestra, y su sueño tal vez se ha cumplido, aunque de otra manera a como lo había previsto. Su “salón de clases” está en el penthouse del corporativo de ArcelorMittal México, en Valle Oriente, y como Country Head of Human Resources and Services de la acerera, por qué no decirlo, es una especie de coach de los 8 mil colaboradores directos y cerca de 50 mil indirectos que tiene la empresa en el país.
Desde su perfil de LinkedIn, Cynthia Arregondo se asume, en estricto orden, como mamá, esposa y CHRO de una empresa multinacional del sector metalúrgico, donde se ha desempeñado desde hace 23 años.
Si el acero es un elemento duro y frío, ella proyecta todo lo contrario: es enérgica, pero sonríe con facilidad y es al mismo tiempo cálida, además de que tiene el poderoso don de la palabra.
COMUNICACIÓN Y CALIDAD
Cynthia cursó la licenciatura en Comunicación en la U-ERRE mientras trabajaba y cuidaba a su abuela enferma, con quien vivía. Cuenta que no pocas veces pasó del hospital al salón de clases sin hacer escala en la casa. “Esto también pasará”, se repetía una y otra vez, con la convicción de que le esperaba un futuro mejor.
Recuerda que la alegría por terminar su carrera, a los 19 años, se vio opacada de golpe: justo un día antes de su graduación falleció su abuela, quien era su motor de vida. “Fue un golpe muy duro, porque yo tenía aspiraciones, pero de repente me quedé sin nadie, sin un propósito”, comenta.
Tras obtener el primer lugar de su generación, Cynthia Arredondo ni siquiera tuvo que buscar trabajo: las oportunidades llegaron a ella; en medio de su duelo, rechazó varias, hasta que un día recibió la llamada del Dr. Augusto Pozo Pino, director del Centro de Calidad del Tecnológico de Monterrey, quien la invitaba a sumarse a su equipo, en el área de Comunicación. Aceptó. Se empapó tanto en el tema, que, en los 11 años que permaneció ahí, se formó como consultora y acompañó a 192 empresas en la mejora de sus procesos de calidad.
“Fue más que un doctorado para mí, porque me dio la oportunidad de estar en contacto con diferentes estilos de liderazgo y climas organizacionales”, explica quien ha participado en programas académicos de liderazgo femenino en la Harvard Business School, en la IE Business School y en la EGADE.
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EL CRECIMIENTO PROFESIONAL
Uno de los proyectos más grandes fue con una empresa farmacéutica con presencia en Puerto Rico. Aunque estaba recién casada, tuvo que mudarse a la isla por un año. No fue sencillo planteárselo a su esposo, porque implicaba una separación temporal, sin embargo, pudo respirar tranquila luego de escuchar como respuesta, “¿Y cómo le vamos a hacer?”.
“A veces lo que te detiene para avanzar profesionalmente es la pareja, que no apoya, aunque otras veces somos nosotras mismas, que no queremos correr riesgos. Creo que como mujer debes tener convicción respecto a lo que quieres hacer en tu vida”, opina.
A su regreso de la isla caribeña se involucró en un proyecto con Dofasco, que es ArcelorMittal, grupo siderúrgico que estaba por instalar una planta de productos tubulares en el municipio de Escobedo.
Ya que los ingenieros venían de Canadá, a Cynthia Arredondo se le encomendó el análisis cultural para que el arranque de esta operación fuera un éxito. Lo hizo tan bien que la invitaron a integrarse como Gerente de Recursos Humanos de la nueva planta. En un principio, por un tema de lealtad, declinó la oferta, pero sus jefes la alentaron a tomar la oportunidad, por el privilegio que significaba iniciar un proyecto de esa magnitud.
Cynthia entró a la empresa en enero del 2001, 11 años después asumió el cargo que ocupa actualmente, lo que implicó mudarse sola a Lázaro Cárdenas, Michoacán, y viajar cada fin de semana para estar con su esposo y su único hijo, que para entonces acababa de ingresar a la secundaria. Ya en 2018 volvió a casa, cuando la empresa asentó su corporativo en Monterrey.
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EMPODERAMIENTO FEMENINO
Hace 23 años, cuenta Cynthia Arredondo, el personal femenino representaba el 3% de la nómina. Hoy, ha crecido al 8%, un número elevado si se considera el giro. También le enorgullece contar que hay un 25% de mujeres en posiciones de liderazgo.
Además de impulsar diversos programas de coaching ejecutivo para mujeres y cultura inclusiva, creó el proyecto Mujeres de Acero, que promueve el liderazgo y emprendimiento social de las mujeres. Esta iniciativa ha impactado directamente a 12,850 mujeres desde 2015, en las comunidades donde tienen presencia.
“En una orquesta, todos los instrumentos son importantes para hacer buena música. De igual forma, hombres y mujeres tenemos diferentes habilidades y diferentes aportaciones”.
Por fortuna, dice, ya se empiezan a escribir nuevos capítulos en la industria y en la sociedad. Como siguiente paso al empoderamiento femenino, hoy sigue que los varones lo entiendan; para ello, las nuevas generaciones tienen otro concepto sobre equidad de género.
“Aún tengo trabajo por delante, hay mucho qué hacer. Eso me entusiasma”, advierte.