Chuy Elizondo es un enamorado de la cocina y de la elaboración del pan en todas sus variantes, elemento que cuida y le dedica toda su devoción, es por eso que en 2016 comenzó Pan Benell y Casa Benell.
El 10 de mayo de 2016 horneó su primera barra de pan en la Nave Tampiquito y desde entonces comenzó el camino que actualmente ha revolucionado la forma de ofrecer un pan saludable.
El inicio
Su primer acercamiento al mundo culinario fue entre los siete y ocho años cuando Chuy ayudaba a su mamá a la elaboración de pasteles; después cuando tenía 11 años mientras estaba en periodo de vacaciones en la escuela, trabajó en un restaurante ayudando a la limpieza, acomodar mesas, entre otras labores, así continúo cada temporada vacacional hasta sus 16 años, que estuvo de tiempo completo.
Aunque su gusto por el marketing y el diseño lo tentaron a estudiar estas carreras, asesorado por su papá decidió ingresar a la Licenciatura en Gastronomía y Administración en el Instituto Culinario de México.
A la par, tuvo una Palapa de mariscos y también abrió un pequeño negocio en el que vendía brownies y pasteles.
Pasión por el pan
Después de pasar un tiempo en Buenos Aires, Argentina realizando prácticas profesionales en un restaurante se enamoró del pan.
“Me apasioné por la hechura del pan natural, de cómo se usaba la masa madre, el respeto a los ingredientes para cocina; de la cocina rústica, pero muy suculenta. Así que empecé a refinar mi técnica. Hice estudios de mercado, investigaba, cada que viajaba observaba y me di cuenta que en ninguna parte hay pan natural bien hecho en ‘retail’, no había un supermercado que lo vendiera con solo los ingredientes esenciales, entonces decidí enfocarme a mi pasión, a producir y comunicar la alimentación natural”, detalló Chuy.
“Queremos hacer del mundo un lugar mejor a través de productos, servicios y experiencias naturales. Creemos que si comemos bien, nos sentimos mejor y esto nos hace mejores personas”
Chuy Elizondo
Chuy recuerda que fue un poco difícil tomar vuelo, en un inicio rentaba un espacio muy pequeño dentro de un taller mecánico, en el cual tenía un horno análogo, una amasadora chica, una rebanadora, un refri y era el único punto de venta de Pan Benell, al ver que esta técnica no fue la más exitosa y menos en esa ubicación, por lo que decidió comenzar a ofrecer un menú especial de desayunos todos los domingos, en el cual cada platillo era protagonizado por su pan.
Así fue como inició Casa Benell. El concepto fue también recibido que comenzó a operar no solo los domingos. Además, de esa primera Casa Benell, también se encuentra la de Vía Cordillera, están por abrir en Lázaro Cárdenas y otra más en la Carretera Nacional, y cuentan con la fábrica central. El próximo año inaugurará la primera Casa Benell en Ciudad de México. La meta de Chuy es llevar su propuesta por todo el mundo.
Menú
Chuy es el creativo de todo el menú, de buscar los ingredientes que de preferencia los selecciona de marcas locales e ingredientes locales.
Pan Benell
Luego de mucha práctica la mejor forma de hornear pan es hacerlo con largos fermentos; y en la Fábrica Benell la fermentación dura más de 24 horas para que sea un pan ligero, mejor para la digestión y de mejor sabor, siempre libre de aditivos o conservadores.
Sus consentidos
El platillo favorito de Chuy es el ‘Croque Madame’, mientras que su producto preferido es el pan blanco de mantequilla por ser su bebé, con el que inició por su versatilidad.
Conoce más de Chuy
Su tiempo libre lo comparte 100% con su familia. Le gusta salir a correr, convivir con la naturaleza y prender el asador, aunque no se despega totalmente de la empresa. Los fines de semana colabora en su fundación ‘PAN PARA TODOS’.
