Se acercaba el fin de 1994, y Value Grupo Financiero estaba por celebrar su primer año.
Sin embargo, Carlos Bremer Gutiérrez enfrentaba uno de los momentos más agridulces de su carrera, México entraba en crisis, el valor de nuestra moneda se desmoronaba mes con mes después del primer trimestre, y para diciembre, el futuro era poco prometedor: estábamos por toparnos con el histórico error de Diciembre, la devaluación Error de Diciembre, la devaluación del peso mexicano durante los primeros días de la presidencia de Ernesto Zedillo.
Durante la charla que tuvimos en uno de los acogedores espacios de la oficina donde nos recibió, Carlos recordó que ese día, tras darse a conocer la noticia, se dedicó a analizar cómo hacer frente a tal catástrofe financiera.
Mientras repasaba las posibilidades, sonó su teléfono: era su gran amigo, el entonces presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, quien le llamó para preguntarle cómo se encontraba. La respuesta que recibió fue “en llamas”, a lo que el mandatario cuestionó cuánto tiempo más le daba de vida a la empresa. Bremer estimaba que no más de una semana.
Este diciembre, el grupo celebra su aniversario 30 con números que superan la excelencia.
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En el marco de los festejos, el empresario ofreció una comida en el Club Campestre para más de 500 líderes empresariales que lo han acompañado en su travesía como hombre de negocios, así como
altos funcionarios del gobierno, como es el caso de Samuel García, gobernador de Nuevo León, y de los alcaldes Miguel Treviño, de San Pedro Garza García, y Luis Donaldo Colosio, de Monterrey.
Y, claro, como invitado especial, el ex presidente Bill Clinton. Juntos dieron una charla en la que repasaron algunos de los momentos clave en la historia de Value Grupo Financiero.
Entre ellos, destacó el ya referido líneas arriba. Esa noche, según palabras del ex presidente del país vecino, los asesores en quienes se apoyaba no le daban más de dos días, no sólo a la empresa, sino al país: su pronóstico era catastrófico: pensaban que México estaba a punto de colapsar.
Ante tal emergencia, Clinton solicitó al Congreso norteamericano la autorización de una línea de crédito para que México pudiera pagar a sus acreedores, lo que, a la postre, sería pieza clave para la recuperación de nuestro país.
“Ese año fuimos el grupo más rentable en todo México, y desde entonces hemos trabajado para seguir siéndolo, principalmente para que los clientes, que es a quienes nos debemos, estén orgullosos y contentos”.
“Creo que me preocupa por el dinero de ellos más que por el mío. Y eso se transmite… ellos saben que siempre estamos pensando en cuidarlos”
Carlos Bremer
La fórmula del éxito
Pero ese final de 1994 no es el único momento difícil por el que ha pasado Value Grupo Financiero. Después de haber tenido un arranque tan complicado, enfrentaron otras situaciones de crisis en 1998, 2002, 2005 y 2008.
Nadando continuamente contra viento y marea, la empresa de Carlos Bremer ha encontrado siempre la manera de alcanzar resultados favorables para sus clientes, gracias a la pericia de quienes
la conforman, la audacia para no dejar ir las oportunidades y, sin duda, un eficiente trabajo en equipo, algo que Carlos siempre ha fomentado.
“Nunca pensé que este grupo iba a crecer tanto. Cuando empezábamos a crecer, en 2003, quintuplicamos nuestro tamaño, y ya vamos en 118 veces”.
Si bien, como líder de Value, su atención está en los clientes, también lo está en retribuir a la sociedad lo que considera “un poco” de lo que ha ganado en los negocios; esto de la mano de los principales accionistas y consejeros del grupo, junto a quienes desde hace años ha desarrollado un sinfín de
iniciativas para impulsar el bienestar, la educación, el deporte y la cultura en nuestro país.
Definitivamente, para grandes resultados, es imprescindible contar con un gran equipo. “Tengo socios que en las malas son los primeros en apoyar. No son gente que venga a sacar jugo al grupo, sino que siempre está en el mismo canal que nosotros, que es ayudar a nuestros clientes y apoyar a México”.
Cuando quise cuestionar al empresario sobre las acciones con que busca retribuir a la sociedad la prosperidad, me frenó en seco para explicarme que para él eso es “optimizar todo lo que se puede a un precio manejable, para que lo goce la gente que no puede tener acceso en términos económicos”.
Esto me hace entender que el éxito empresarial se replica en sus proyectos filantrópicos debido a que los cuida igual que a sus clientes, y porque los cimienta con su visión financiera.
Jugador en equipo
Al pensar en los conceptos “finanzas” y “éxito”, en el contexto nacional, es imposible no pensar en Carlos Bremer. Y lo mismo ocurre en el aspecto filantrópico.
Durante nuestra charla me compartió que constantemente piensa en qué ideas desarrollar para ayudar, y me atrevo a decir que parece que para él el límite es el cielo, pues lo que se propone, lo logra.
Recordemos cuando, hace años, a él y a poco más de 10 empresarios regios de muy alto nivel “se les ocurrió rescatar el beisbol” en Nuevo León –así es como el propio Bremer refiere los hechos– cuando se consideró que los Sultanes de Monterrey, el equipo más antiguo de México, migraran a otro estado debido a temas de rentabilidad.
Hoy, sin embargo, en cada partido se vive una verdadera fiesta entre los aficionados que asisten continuamente a ver los partidos. Junto a este grupo de empresarios, también impulsó al Ballet de Monterrey y a muchas causas más.
“Yo trato de ser útil para mi municipio, para mi ciudad y para mi país. Siempre estoy tratando de generar ideas que logren impactar para bien la vida de muchos, siempre tratamos de aportar a la ciudad, de jugar en equipo y que la ciudad obtenga un beneficio”.
Su programa local, mediante el cual llevaron a más de 4 mil niños con buenas calificaciones a juegos de beisbol y de basquetbol, hizo tal eco, que llegó a oídos del entonces presidente Felipe Calderón,
quien lo citó como ejemplo a seguir, extendiendo la invitación a emular el proyecto a nivel nacional.
Ese mismo año, 2008, nació la fundación Butaca Enlace, con el objetivo de apoyar a los mejores estudiantes de la prueba que lleva este mismo nombre (Evaluación Nacional de Logro Académico en Centros Escolares), a quienes reconocía por su desempeño académico, llevándolos a partidos profesionales de distintos deportes.
A la fecha, 3 millones de niños han sido distinguidos por ser buenos estudiantes.
“Si tú eres buen estudiante, vas a ir gratis a los mejores eventos que nosotros podamos negociar, y vas a invitar a tu papá o a tu mamá para que se sientan orgullosos de ti. Es increíble, los niños menos pudientes tienen mucho potencial, son los más brillantes”.
Justo este año, en el que se festejan las primeras tres décadas del grupo, dijo haber recibido una de las bendiciones más grandes que se le han presentado: el hecho de que un equipo integrado por niños de
colonias comunitarias, conformado como parte de las clínicas del Real Madrid organizadas por Bremer, en colaboración con algunas de las familias más fuertes de San Pedro y en conjunto, también, con su
buen amigo Florentino Pérez, dueño del Real Madrid, haya regresado campeón de un torneo en España, en el que compitieron equipos de los 42 países en los que este equipo tiene clínicas.
Para él, esto fue una hazaña similar a la de los niños beisbolistas en 1957.
“Primero eliminaron a Estados Unidos, luego le ganaron a Brasil, después a España y, en la final, le ganaron a Alemania… ¡puras potencias! Nuestros niños son los campeones del mundo, hoy por hoy”.
Carlos dice que México es su adoración. Se describe orgulloso de ser mexicano y constantemente busca impulsar talentos que pongan el nombre de nuestro país en alto. En su momento detectó que a través del fideicomiso Cima, el gobierno apoyaba a los 50 mejores atletas de México, así que llegó a la conclusión de trabajar junto con el gobierno local para impulsar a otro grupo de deportistas con potencial que no contaba con apoyo.
Este proyecto se nombró Escala, y fue creado con el objetivo de integrarse a Cima. Actualmente, se apoya a más de 300 atletas.
“No importa qué gobierno sea, ni su partido, a mí eso no me preocupa. Si es un gobierno que quiere ver por sus atletas, yo soy su soldado, soldado de México”.
Es claro de que, además del deseo de impactar vidas, Carlos Bremer sabe reconocer el talento. A través de los años, ha apoyado a deportistas como Eduardo Nájera, Paola Longoria, Juan Manuel Márquez y, desde luego, a Saúl “Canelo” Álvarez.
“Es el número uno del mundo. Cuando empezamos con él tiraba 14 golpes por round; ahora tira 30 y tantos. Ha crecido mucho. Yo vi una buena persona, con una ambición tremenda, a un gran entrenador, y dije: ‘me quiero unir a este gran equipo de alguna forma, en lo poquito que yo pueda ayudar’”
Yo creo que aquí no estamos de casualidad, es nuestra misión; además de ser buenos, lo que también hacemos es jalar a otra gente para que mejore en todo lo que se pueda, y si uno sirve para eso, ¡qué bueno!
El mejor consejo: su instinto
Carlos se decía a él mismo que nunca participaría en temas relacionados con el cine y la televisión.
Y, pese a que sus abogados le decían que perdería todo su dinero, sintió que debía hacer algo para revivir las hazañas de los mexicanos en el deporte. Fue así como se le ocurrió hacer la película El juego perfecto, a la que le siguió 108 costuras, inspirada en el primer filme.
El comienzo no fue nada fácil. Lo que sus abogados le habían dicho se hizo realidad, y perdió la inversión, pero el proyecto revivió, en colaboración con Susan Buffett, hija del empresario Warren Buffett, cuando ella se acercó para preguntarle sobre el mexicano que quería hacer una película
sobre “el juego perfecto” de un equipo mexicano en la serie mundial de Ligas Pequeñas de 1957.
Esto, para él, fue un mensaje para seguir adelante. Tenía claro que debía hacerlo, ya que personalmente este suceso lo tocó, al ser su papá, Guillermo Bremer Barrera, uno de los tres hombres que apoyó al equipo a recaudar el dinero para que los niños lograran asistir a la competencia a hacer historia.
“En mi vida he tomado varias decisiones que parecen peligrosas. Lo he hecho porque he tenido el sentimiento de que me las están mandando para que lo intente, y no me gusta dejar pasar oportunidades. Cuando puedo intentar algo que puede cambiar a mucha gente para bien, lo hago. Este tipo de éxitos me hacen seguir intentando y trato de no fallar, de que el dinero no se
tire, que se recupere para aplicarlo en otra iniciativa”.
Este ojo para la optimización de recursos en las finanzas filantrópicas lo ha mantenido durante 21 años como consejero de la fundación de su amigo Bill Clinton, Clinton Foundation.
Ese “yo nunca, nunca” también se rompió con su participación en las primeras cinco temporadas de Shark Tank México, que comenzó en 2016, participación que aceptó inspirado en impulsar a talentos en el emprendimiento, así como el recibió apoyo cuando empezó en el camino de las ventas cuando tenía 11 años.
“Lo que pasó es que me llegó el llamado. Supe que estuvieron viendo a varios empresarios, creo que varios cientos, y creían que yo podía dar el perfil por mi apoyo al deporte. Lo que no sabían es que yo era muy bromista”, destacó con una sonrisa sincera.
El “Sol” sale para todos
En 2018, México vibró con el lanzamiento en Netflix del primer episodio de Luis Miguel: la serie, proyecto que marcó el regreso del cantante, después de algunos años de lidiar con conflictos personales y profesionales.
Es bien sabido que para que este resurgimiento sucediera, Carlos Bremer fue pieza clave.
“Nos pidieron ayuda para que no se metiera en un problema muy grave en Estados Unidos. Tratamos de ayudarlo, y al siguiente día vino a platicar conmigo. Le dije que para mí él era el más grande. Que podría tener miles de defectos, pero cuando agarra el micrófono, es el número uno de México, de Latinoamérica y tal vez del mundo. Que no podía echar a perder esa carrera. Trabajamos un plan que él ejecutó, no yo, sólo aporto ideas. Él es quien lo logró y fue muy bueno. Estuvimos ahí pegados para que le pagaran correctamente, y todo. Ya estamos de regreso con él, y viene muy fuerte, este muchacho”.
De hecho, el “Sol de México” fue el espectáculo principal en el evento para conmemorar el 30 aniversario de Value Grupo Financiero, celebrado el 11 de noviembre en el Auditorio Citibanamex.
Lo mejor está por venir
Carlos disfruta plenamente lo que hace y, aunque pudiera dedicar esta etapa de su vida al descanso y a disfrutar los logros de toda una vida de trabajo, él desea continuar, como buen financiero, aprovechando oportunidades.
“¿Retirarme? Nunca, no es opción. Me gusta lo que hago, lo financiero. Me gusta que mis clientes cada vez sean más exitosos en sus finanzas personales, que nadie los engañe, que nadie les venda cosas ni que les cobren intereses altos. Me gusta, es lo que yo puedo hacer por ellos. Cada día que vengo, para mí es interesante, logramos algo más. Cada vez llegamos a más partes de México. En mi opinión, estamos más fuertes que nunca, y esa oportunidad yo no la desperdicio”.
¿Cómo podría desperdiciar todo lo que ha construido? Considera que tiene un gran equipo al que le rinde honor de pie, por su valores, por ser entregados y porque pelean a muerte por lo que quieren; para él son una familia, y una que no es fácil de vencer.
Para concluir nuestra charla, Carlos recordó que en los primeros años los juzgaban locos; hoy por hoy, ve un grupo sólido, con una fortaleza increíble para los años que vienen.
“Lo cual nos da una alegría muy fuerte y una gran responsabilidad de cuidar todo eso. Yo creo que lo mejor de Value está por venir”.