Asociación Mexicana de Diabetes en Nuevo León: educar para vivir

Players of Life - Gravatar
6 Min Lectura

María Levy de Alva tenía solo ocho años cuando le diagnosticaron diabetes tipo 1. Con el paso del tiempo, entendió que convivir con esta enfermedad era solo una parte del reto: lo más difícil era enfrentarse a la ignorancia, el estigma y la desinformación. 

Ya en la adultez, transformó esa experiencia en acción y fundó en 1979 la Asociación Mexicana de Diabetes en Nuevo León.

Más de cuatro décadas después, su legado sigue más vigente que nunca. “María se dio cuenta de que la gente no entendía qué era la diabetes tipo 1 ni cómo cuidarse”, recuerda Alejandra Clariond Rangel, actual Presidenta de la asociación. 

“Por eso creó un espacio para educar, acompañar y hacer comunidad. Y eso seguimos haciendo”, añade Alejandra.

Atención integral para niños y adultos

Alejandra llegó hace más de una década, motivada por una experiencia familiar: “Yo tengo una hija con diabetes tipo 1. Y para mí era mucho más sencillo porque tenía los recursos para atenderla. Pero pensaba: ¿y toda esa gente que no tiene acceso a un médico o a insumos? Hay niños que, si no se diagnostican, pueden morir en seis meses”, advierte.

Hoy, junto con Analucía Albo Domene, Directora General, lidera un equipo que combina personal médico, voluntarios y aliados para atender tanto a personas con diabetes tipo 1, como tipo 2.

Analucía Albo Domene y Alejandra Clariond Rangel

Uno de los programas insignia es “Regalando Vida”, dirigido a niñas, niños y adolescentes en situación vulnerable con diabetes tipo 1. “Atendemos a menores desde los 3 años hasta los 18. Les damos consultas médicas, nutrición, apoyo psicológico, podología, y algo que no se encuentra en todas partes: comunidad”, explica Analucía.

El acompañamiento también incluye experiencias significativas, como el “Campo Amigo”, que se realiza cada verano. “Son cuatro noches para adolescentes y dos para niños con sus tutores. Fogatas, juegos, educación en diabetes, todo en un ambiente de apoyo mutuo”, agrega.

Las historias que surgen ahí son transformadoras. “Una niña llegó al campamento literalmente hecha un hilo, porque dejó de venir por falta de recursos. A los tres meses de regresar, ya se le veía el cuerpo, las ganas, la fuerza. Solo necesitaba esa chispa”, relata Alejandra.

El programa también proporciona insumos clave como glucómetros y tiras reactivas. Son costos que, sin apoyo, muchas familias no podrían cubrir. 

“Una persona con diabetes tipo 1 se puede tener que medir hasta 10 veces al día, y eso cuesta”, explica Analucía.

Para quienes viven con diabetes tipo 2, la asociación ofrece el programa 360, que combina atención médica mensual con talleres y educación sobre autocuidado. También realizan brigadas preventivas en municipios como Juárez, Escobedo y Apodaca, en colaboración con las autoridades locales y la comunidad.

“La mayoría de quienes tienen tipo 2 no saben que la padecen. Cuando llegan, muchas veces ya hay complicaciones. Por eso trabajamos en prevención”, explica la Directora. “Con buenos hábitos y monitoreo, se puede controlar”, agrega.

Además, han lanzado CADIM, una plataforma digital con cursos accesibles para cualquier persona interesada en aprender sobre la diabetes. Y cada año, realizan un Congreso Virtual Abierto, que coincide con el Día Mundial de la Diabetes, el 14 de noviembre.

La asociación opera con un equipo base de 13 personas, incluyendo médicos, nutriólogas, una podóloga y personal administrativo. También cuentan con practicantes y un comité activo de damas voluntarias que organizan eventos como un casino benéfico y la rifa anual de un automóvil, para recaudar fondos.

“Tenemos entre 70 y 80 niños activos en ‘Regalando Vida’, aunque el impacto se multiplica por tres o cuatro, porque se atiende a la familia entera. Y eso sin contar las comunidades que tocamos con nuestras brigadas”, comenta Analucía. 

Una de las formas más directas de ayudar es apadrinar a un niño. “Cubrir el tratamiento y actividades de un niño por un año cuesta 65 mil pesos”, detalla Alejandra. 

Se puede hacer un donativo total o parcial, o bien correr un maratón con causa. “Todo ayuda”, aclara.

Cerrar la brecha con educación

Más que una organización médica, la Asociación Mexicana de Diabetes en Nuevo León es una escuela de vida. 

“Educar en diabetes es darle a alguien la posibilidad de vivir con calidad y sin miedo. Aquí no solo damos consultas o insumos, damos herramientas para que una persona retome el control de su vida”, dice Analucía.

El mensaje final es claro: hazte una prueba de glucosa al año, mejora tus hábitos, y si puedes, apoya. Porque como dice Alejandra, “ayudar a esta asociación es ayudar a que alguien más tenga un futuro saludable”.

¿QUIERES AYUDAR?

Más información sobre las becas “Dulce Padrino”

www.amdnl.org

Instagram: @amdnuevoleon

Comparte este artículo