Lo que comenzó como un hobbie se transformó en un negocio establecido de velas aromáticas que hoy moviliza sus diseños y esencias por todo México. Se trata de Robyn GDL, emprendimiento impulsado por Miguel Altamirano.
Aunque Miguel no es un artesano de cuna, la práctica y el compromiso de mantener a flote su negocio lo han hecho un experto en el manejo de la parafina, el moldear y crear.
Desde su íntimo taller ubicado el barrio de Santa Tere, en Guadalajara, este joven emprendedor se ha posicionado cómo un referente en las velas aromáticas para quienes buscan cautivar a sus seres queridos con un diseño original y a veces hasta personalizado.
“Cuando caché que podía tener clientes y que podía vender. Me animé a abrir mis redes, establecer mi marca más en forma, esto era un negocio que podría hacer yo desde mi casa. Así monté mi primer taller y showroom”.
El camino no ha sido fácil. Como todo emprendimiento, Miguel Altamirano ha enfrentado desafíos para que sus velas aromáticas no solo lo dejen satisfecho con su desarrollo personal, sino también con el reto de seguir sorprendiendo y cumplir en tiempo y forma con los pedidos que día a día nacen desde la promoción de sus redes sociales.
“Es un negocio súper noble. Al principio pensaba que solo se trataba de una velita, que era un artículo innecesario, pero después me di cuenta que todo el mundo en su casa tiene velas, que muchos las tienen como decoración”.
Miguel Altamirano, creador de Robyn GDL
Aprovechar la oportunidad
Miguel recuerda el momento clave para que los cimientos de Robyn GDL se establecieran sin imaginar el potencial que tendría como negocio. En una época donde las complejidades económicas estaban presentes, “Mike” pidió permiso para ofertar discretamente, en su entonces trabajo, las velas aromáticas que por gusto hacía para sí mismo.
Llegó con una caja llena y salió con el bolsillo lleno y la inspiración para echar andar su emprendimiento.
Llevar tu pasatiempo al siguiente nivel: un taller de producción
Si bien sus primeros ejercicios creando velas aromáticas fueron con los kits de “hágalo usted mismo” que venden en las plazas comerciales, Miguel se comprometió con su quehacer instalando un primer taller que, a su vez tenía un espacio de venta física que compartía con demás productos de diseñadores locales enfocados en la decoración.
“Experimentando y jugando fue cómo comencé realmente a hacer las velas. Yo había tomado un curso para hacer moldes de silicona, pensé que sabiendo hacer estos moldes podría hacer mis propios moldes para hacer figuras. Así experimenté con más velas, haciendo figuras”.
Mientras su proceso como emprendedor se consolidaba, Mike seguía desarrollando otras facetas profesionales, pues al ser comunicólogo se estableció en la reconocida agencia tapatía de relaciones públicas de Karla Arroyo.
Ahora el reto era seguir impulsando a Robyn GDL y estar malabareando sus horarios con los compromisos laborales que implica el servicio de la comunicación en organizar y difundir eventos y atención a la prensa.
“El proceso de las velas es lento. Al meterme al taller, sé que me tomará un proceso de mínimo 4 horas en las que no puedo despegarme. Cuando encontré esa fórmula de tiempo, me adapté a mis otros tiempos de trabajo”.
“Aunque mi trabajo de pila es totalmente opuesto al mundo de las velas, tengo la fortuna de que Karla Arroyo, como RR.PP, me ha contactado con muchos clientes, ella va por la vida recomendándome. Ella siempre tiene la disposición de apoyarme, ha sido clave para que mi negocio también lo pudiera echar a andar y mantenerlo”.
Velas aromáticas, un boom en el e-commerce
Miguel tuvo otro momento clave para posicionar a Robyn GDL, pues hace 10 años, cuando su negocio tomaba forma, las redes sociales entraban en su auge como una nueva ventana para las ventas por internet.
“Cuando vi que las redes empezaban a tener más auge, mi negocio comenzaba a tener más exposición ahí, así dejé de tener mi showroom, que me implicaba dedicarle tiempo, horarios y a veces era estar todo el día ahí sin que llegará nadie, me decidí impulsar más lo digital, empecé a vender en todos lados”.
Aunado al despertar el e-commerce en los emprendedores, Mike también emprendió presencia en bazares de la ciudad, además de que el prestigio de Robyn se expandía también por las recomendaciones de boca en boca que lo llevaron a fabricar velas para eventos especiales, masivos y corporativos.
“Yo he apostado por el diseño para que fuera el distintivo de mi marca. Claro que mucha gente hace velas, pero mis velas difícilmente las encontrarás en otro lado porque, en la gran mayoría, son moldes que yo hice”.
Tal ha sido el crecimiento de Mike con las velas de Robyn GDL, que su firma comenzó su faceta como productora cuando otro emprendedor le solicitó que realizará colección exclusivas para venderlas independientemente en otro proyecto.
¿Qué significa Robyn?
El destino ha puesto las piezas en el camino para Miguel y hasta para nombrar a su negocio de velas aromáticas el universo confabuló para darle identidad a este emprendimiento. Mike memora que buscando un nombre creativo, recurrió al Robyn, que en inglés es la palabra para las pequeñas aves petirrojos, que justo siempre merodeaban en su jardín.